Quedó publicada el día 24 una información de la Agencia Central de Noticias de Corea que argumenta la justeza de la invalidación del Acuerdo de Armisticio de Corea.
La última parte de la información es la siguiente:
La decisión de invalidar el Acuerdo de Armisticio de Corea es la medida audaz para contribuir a la causa de la paz de la humanidad al liquidar los restos de la guerra fría y lograr la paz y la estabilidad duraderas en la Península Coreana.
Hoy día, el Acuerdo de Armisticio y la alianza de guerra de las fuerzas enemigas son los últimos restos de la guerra fría existentes en este globo terráqueo.
A contrapelo del acuerdo de armisticio que estipula la solución pacífica del problema de Corea, Estados Unidos impidió la reunificación de la Península Coreana y promovió entre ambas partes coreanas el antagonismo y la confrontación, a fin de tomar la heguemonía de la región.
Después del cese de la guerra fría, so pretexto de la continuación del estado de guerra según el acuerdo de armisticio, amplió e intensificó las relaciones de la alianza militar de la época de la guerra fría.
Convirtió las alianzas bilaterales EE.UU.-Sur de Corea y EE.UU.-Japón en la alianza militar tripartita y, luego, en la alianza militar multinacional que abarca Australia y otros. Recientemente instigó al Consejo de Seguridad de la ONU a aprobar la “resolución de sanción”, para movilizar en la nueva guerra coreana los países satélites mucho más que en la pasada guerra de la década de 1950.
Después del fin de la guerra fría todos los países y regiones que mantienen las relaciones enemigas con la RPDC se incorporan tal o cual pretexto a bloques inclusive la alianza militar.
Al contrario, la RPDC no se ingresó a ningún bloque ni recibió la garantía de protección militar como “paraguas nuclear”.
O sea, sólo la RPDC, fuera del bloque, se enfrenta con sus propias fuerzas a las fuerzas aliadas imperialistas.
Como resultado, en las relaciones internacionales en torno a la Península Coreana, se ha creado el agudo desequilibrio militar y mecánico.
Cuestionar el lanzamiento de satélite, derecho legal de un estado soberano, intensificar la sanción abusando del Consejo de Seguridad de la ONU y otras brutales y recrudescentes maniobras de aplastamiento de EE.UU. y otras fuerzas seguidoras contra la RPDC, demuestran claramente la realidad de hoy en que predomina la ley de selva por encima de la imparcialidad y principios básicos.
La historia de 60 años pasados testimonia que mientras se mantenga el acuerdo de armisticio, no se podrá eliminar el desequilibrio y hay límite en la capacidad de las grandes naciones vecinas para aliviar la inestabilidad y la tensión permanente en la Península Coreana.
En el mundo no hay la zona de guerra como la Península Coreana donde están almacenadas muchas fuerzas estratégicas nucleares y se desarrollan diariamente los ejercicios militares conjuntos y otras acciones militares.
La paz de la Península Coreana es una parte de la paz del mundo.
La guerra coreana es directamente la regional, la mundial en que participarán los estados principales y las regiones de Asia-Pacífico y al margen de la garantía de la paz de la Península Coreana no puede pensar en la paz del mundo.
La existencia del vistoso acuerdo de armisticio no da ninguna ayuda a la paz de la Península Coreana y el resto del mundo y crea un círculo vicioso en las relaciones entre los países regionales inclusive las grandes potencias, e impide su desarrollo, lo que es una verdad probada por la historia.
No conviene a la corriente principal del desarrollo de la actual época en desarrollo ni es provechosa a nadie la existencia del peligrosísimo factor permanente de la guerra en la región de Asia-Pacífico, escena muy importante de las actividades política, económica y militar del mundo en el siglo XXI cuya tema es la paz y el desarrollo.
Tanto al juzgar la corriente de la época como en vista de la demanda de la situación creada, el estado de armisticio de la Península Coreana no se puede continuar.
La anulación del acuerdo de armisticio demuestra una vez más la voluntad férrea de la RPDC que presentó la paz de la Península Coreana como tarea importante para defender la soberanía e hizo ingentes esfuerzos para realizarlo.
Hoy día, en que las maniobras de todas las fuerzas enemigas tendentes a atentar la soberanía y la dignidad de la RPDC se llevan a un estado peligroso, nuestra opción es clara.
Nuestro ejército y pueblo iniciaron una batalla decisiva de vida o muerte por la reunificación de la patria y la causa de la paz de la humanidad, encargándose del destino del país y la nación y convencidos de la victoria final en la batalla decisiva antiyanqui.
Enfrentarse con espada al cuchillo, con cañones a los fusiles y con el más poderoso medio de ataque nuclear a precisión a la amenaza nuclear de los enemigos, es la invariable posición del ejército y el pueblo de Corea y el modo de enfrentamiento del monte Paektu.
Ya pasó el tiempo de palabras.
Si las fuerzas enemigas se atreven a atentar la RPDC equivocando su inconmovible voluntad, ellas serán derrotadas por el implacable fuego de la RPDC.
Nuestro ejército y pueblo realizarán completamente la soberanía de la patria y la nación con el inagotable poderío del Songun acumulado tanto y escribirán en los anales la nueva historia de la gran Corea tras vencer a las fuerzas aliadas imperialistas.