Poco después de que vivieron el histórico momento de la exitosa prueba nuclear subterránea que tuvo lugar por tercera vez, los militares y habitantes de la República Popular Democrática de Corea acogieron con gran añoranza el día de nacimiento del Generalísimo Kim Jong Il.

La proeza más notable del Dirigente fue haber defendido el destino del país y la nación y el socialismo con la original política de Songun y convertido la RPDC en la potencia militar y país poseedor de armas nuclear de talla mundial.

Desde el día de su fundación hasta la fecha, la RPDC ha sido un blanco de la constante amenaza de agresión del imperialismo norteamericano y otras fuerzas hostiles.

Las tropas yanquis, que ocuparon el territorio surcoreano, emplazaron más de un millar de armas nucleares en suelo surcoreano y amenazaron con usarlas contra la RPDC.

Cuando sucedió el derrumbe del socialismo en la ex URSS y otros países de Europa oriental, EE.UU. intensificó más que nunca la presión político-militar y económica sobre la RPDC cuestionando la inexistente «sospecha nuclear».

Instigó a la Agencia Internacional de Energía Atómica a imponer a la RPDC la «inspección especial».

Reanudó el ejercicio militar conjunto «Team Spirit» y trasladó a la Península Coreana y su contorno gran número de efectivos norteamericanos.

Cuando la situación de la Península Coreana llegó a la fase muy tensa, el Dirigente Kim Jong Il dio a todo el país, todo el pueblo y todo el ejército la orden del Comandante Supremo de declarar el estado de preguerra.

Seguidamente, dio sucesivos golpes duros al imperio yanqui al publicar la declaración del gobierno de la RPDC de retirarse del Tratado de No Proliferación.

Por su parte, el imperio intensificó la presión anti-RPDC cuestionando las instalaciones nucleares de carácter pacífico, por una parte, y por la otra, dio a la publicidad el plan de atacarla con armas nucleares de modo sorpresivo y preventivo.

Para hacer frente a tal chantaje, la RPDC declaró que se ve obligada a preparar el disuasivo nuclear. Y ejecutó exitosamente la prueba nuclear demostrando así a todo el mundo su estatus de poseedor de armas nucleares.

Posteriormente, EE.UU. causó la segunda crisis nuclear de la Península Coreana movilizando a sus satélites.

El Dirigente instruyó exponer la posición de que hace falta desarrollar armas nucleares y otros armamentos más poderosos para defender el máximo interés de la RPDC.

El primer período de sesiones de la XI Legislatura de la Asamblea Popular Suprema, convocado en septiembre del 92 (2003) de la Era Juche, expuso la invariable voluntad de la RPDC de mantener y multiplicar el disuasivo nuclear. Y en febrero de 2005, la cancillería coreana declaró oficialmente que tomará la medida de aumentar el arsenal nuclear para defender la ideología y régimen optados por el pueblo coreano y la libertad y la democracia.

En el desfile militar por el Día del Sol, realizado el año pasado, el Mariscal Kim Jong Un afirmó que la supremacía militar-técnica ya no es cosa monopolizada por los imperialistas y se acabó una vez por todas la época en que los enemigos amenazaban con armas nucleares a la RPDC.

El disuasivo nuclear de nuestro país es el patrimonio de la revolución más valioso.

Brillarán generación tras generación en los anales de construcción de un Estado próspero las hazañas de Kim Jong Il, patriota sin par, quien sentó en la cima la dignidad del país al transformarlo como potencia político-militar y portador de armas nucleares de talla mundial.

 

KCNA

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