Hace poco, la República Popular Democrática de Corea realizó en el nivel alto y de manera segura y perfecta la tercera prueba nuclear subterránea usando la bomba atómica pequeña y ligera, pero con alto poder explosivo.
La RPDC no posee la bomba atómica para obtener el reconocimiento de alguien.
La posesión de armas nucleares no es la voluntad de ésta.
La nación coreana ha venido sufriendo durante largo tiempo la amenaza nuclear.
Numerosos coreanos arrestados a Japón por el trabajo forzoso y el reclutamiento sufrieron los daños de ataque nuclear de EE.UU. a Hiroshima y Nagasaki.
En el período de la pasada guerra coreana millones de familias fueron separados en el Norte y el Sur por el chantaje de bomba atómica de EE.UU.
EE.UU. introdujo en el suelo surcoreano más de mil armas nucleares y perpetró anualmente durante varios decenios los ejercicios bélicos nucleares anti-RPDC.
Las generaciones nacidas después de la guerra coreana crecieron oliendo la polvera nuclear cçomo blanco de las armas nucleares de EE.UU. ubicadas en el territorio surcoreano.
En el pasado, la RPDC ingresó al Tratado de No Proliferación (TNP) y firmó el Acuerdo Básico Con EE.UU. para eliminar la amenaza nuclear del imperio.
Pero, EE.UU. los utilizó para aislar y aplastar a la RPDC.
EE.UU. no cumplió todos los tratados sobre el problema nuclear y las relaciones RPDC-EE.UU. firmados según el convenio de Viena sobre la ley de tratado entre los Estados.
En el nuevo siglo puso públicamente la RPDC en la lista de blancos de ataque preventivo nuclear.
En tal circunstancia la RPDC se vio obligada a fabricar las armas nucleares para prevenir la guerra y defender su régimen y su destino.
Es demasiado justo que la RPDC haya poseído las armas nucleares para defender a sí mismo frente a las brutales maquinaciones de EE.UU. de ataque preventivo nuclear.
Hoy en que la RPDC se ha hecho país poseedor de las armas nucleares, no es discutible cómo será su resultado si EE.UU. desata la guerra.