El Comité de Defensa Nacional propone al Sur de Corea mejorar relaciones intercoreanas con fuerzas unidas nacionales

   Ya comenzó el decimocuarto año del siglo XXI en medio de la trágica división nacional.

    El dolor, que afecta más a la nación coreana al paso del tiempo, es la división territorial y nacional impuesta por las fuerzas extranjeras.

    Con la firme decisión de acabar con esa tragedia, el patriota sin igual declaró al interior y exterior su posición patriótica en los albores de este año.

    Su ardiente llamamiento y férrea voluntad de lograr cuanto antes la reunificación de la patria, la paz y la prosperidad conmueven mucho todo el territorio nacional, toda la nación y todo el mundo.

    Pero, desde el principio del año nuevo, sólo los gobernantes surcoreanos se portan groseramente sin abandonar su hábito de enfrentarse con la parte connacional.

    Difunden el rumor erróneo como si la coyuntura de congelación de las relaciones Norte-Sur se debiera a la parte Norte y esperan una «situación emergente» cuestionando atrevidamente los asuntos internos de otra parte que no conocen bien. Insatisfechos con esto, agravan intencionalmente la situación hablando de la supuesta «provocación» y «amenaza» de alguien.

    Además, con el método rutinario usado siglo tras siglo y década tras década, anuncian que librarían desde finales de febrero, más temprano que de costumbre, los ejercicios militares conjuntos de carácter agresivo Key Resolve y Foal Eagle, realizados cada año bajo el rótulo de «anuales y defensivos».

    Según trascendidos, la operación de desembarco Ssangryong, planificada en el marco de aquellos ejercicios bélicos, tendrá la dimensión más grande suponiendo el ataque a Pyongyang.

    Lo grave del caso es que tales movimientos militares se dan coincidiendo con el despliegue sigiloso de muchos tanques, carros blindados, escuadrillas de aviones y otras nuevas fuerzas armadas navales y aéreas norteamericanas en el Sur de Corea y su contorno.

    Frente a tales circunstancias graves, por encargo del gobierno, partidos políticos y entidades de la República Popular Democrática de Corea, el Comité de Defensa Nacional de la RPDC propone a las autoridades surcoreanas los siguientes problemas de principios:

    1.Proponemos tomar desde las medidas prácticas en respuesta al caluroso llamamiento de preparar el ambiente favorable a la mejora de relaciones Norte-Sur.

    Mejorar las relaciones Norte-Sur y lograr la reconciliación y unidad nacionales es la invariable posición de nuestro ejército y pueblo.

    Proponemos oficialmente a las autoridades surcoreanas tomar con motivo del Año Nuevo Lunar, o sea a partir del 30 del mes en curso las medidas prácticas para cesar totalmente todos los actos tendentes a incitar y calumniar entre sí.

    Este año significativo se cumple el 10º aniversario del «Acuerdo del 4 de Junio», según el cual ambas partes acordaron parar todas las calumnias y campañas psicológicas contra la contraparte acorde al espíritu de la histórica Declaración Conjunta del 15 de Junio y la Declaración del 4 de Octubre.

    Si las autoridades surcoreanas respetan ese acuerdo firmado a la vista de la nación, no tendrán ninguna razón que les impida aceptar nuestra propuesta.

    Si desean de veras la mejora de las relaciones íntercoreanas, las mismas autoridades surcoreanas deben ser discretas y conducir a los medios de prensa a crear el ambiente favorable a la mejora de las relaciones íntercoreanas para que en toda la extensión geográfica de la Península Coreana se levante una oleada de reconciliación y unidad nacionales.

    No deben desoír más las voces de la nación en demanda de poner punto final al círculo vicioso de calumnia y antagonismo inútiles y de vivir armoniosamente entre los connacionales.

    2.Proponemos tomar las medidas prácticas de cesar completamente todas las acciones militares contra su contraparte en respuesta al llamamiento histórico de defender la seguridad y paz de la nación.

    Ahora en la Península Coreana cualquier mínimo conflicto accidental puede extenderse inmediatamente a la guerra total.

    La guerra que se desate en este territorio dará provechos a las potencias y causará inimaginables desastres a la nación coreana.

    Por esta razón, proponemos otra vez cancelar incondicional e inmediatamente todas las acciones hostiles militares que se despliegan apuntando los fúsiles contra los connacionales en contubernio con las fuerzas extranjeras.

    Por inmediato, las autoridades surcoreanas deberán tomar la decisión política de cesar primero los ejercicios militares conjuntos «Key Resolve» y «Foal Eagle» planeados a finales de febrero próximo calificándolos de simulacro «anual» y de carácter «defensivo».

    Si son tan preciosos los «ejercicios conjuntos» con EE.UU., podrán desarrollarlos en un lugar retirado muy lejos del territorio, el mar y el cielo jurisdiccionales de la Península Coreana o en el mismo territorio norteamericano. Esta es nuestra posición.

    Al igual que en el pasado, no desarrollaremos en adelante también las acciones militares que obstaculicen la seguridad nacional y la paz introduciendo a las fuerzas extranjeras.

    Proponemos dando énfasis especial cesar todas las acciones que incitan a la contraparte en la tierra, el mar y el cielo, inclusive la zona candente de 5 islas del Mar Oeste de Corea, donde ambas partes están apuntando fúsiles entre sí.

    Para realizar esta propuesta, mostraremos ante todo las acciones prácticas.

    3. Proponemos tomar mutuamente las medidas reales para evitar las calamidades nucleares en este territorio.

    La desnuclearización de la Península Coreana es la meta común de la nación.

    Por lo tanto, nuestro ejército y pueblo mantienen la voluntad de desnuclearizar la Península Coreana.

    En cuanto a nuestras fuerzas armadas nucleares y línea de desarrollo paralelo, ellas devienen el remedio común de la nación y la opción más justa y autodefensiva para acabar con la amenaza y chantaje nucleares de EE.UU. contra la nación coreana y lograr la desnuclearización de todo el mundo, incluso la Península Coreana.

    Las fuerzas armadas nucleares de la RPDC no son el remedio para chantajear y atentar a los connacionales sino para disuadir cabalmente la amenaza nuclear de EE.UU.

    Aprovechando esta ocasión proponemos cortésmente a las autoridades surcoreanas no recurrir al acto temerario destinado a introducir en el territorio surcoreano y su contorno los peligrosos medios de ataque nuclear de EE.UU.

    La insistencia de la RPDC es que ellas deben abandonar con audacia los actos de dos caras, con los cuales toleran las fuerzas armadas nucleares de las fuerzas extranjeras que dañan a los connacionales, pero niegan las de éstos que defienden a todos los compatriotas.

    Nuestras importantes propuestas mencionadas reflejan la aspiración y la demanda de toda la nación de rechazar a las fuerzas extranjeras y adelantar la reunificación independiente, la paz y la prosperidad del país en la posición de «Entre nosotros, los connacionales».

    Si se realizan estas propuestas importantes, se resolverán todos los problemas grandes y pequeños que se presentan en las relaciones íntercoreanas incluyendo el encuentro de los familiares y parientes separados.

    Nuestro ejército y pueblo demandan unánimemente abrir con las fuerzas unidas de la nación la senda de mejoramiento de relaciones íntercoreanas.

    Expresamos la esperanza de que las autoridades surcoreanas respondan positivamente a nuestras propuestas importantes de principios.

KCNA

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