El pasado día 24, el Tribunal Supremo de Seúl condenó a 4 años de prisión, en virtud de la infame «Ley de Seguridad», a Ro Su Hui, vicepresidente de la Dirección Sureña de la Alianza Pannacional por la Reunificación de la Patria (APRP), quien había visitado a Pyongyang para expresar condolencias por el gran duelo nacional.
Además, impuso penas hasta al secretario general de la misma organización, quien padece ahora una grave enfermedad, por el absurdo cargo de haber ayudado la visita a Pyongyang de Ro.
En una nota divulgada este lunes, el portavoz de la Dirección Norteña de la APRP condenó las penas dictadas en el juicio público sobre esas personalidades surcoreanas, afirmando que tal conducta parte del intento fascista de reprimir y desintegrar la Dirección Sureña estigmatizándola de «entidad proenemiga» y es clímax de la febril campaña conflictiva con la República Popular Democrática de Corea.
La visita a Pyongyang de Ro Su Hui resultó una acción justa y loable que partió del deseo de promover la reconciliación, la unidad y la reunificación de la nación, comienza el texto y prosigue:
Esa visita no puede ser crimen en ningún caso tanto en vista de la elemental ética y moral como a la luz de costumbres nacionales heredadas de los antepasados.
La reciente represión de los títeres surcoreanos contra los miembros de la Dirección Sureña de la APRP constituye un insulto intolerable a la aspiración de todos los compatriotas a la reconciliación y unidad de la nación y a la reunificación de la patria, un acto fascista encaminado a exterminar a las fuerzas patrióticas pro-reunificación en el Sur de Corea y una campaña para resucitar la dictadura de «renovación».
Hace poco, los compinches del gobernante «Partido Saenuri» plantearon la institución de la «ley sobre la disolución de las entidades criminales» en la «Asamblea Nacional» exponiendo abiertamente su intento de acabar con todas las fuerzas patrióticas pro-reunificación del Sur de Corea.
La realidad evidencia que si no ponen punto final a la historia de traición, matizada de sumisión a las fuerzas extranjeras, represión fascista y enfrentamiento fratricida, y no cambian el mundo, los habitantes surcoreanos no podrán realizar nunca su gran deseo de lograr la independencia, la democracia y la reunificación.
Ahora las autoridades conservadoras surcoreanas tratan de buscar la salida de su crisis de gobernación, causada por la escalada de clima antigubernamental en distintos sectores, en la campaña de enfrentamiento con la RPDC y la reproducción de la tiranía. Pero, ese intento no dará otro resultado que adelantar su vergonzosa autodestrucción.
La banda títere surcoreana debe cancelar sin demora su política conflictiva, que llevó a la fase catastrófica las relaciones íntercoreanas, y excarcelar ahora mismo a las figuras patrióticas pro-reunificación, inclusive el vicepresidente Ro Su Hui.