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Con la cada día más ardiente añoranza al Generalísimo Kim Jong Il, todos los coreanos acuden a su estatua de bronce erguida por doquier del país.

Viendo la estatua del Dirigente vestido del único abrigo de campaña, los coreanos recuerdan con gran emoción la vida entera del Dirigente, quien defendió la patria y cuidó al pueblo con la ferviente abnegación patriótica.

El Dirigente se llevaba siempre este único abrigo descolorado durante más de 10 años desde cuando emprendía la Marcha Penosa después del deceso del Presidente Kim Il Sung.

Con este abrigo preparó la felicidad del pueblo superando el frío penetrante y sustituyendo la comida por unas patatas asadas.

El largo y abrupto camino del Songun emprendido por el Dirigente durante todas las estaciones, transmite muchas historias conmovedoras.

Un día, el Dirigente dijo que su abrigo simboliza la revolución del Songun y la Marcha Penosa y añadió que no se lo quita para no olvidar la severa historia y se lo pondrá hasta el día de la victoria final.

Así, su abrigo sirve de testigo de la historia y el símbolo de la revolución del Songun que transmite el mundo de abnegación sincera del Dirigente, patriota sin par y padre afectuoso, quien dedicó todo lo suyo para el pueblo y la prosperidad de la patria.

Guardando para siempre este abrigo del Dirigente, el ejército y el pueblo de Corea toman la decisión de florecer sin falta en esta tierra el deseo de toda la vida del Dirigente bajo la dirección del Mariscal Kim Jong Un.

KCNA

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