2013-08-26-01-01

En ocasión del Día de Songun (25 de agosto), el Mariscal Kim Jong Un, Primer Secretario del Partido del Trabajo de Corea, Primer Presidente del Comité de Defensa Nacional de la República Popular Democrática de Corea y Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea, publicó el día 25 para Rodong Sinmun y Joson Inmingun, órganos del PTC y del EPC, respectivamente su declaración «Hagamos perpetuas la gran idea revolucionaria de Songun del compañero Kim Jong Il y sus hazañas», cuyo texto íntegro sigue abajo:

Nuestro Ejército y otros sectores de la población acogen, con el fervoroso sentimiento de veneración hacia el gran compañero Kim Jong Il e inquebrantable fe en el triunfo de la revolución, el 53 aniversario de que él comenzara a dirigir la revolución mediante Songun (prioridad de los asuntos militares –N.T.)

    El Día de Songun en que el General Kim Jong Il dio inicio a esa orientación constituye, junto con el Día de la Fundación del Ejército, un hito importante en la historia de la construcción de nuestras fuerzas armadas revolucionarias y en los anales de la nación coreana. Una fecha significativa que produjo cambios históricos en el fortalecimiento y desarrollo de nuestras fuerzas armadas revolucionarias y en el cumplimiento de la causa revolucionaria del Juche y que dio continuidad a la historia y tradición de nuestra sagrada revolución de Songun, la cual se ha valido del fusil para su comienzo, avance y éxitos consecutivos.

    Songun es una enorgullecedora tradición de la revolución coreana que emprendió el gran compañero Kim Il Sung y dirigieron este y Kim Jong Il, así como la bandera de la victoria y gloria.

    Fueron los grandes Generalísimos quienes exploraron el camino de la revolución de Songun y escribieron un nuevo capítulo de la historia abriendo la época de Songun.

Kim Il Sung expuso tempranamente la verdad de la lucha revolucionaria de que solamente con las armas se puede vencer al enemigo armado y presentó la idea y el lineamiento que conceden prioridad al fusil y a los asuntos militares. Consideró la construcción de las fuerzas armadas como uno de los asuntos fundamentales de la revolución, prestó atención primordial a organizar y consolidar el cuerpo armado y logró la histórica obra de la liberación nacional, con el Ejército Revolucionario Popular de Corea como pilar.

    Recurrió al fusil de la revolución en su sabia dirección de las dos guerras revolucionarias, las dos fases de la revolución social y la construcción socialista, hasta que levantó el socialismo a nuestro estilo que coloca en su centro a las masas populares y elevó la dignidad y el honor de la nación.

    Fiel a su idea y obra, Kim Jong Il superó las duras pruebas de la historia y condujo a nuestra revolución por el glorioso camino de la victoria, al dirigir a la nación con el original método de Songun.

    Fue el 25 de agosto de 1960 cuando dejó sus primeras huellas de dirección en la División Guardia de Tanques 105 “Seúl” Ryu Kyong Su, acontecimiento histórico que manifestó su decisión de continuar la causa revolucionaria del Líder y significó el comienzo de su orientación mediante Songun.

    Songun fue su idea y práctica revolucionarias, su ideal y método políticos.

    En sus continuos viajes de inspección a las unidades del Ejército Popular durante más de medio siglo desde que comenzó a dirigir la revolución mediante Songun, consolidó al Ejército Popular como indestructibles fuerzas armadas revolucionarias y, valiéndose de Songun, logró el victorioso avance del proceso revolucionario y constructivo.

    Consolidar al ejército fue para él el quehacer más importante en la empresa de Songun: al convertirlo en indestructibles tropas revolucionarias del Líder, infinitamente fieles a la causa del Partido, lo enalteció como pilar y fuerza principal de la revolución y alcanzó triunfos históricos en los cruentos enfrentamientos con el imperialismo y con Estados Unidos para salvaguardar la seguridad de la patria y el socialismo. Denominó como espíritu revolucionario de los militares, espíritu que simboliza y representa la era de Songun, los rasgos puestos de manifiesto por los soldados del Ejército Popular, como la disposición a defender al Líder y cumplir sus enseñanzas al riesgo de la vida y el sacrificio heroico, y encauzó a todos los militares y civiles para que vivieran y lucharan con ese espíritu, registrando con ello un gran auge en todos los dominios de la revolución y su construcción.

    Con el objetivo de afianzar los éxitos de su orientación mediante Songun y materializar en todas las esferas la política de Songun, dispuso que la primera reunión de la Asamblea Popular Suprema de la República Popular Democrática de Corea en su X legislatura adoptara una Constitución Socialista que reflejara la idea y los principios revolucionarios de Songun. Asimismo estableció un nuevo sistema de administración estatal que tuviera como eje el Comité de Defensa Nacional y condujo sabiamente para que todas las actividades del Estado se realizaran bajo el principio de la preponderancia militar.

    La inaudita historia de su orientación de la revolución mediante Songun se caracteriza por la independencia antiimperialista a carta cabal y abnegación patriótica sin parangón, por las sublimes muestras de absoluta confianza y amor paternal hacia los oficiales y soldados del Ejército y otros sectores de la población.

    Gracias a su dirección, nuestra revolución ha podido cosechar sucesivas victorias contra viento y marea. Gracias a sus superintensas jornadas de trabajo para el bienestar de la nación, nuestro ejército y otros sectores de la población han podido engendrar milagros que jamás ha conocido la historia de la humanidad.

    De hecho, Songun fue el inconmovible credo revolucionario que nuestro General abrigaba y plasmó en toda su vida, así como una grandiosa práctica revolucionaria mediante la cual engalanó la historia nacional con brillantes victorias y sempiternas hazañas.

    Al formalizar y enriquecer la idea de Songun en el proceso de su orientación sin precedentes, les preparó a nuestro pueblo y otros revolucionarios del mundo las directrices y la bandera para sus consecutivos triunfos en su empeño por verificar la causa de la independencia.

    Estamos hablando de una idea que prioriza los asuntos militares en la causa de las masas populares por la independencia y el socialismo y que impulsa todo el proceso revolucionario y constructivo teniendo como núcleo al ejército revolucionario.

    Esa idea parte de un principio de la revolución sustentado en la idea Juche, consistente en que el fusil de la revolución decide el triunfo de la causa revolucionaria y responde de manera científica y práctica a los asuntos clave para la victoria de la revolución.

    Enuncia la teoría revolucionaria sobre la necesidad de fortalecer el fusil de la revolución, el ejército de la revolución, consolidar el sujeto de la revolución tomándolo como núcleo y apoyarse en él para el victorioso avance del proceso revolucionario y constructivo.

    Su mayor exigencia es dar importancia a los asuntos militares, prestar atención primordial a la construcción del ejército y consolidar al ejército como el del Partido y el líder, indestructibles fuerzas armadas revolucionarias capaces de derrotar a cualquier enemigo poderoso.

    Para forjar su destino y lograr la causa socialista en medio del intenso enfrentamiento con el imperialismo y del peligro permanente de la guerra, las masas populares deben consolidar ante todo el fusil de la revolución y empuñarlo más firmemente. La historia del movimiento socialista mundial nos enseña la seria lección de que con un ejército débil e inconsecuente no se puede defender el destino de los pueblos ni el socialismo.

    Robustecer el sujeto de la revolución tomando al ejército como fuerza principal y valerse de su papel protagónico para impulsar la lucha revolucionaria y la labor de construcción deviene una nueva teoría revolucionaria dilucidada por la idea de Songun.

    La revolución es una lucha a muerte o vida entre revolucionarios y contrarrevolucionarios y su destino depende de cómo se robustece el sujeto de la revolución y se eleva su papel.

    Un ejército revolucionario dirigido por el líder es el más revolucionario, organizado, disciplinado y combativo de todos los colectivos sociales que constituyen las fuerzas revolucionarias en una sociedad socialista donde las masas populares son sus dueñas. Por su idea, fuerza espiritual y temperamento revolucionarios, es capaz de orientar al conjunto de la sociedad e impulsar la lucha revolucionaria y la labor de construcción. Sus potencialidades se hacen incomparablemente grandes si toma la delantera y, unido monolíticamente con toda la población, lucha con el espíritu y temperamento que lo caracterizan.

    La idea revolucionaria de Songun ha abierto un nuevo camino, un camino de la victoria que permite consolidar el sujeto de la revolución y elevar su papel para el exitoso avance de la causa de las masas populares por la independencia y el socialismo.

    Expone por primera vez la teoría de que Songun es la política más poderosa y el principal método político del socialismo.

    La idea y el ideal se hacen realidad a través de la política, factor que decide el destino de las masas populares, la prosperidad o la decadencia de un país y una nación.

    Por primera vez en la historia el gran compañero Kim Jong Il expuso que, por su objetivo de materializar en todos los aspectos la aspiración de las masas populares a la independencia y defender sus intereses, la política socialista debe ser necesariamente Songun y lo formalizó como principal método de la política socialista.

    Como él señalara, esta política sitúa los asuntos militares por encima de todos los demás quehaceres del Estado, defiende a la patria, la revolución y el socialismo e impulsa con dinamismo la construcción socialista en su conjunto, teniendo al Ejército Popular como fuerzas medulares y principales. Se trata de un método de carácter independiente que encarna integralmente los principios y fórmulas que emanan de la idea Songun.

    Con el nacimiento de la mencionada política como método principal de política socialista, se han producido cambios trascendentales en la historia política de la humanidad y del socialismo y hemos llegado a tener un medio omnipotente para realizar con éxito el ideal y los principios de socialismo.

    La idea Songun del compañero Kim Jong Il es un pensamiento revolucionario que se rige por una firme posición independiente y antimperialista y por el noble amor a la patria, la nación y el pueblo y que se basa en una férrea convicción y voluntad.

    Este término de la época actual nace de la inconmovible fe y voluntad y el gran valor que caracterizaban al compañero Kim Jong Il quien, al asumir plena responsabilidad del destino y el futuro de la nación y el pueblo, resolvió todos los problemas a favor de sus exigencias e intereses y a nuestra manera en medio de un duro y prolongado enfrentamiento con las potencias imperialistas. Su gran idea revolucionaria, Songun, nos permite defender firmemente y con nuestras fuerzas y armas la dignidad del país, la independencia del pueblo y las conquistas del socialismo y garantiza el fortalecimiento y la prosperidad de la patria y el luminoso futuro de la nación.

    Enriquecida en la lucha para llevar a la práctica la idea Juche, es una teoría científica y revolucionaria que ayuda materializar impecablemente y en todos los aspectos las exigencias de tal idea.

    Gracias a su formalización y desarrollo por el compañero Kim Jong Il, se ha enriquecido el archivo de pensamientos de nuestra revolución y han alcanzado niveles desconocidos la fuerza de atracción y la vitalidad de la idea Juche.

    Esta es la raíz de Songun, su fiel reflejo.

    Es gracias a la idea Songun que la Juche, puesta en la práctica revolucionaria, cobra mayor vigencia como gran directriz que garantiza la marcha triunfante y culminación de la causa de las masas populares por la independencia.

Kim Jong Il condujo con habilidad el proceso revolucionario de Songun, realizando imperecederos méritos para la patria, la revolución, la época y la historia.

    Defendió con honor el socialismo del Juche establecido por nuestro Líder y aseguró la continuidad de la causa revolucionaria del Juche, la de Songun.

    El socialismo del Juche es un inapreciable logro de nuestra revolución que el gran Líder consiguió con el esfuerzo de toda la vida y constituye la vida de nuestro pueblo y la cuna de su verdadera existencia y felicidad. La década de 1990 fue un período muy duro para nuestra revolución, pues había llegado a colmo la descabellada intención del imperialismo estadounidense y sus aliados de detener el avance victorioso de nuestra revolución y acabar con nuestro socialismo. Cuando los coreanos se encontraban ante el dilema de triunfar como pueblo y combatientes independientes o someterse una vez más al imperialismo como esclavos coloniales, nuestro General defendió firmemente el socialismo del Juche y logró un brillante triunfo enarbolando en alto la bandera de Songun, un milagro de la historia que no puede ser engendrado por ningún otro ser humano.

    Fue él quien al frente de la revolución de Songun preparó una sólida base para la prosperidad de la patria y la culminación de la causa revolucionaria del Juche y dio la plena garantía de su triunfo.

    El requisito más importante para el triunfo de la revolución es fortalecer su Estado Mayor que es el partido y agrupar compactamente al ejército y el pueblo a su alrededor, reforzando así las fuerzas que protagonizan la revolución.

    El principio fundamental que nuestro General había venido manteniendo de manera invariable en la construcción del partido fue lograr que nuestro Partido fuera del Líder Kim Il Sung. Definió la identificación de todo el Partido con el kimilsungismo como objetivo general de su construcción y condujo con inteligencia la labor encaminada a afianzar el sistema de ideología y dirección única en todas sus instancias. Como resultado, nuestro Partido se ha convertido en una invencible agrupación revolucionaria, infinitamente fiel a la idea y dirección de su Líder, con alto sentido de organización y disciplina, con un fuerte arraigo en las masas y el ejército, y cumple satisfactoriamente su misión y papel como orientador de la revolución de Songun. Nuestro General logró la unidad monolítica del Partido, el Ejército y el pueblo en torno al líder, planteándola como la tarea más importante de la revolución, y así multiplicó el poderío de las fuerzas impulsoras de la revolución de Songun.

    También hizo invencible al Ejército Popular y, con este como núcleo, consolidó las potencialidades militares del país, firme garantía para el triunfo de la causa revolucionaria del Juche.

    Bajo su entusiasta dirección, nuestro Ejército Popular se ha convertido en un destacamento de la revolución de Songun que tiene como razón de ser defender al Líder a riesgo de la muerte y cumple infaliblemente las órdenes del Comandante Supremo, tomando siempre la delantera. Adecuar a las condiciones propias del país, modernizar e informatizar en la industria de defensa nacional se han impulsado a tal grado que hoy podemos producir cualquier armamento moderno que deseemos con nuestros propios recursos. Gracias a la destacada dirección de la revolución de Songun por nuestro General, el Ejército Popular ha crecido como una fuerza revolucionaria incomparablemente poderosa, nuestro país ha hecho gala de su ímpetu como potencia Paektusan que fabrica y lanza satélites artificiales y posee armas nucleares, y hemos defendido fidedignamente la soberanía y dignidad del país frustrando todas las agresiones y provocaciones de los imperialistas.

    El gran General asentó una firme base material y técnica para la construcción de un Estado socialista poderoso y próspero.

    Gracias a él, durante la Marcha Penosa, la Forzada, período en que nuestra revolución pasaba severas pruebas, se trazó un gran proyecto de dicha construcción para el enriquecimiento y la prosperidad de la patria y en todo el país se desató una fiebre para alcanzar nuevos éxitos portentosos e innovaciones. Se levantaron las furiosas llamas de la revolución industrial en la nueva centuria, se abrió la era de la economía del conocimiento, se levantaron por doquier construcciones monumentales que representan a la época y se crearon muchos modelos de la cultura de Songun. Los valiosos bienes y realizaciones generados en la era de Songun por nuestro Ejército y toda la población bajo la sabia dirección del gran General, devienen preciosos haberes para el enriquecimiento y la prosperidad de la nación de Kim Il Sung y la Corea de Kim Jong Il.

    Al dirigir la revolución mediante Songun, el gran General imprimió nuevos cambios en el empeño por reunificar a la patria de manera independiente y preservó la paz y la seguridad en el mundo. Abrió la Era de la Reunificación del 15 de Junio, sustentada en el ideal “entre nosotros, los connacionales”, preparó un valioso caudal para la reintegración y coprosperidad nacionales y desbarató las interminables maquinaciones de los imperialistas encaminadas a provocar una guerra, defendiendo la paz en Asia y el resto del mundo.

    Las grandes hazañas realizadas por el compañero Kim Jong Il para la patria, la revolución, la época y la historia durante más de medio siglo de su infalible dirección mediante Songun, brillarán eternamente en el victorioso avance de nuestra causa revolucionaria.

   Debemos heredar fielmente y perpetuar la gran idea revolucionaria de Songun del compañero Kim Jong Il y sus proezas.

    La idea revolucionaria de Songun es la gran guía rectora de nuestra revolución y los méritos realizados por el gran General en su dirección mediante Songun son móviles de la victoria.

    Heredar y llevar a cabo la causa revolucionaria del Juche enarbolando invariablemente la bandera de Songun es una inconmovible disposición y férrea voluntad de nuestro Partido, Ejército y pueblo.

    Tenemos que seguir por el camino de Songun, el de la independencia y socialismo que el gran General recorrió en toda su vida, hacer realidad su legado y culminar con éxito la causa revolucionaria del Juche y la de Songun.

    Todos los funcionarios, militantes del Partido y otros trabajadores se armarán firmemente con la idea revolucionaria de Songun del compañero Kim Jong Il, conocerán a fondo los grandes méritos que él realizó practicando Songun, los plasmarán al pie de la letra en los procesos revolucionario y constructivo y los harán perdurar.

    Es preciso materializar cabalmente el lineamiento que concede importancia al fusil, a los asuntos militares, y consolidar la capacidad defensiva del país por todos los medios.

    Debemos hacer del Ejército Popular tropas de firme ideología y fe, poderosas tropas revolucionarias de Paektusan.

    La dirección del Partido es como la vida para el Ejército Popular, pues el poderío de éste es inconcebible al margen de esa dirección. El Ejército Popular tiene un solo rumbo que seguir: avanzar recto con el fusil apuntando hacia la dirección que señale el Partido. Nuestro fusil siempre ha de ser un inmutable punto de apoyo que ofrezca seguridad al Partido y a su causa.

    Ante cualquier prueba o cambio de situación, los oficiales y soldados del Ejército Popular reconocerán únicamente al Partido y el Líder y arderán de una sola idea y determinación de defenderlos a ultranza. Se pertrecharán con la ideología revolucionaria de nuestro Partido y tendrán la inconmovible disposición a defender a costa de la vida la bandera roja de la revolución, la bandera del Partido del Juche.

    Todo el Ejército se dedicará con gran fervor al entrenamiento como lo hicieron los guerrilleros del monte Paektu, para formar a todos los militares como valerosos combatientes capaces de vencer uno a cien enemigos, que dominan las estrategias y tácticas militares de Kim Il Sung y Kim Jong Il y poseen el heroico espíritu y formidable preparación para el combate, así como implantar una férrea disciplina en las unidades y dotarlas de cualidades propias de las fuerzas regulares.

    Para el mejor servicio de los militares, acondicionarán los puestos y cuarteles como sus propios hogares y crearán para ellos óptimas condiciones de la vida material y cultural.

    Los oficiales y soldados del Ejército Popular, mientras cumplen su misión principal que es defender el país, deben dar grandes pasos de avance en distintos renglones e importantes obras de la construcción socialista y ser los primeros y siempre insatisfechos benefactores del pueblo.

    Se requiere un gran empeñó en el desarrollo de la industria de defensa nacional. En el sector se concentrarán en lograr mayores éxitos en el esfuerzo por hacer de nuestro país la mayor potencia militar y producirán más y mejores armamentos de gran precisión, ligeros, automáticos e inteligentes.

    La Guardia Roja Obrero-Campesina elevará su combatividad mediante intensos ejercicios militares y políticos y se preparará para defender ante cualquier eventualidad sus provincias, distritos y suelo patrio.

    Hay que dar grandes saltos e innovaciones en todos los sectores de la construcción socialista.

    Se debe impulsar más la construcción de una potencia económica en fiel acato a la línea de nuestro Partido sobre el desarrollo paralelo (impulsar simultáneamente la construcción económica y la de las fuerzas armadas nucleares – N.T.), a fin de elevar notablemente el nivel de la vida de la población.

    Se renovarán la agricultura y la industria ligera, renglones principales para la construcción de la potencia económica, y se acelerará la construcción de viviendas para que los habitantes lleven una vida holgada y dichosa.

    Se pondrá énfasis en el sector priorizado de la economía nacional, la industria básica, de manera que tenga efecto la base independiente que hemos creado y se promoverán la modernización y la normal producción de la rama. Particularmente, se pondrá gran empeño en las industrias eléctrica y carbonífera, mientras que la metalúrgica y la química serán columnas gemelas que hagan progresar el conjunto de la economía nacional.

    Nos compete acelerar el desarrollo científico y tecnológico y preparar a todos los habitantes como científicos y técnicos de gran talento, para así elevar el nivel de la modernización de la economía nacional, su dotación con la tecnología de CNC y completar su estructura conforme a la demanda de la era de la economía de conocimientos.

    Es preciso acelerar la construcción de un Estado socialista civilizado. Convertiremos a todos los miembros de la sociedad en artífices de la cultura socialista que también sepan disfrutar de ella, daremos un gran avance en todos los aspectos de la construcción cultural y haremos realidad el deseo de nuestra población de gozar de una vida sana y culta.

    Con miras a lograr un cambio decisivo en la construcción de un Estado socialista, poderoso y próspero, es menester elevar más la función y el papel combativos de las organizaciones del Partido.

    Estas últimas son unidades de vanguardia de la revolución de Songun y por medio de ellas se materializan la ideología y la dirección del Partido. Al tomar como línea principal de su trabajo implantar el sistema de dirección única del Partido, conducirán a todos los cuadros, militantes y demás trabajadores a ser fieles a la ideología y orientación de su líder y desarrollar todas las actividades de acuerdo con el pensamiento y propósito del Partido.

    En la ofensiva general de hoy deben explotar al máximo la fuerza espiritual de los cuadros, miembros del Partido y trabajadores. La madre del prodigio es la fuerza espiritual de las masas y la llave maestra que abre una nueva era de prosperidad en la construcción del Estado poderoso y próspero está en poner fuego en el alma de ellas.

    Las organizaciones del Partido se esmerarán en la educación de los cuadros, militantes y trabajadores encaminada a persuadirlos de la grandeza de la idea revolucionaria de Songun y los méritos del General Kim Jong Il y darles continuidad. Desarrollarán entre las masas una dinámica labor política, similar a la que se hace en las trincheras en plena guerra, hasta que todos los cuadros, miembros del Partido y demás trabajadores hagan suyos el espíritu y estilo de trabajo de los militares del Ejército Popular, dispuestos a sacrificarse para defender al Líder y materializar sus instrucciones, y aviven las llamas de la creación de la “velocidad en el monte Masik”, exhibiendo plenamente el patriotismo de Kim Jong Il.

    Es indispensable vigorizar la gran campaña de la construcción socialista mediante la cooperación de los militares y civiles.

    Estamos hablando de un eficaz modo de trabajo que le permite a nuestro ejército y pueblo desarrollar una ofensiva recia, unidos compactamente. Los altos cargos militares y civiles se esmerarán en la organización y el mando a favor de esa cooperación, recurrirán a la fuerza espiritual de los militares y civiles y a todos los medios para cumplir infaliblemente y a tiempo las tareas que asumen sus respectivas unidades.

    En fiel acato al legado y el noble propósito de los grandes Generalísimos, debemos esforzarnos con denuedo por abrir una nueva coyuntura de la reunificación de la patria, prevenir las agresiones y la guerra y defender la paz y seguridad en el mundo.

    Invencibles son nuestra ideología y causa de la revolución de Songun.

    Mientras la gran idea Juche, la idea revolucionaria de Songun, nos ilumina el camino a seguir y contamos con la sabia orientación del Partido, la unidad monolítica militar-civil y el indestructible Ejército Popular, es definitiva la victoria de la causa revolucionaria del Juche, la de Songun.

    Como en el pasado, cosecharemos para siempre la victoria, enarbolando la gran bandera del Songun.

KCNA

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