Con grandes metas cumplidas y nuevos retos por delante la República Popular Democrática de Corea (RPDC) cumple hoy 68 años de su fundación

El parque donde se ubican las estatuas de Kim Il Sung y Kim Jong Il es uno de los lugares habituales donde los coreanos celebran el aniversario de la fundación de la RPDC. Foto: KCNA
Con grandes metas cumplidas y nuevos retos por delante la República Popular Democrática de Corea (RPDC) cumple hoy 68 años de su fundación.
El 9 de septiembre de 1948 se inició, bajo el liderazgo del presidente Kim Il Sung, el camino de la construcción de un Estado socialista, idea que actualmente se mantiene pero que busca nuevos asideros dentro de un mundo cada vez más convulso.
Primero Kim Jong Il y en la actualidad Kim Jong Un, herederos de la causa de su predecesor, continuaron la obra fraguada al calor de la lucha contra la colonización japonesa que otorgó al pueblo coreano el poder de decidir sobre su propio destino.
Casi 70 años y en medio de las incesantes maniobras de agresión y en circunstancias difíciles, la RPDC continúa firme en su misión de mantener su independencia y soberanía y de construir una nación próspera y socialista.
A lo largo de estos 68 años sus líderes han afirmado que la fundación de la RPDC significó el nacimiento del poder popular basado en la doctrina Juche, idea que sitúa a las masas como única propietaria de los logros de la revolución que se gestaba en esa nación.
La trayectoria de la RPDC, luego de más de seis décadas de fundación como República, se debe en buena parte a la orientación de los hombres que desde su surgimiento se propusieron convertirla en un Estado socialista invencible, lo que significó un cambio radical en la forja del destino de la patria y el pueblo.
Los ciudadanos de entonces levantaron sobre esa tierra una nación que hoy se caracteriza por la independencia, la autonomía y la autodefensa, que busca convertirse en un territorio próspero y que mantiene intacto el deseo de erigirse en una potencia socialista.
El camino de la abnegación y el sacrificio fueron los principios para sentar una firme base económica que asegure la felicidad del pueblo. Registrar un gran viraje en la construcción de la potencia económica y la mejora de las condiciones de vida del pueblo, sigue estando hoy, 68 años después, entre sus principales objetivos.
Fomentar el desarrollo de la industria ligera y de la innovación de la producción agrícola con el fin de mejorar los niveles de vida de la población tan pronto como sea posible y acelerar el crecimiento económico general del país, se ubican también entre sus tareas.
En ese sentido, importantes proyectos como el reparto de los científicos Unha en la ciudad de Pyongyang, el hospital pediátrico de Okryu y la institución de Estomatología de Ryugyong, constituyen ejemplos de cómo se abre una era de prosperidad.
Bajo la dirección del Partido de los Trabajadores y su presidente Kim Jong Un, la búsqueda de la prosperidad se ha reorientado a la formación de una potencia económica sustentada en las ciencias y la tecnología de punta.
Por otro lado continúan afianzando su capacidad militar autodefensiva y mantienen invariable la bandera del Songun, que prioriza el fortalecimiento de los asuntos militares para defender la soberanía y dignidad nacionales.
Cuando el aumento de los simulacros militares, el fortalecimiento de los ejércitos y el incremento de la capacidad nuclear de los países implicados, hacen que aún no se respiren vientos de paz en la península coreana, el camino de la RPDC, según han declarado sus máximos jefes, ha sido el de robustecer de manera cuantitativa y cualitativa sus posibilidades de defensa y poder de disuasión en el enfrentamiento con verdaderas potencias militares.
A pesar de todas estas dificultades y los avances que ostentan hoy en día como nación, para la RPDC la idea de la reunificación de la patria sigue siendo su mayor afán. Grandes esfuerzos se realizan por legar a las venideras generaciones un país unido y poder convivir en paz dentro de la península coreana con la convicción de que con estabilidad en la región, más y mejores metas podrán ser cumplidas.
Lograr un nuevo desarrollo de las relaciones entre el norte y el sur para cumplir la histórica causa de la reunificación nacional es un deseo tan anhelado como alcanzar la prosperidad de la nación.
Pero las transformaciones iniciadas hace hoy 68 años no se han centrado exclusivamente en la construcción un país nuevo, libre y próspero; los dirigentes de la RPDC han dedicado buena parte de su esfuerzo a elevar su prestigio e influencia en el escenario internacional, así como a ampliar sus relaciones con otros países. (Redacción Internacional)
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