Mensaje de KIM JONG UN a los participantes en el VIIº Congreso de la FGSC

El Mariscal Kim Jong Un envió el pasado 25 de Octubre un mensaje titulado «El deber para la época de la clase obrera de Kim Il Sung y Kim Jong Il y las tareas de las organizaciones sindicales» a los participantes en el VII Congreso de la Federación General de los Sindicatos de Corea (FGSC).

El texto completo del mensaje sigue:

El VII Congreso de la Federación General de los Sindicatos de Corea ha sido convocado en un momento de auge revolucionario en que todo el Partido, Ejército y pueblo impulsan vigorosamente la ofensiva general para anticipar la victoria definitiva de la construcción de una potencia socialista, en respuesta al grandioso programa presentado por el VII Congreso del Partido del Trabajo de Corea.

El evento será una ocasión histórica que incita a todos los trabajadores y demás miembros de la Federación a avanzar en la nueva era la de la velocidad de Mallima (caballo legendario que corre al día cuatro mil kilómetros – N.T.), al manifestar ante el mundo la fuerza unida y la inquebrantable fe en la victoria de toda la clase obrera compactamente mancomunada en torno al Partido y fortalecer la función y la combatividad de las organizaciones sindicales.

Felicito efusivamente la celebración del Congreso y deseo grandes éxitos en sus labores.

Fundada y desarrollada sin cesar gracias a la incansable dirección y gran confianza de los grandes Líderes, la FGSC es una entidad política de masas constituida por los trabajadores fieles al Partido y una poderosa unidad de combate consagrada a llevar a cabo la causa revolucionaria del Juche.

Tras la liberación del país, el gran Líder Kim Il Sung, quien concedía importancia a la posición y el papel de la clase obrera en el proceso revolucionario y constructivo, fundó el Partido y seguidamente la Federación General de las Asociaciones Obreras de Corea del Norte, única agrupación política que aglomera a amplias masas trabajadoras. Asimismo, en cada período y etapa de desarrollo de la revolución iluminó el camino a seguir por la Federación y orientó acertadamente a la clase obrera para que cumpliera con su responsabilidad y misión como vanguardia de la revolución.

Partiendo de la idea original sobre la construcción de organizaciones de trabajadores, el gran General Kim Jong Il presentó una directriz que asegurara la conversión de la federación de sindicatos en fidedigna ayudante y defensora del Partido, condujo a las organizaciones sindicales para que cumplieran impecablemente su misión y tarea como educadoras políticas e ideológicas y, al tomar la iniciativa del movimiento masivo, promovió la innovación colectiva y solidaria en la construcción socialista.

El ardiente amor, la plena confianza y la atinada dirección de los grandes Líderes, quienes cada vez que enfrentaban una difícil y colosal tarea revolucionaria acudían ante todo a los obreros para abrir un nuevo esplendor de la revolución, fueron muestras de gran benevolencia de quienes formaron a ellos y demás miembros de la Federación como héroes de la época, logrando que esa organización siguiera inalterable por el camino de lealtad en las vorágines de la historia.

Con la plena confianza y el sentido del deber revolucionario, tanto los obreros como la Federación han sido fieles al Partido y al líder, superando antes que nadie las duras pruebas y dificultades. Con la confianza en sus propias fuerzas y el ímpetu de Chollima (caballo legendario que corre al día 400 kilómetros – N.T.), pocos años después de terminada la guerra nuestros obreros levantaron un Estado industrial socialista para la envidia del mundo en estas tierras donde todo se había reducido a cenizas y, al trabajar con inquebrantable determinación y voluntad en los cruentos días de la Marcha Penosa y del enfrentamiento con el imperialismo norteamericano, hicieron aportes sustanciales al desarrollo de la industria de la autodefensa nacional y la obra de la edificación de la potencia socialista. Los portentosos acontecimientos que asombran al mundo y los milagros que truecan la desgracia en suerte se deben al fervoroso sentimiento de patriotismo y lealtad de los obreros y otros miembros de la Federación quienes, hombro con hombro con los soldados del Ejército Popular, siguen invariablemente fieles a la dirección del Partido.

Extiendo mi más sincero agradecimiento y efusivos saludos militantes a los obreros y otros miembros y funcionarios de la Federación de todo el país quienes han hecho gala de su ardor patriótico e inteligencia en aras del fortalecimiento y la prosperidad de la patria socialista, confiando solamente en nuestro Partido tanto en los días ordinarios como en los duros y en respuesta al llamamiento del Partido y el líder.

Hoy nuestro pueblo se ha levantado con mucho brío en la grandiosa obra de la construcción de la potencia socialista, enarbolando la consigna de identificar a toda la sociedad con el kimilsungismo-kimjongilismo, lanzada por el histórico VII Congreso del PTC.

En la actual marcha de todo el pueblo, la clase obrera revolucionaria, organizada y dotada de inagotable creatividad debe desempeñar necesariamente el papel de protagonista y orientadora.

Fieles a la idea y dirección de los grandes Líderes, los obreros coreanos han sido dignificados por nuestro Partido como heroica clase obrera de Kim Il Sung y Kim Jong Il. Esta denominación refleja la férrea voluntad de nuestro Partido de continuar al pie de la letra la idea y la dirección de los grandes Líderes quienes produjeron las inmensas transformaciones socio-históricas y vencieron las duras pruebas poniendo en primer plano a los obreros, así como sintetiza la gran muestra de confianza y esperanza de que cumplan sus deberes como obreros del Líder y del General en la causa revolucionaria del Juche.

La heroica clase obrera de Kim Il Sung y Kim Jong Il impulsará vigorosamente la construcción de la potencia socialista, como locomotora de la marcha general y paradigma de la sociedad que enarbola la identificación de toda la sociedad según el kimilsungismo-kimjongilismo. Tal es la noble tarea que le asignan ante la patria y la revolución en la nueva era de la revolución del Juche.

Consciente de la gran confianza depositada en ella por el Partido y el pueblo, nuestra clase obrera cumplirá intachablemente la honrosa misión y deber que asume ante la patria y la revolución como avanzada de la revolución del Juche y primogénita del país que ha crecido y se ha fortalecido al amparo de los grandes Líderes.

Para lograr que ella cumpla su sagrada tarea para la época, es necesario renovar decisivamente las labores de la Federación.

Esta es una poderosa arma política que forma a los obreros y a sus miembros como kimilsungista-kimjongilistas ilimitadamente fieles al Partido y el líder y que los moviliza para la causa revolucionaria del Juche.

Debe asumir como tarea principal de la lucha la identificación de todos sus miembros con el kimilsungismo-kimjongilismo.

Nuestra revolución avanza y triunfa con la fuerza unida del Partido, el Ejército y las amplias masas laboriosas. La causa de la identificación de toda la sociedad con el kimilsungismo-kimjongilismo se logra exitosamente solamente cuando se asimilan con esa ideología todo el Partido, Ejército y las agrupaciones de trabajadores como la Unión de la Juventud y la Federación General de los Sindicatos. He aquí el triunfo definitivo de la causa socialista, la causa revolucionaria del Juche.

Identificar a la Federación con el kimilsungismo-kimjongilismo constituye la garantía fundamental para preparar a los obreros como revolucionarios y élite y elevar por todos los medios su papel de núcleos y orientadores. Cuando la clase obrera, precursora y fuerza principal de nuestra sociedad, la conduce como locomotora y ejemplo, podemos propulsar exitosamente la ingente obra de transformar a todos los integrantes de la sociedad y aspectos de la vida social según los requisitos del kimilsungismo-kimjongilismo.

Es preciso establecer más firmemente el sistema de dirección única del Partido en el seno de la Federación.

Asimilar a toda esta con el kimilsungismo-kimjongilismo es una labor encaminada a hacer de ella un cuerpo puro sustentado solamente en dicha ideología, un ente orgánicamente íntegro y de acción coordinada donde todos se mueven como un solo hombre bajo la única dirección del Partido.

El gran kimilsungismo-kimjongilismo es y será eternamente la idea rectora de la Federación.

A esta le corresponde tomar el kimilsungismo-kimjongilismo como su única directriz en su construcción y actividades. Es indispensable defender resueltamente y aplicar estrictamente las ideas y teorías de los grandes Líderes sobre la construcción de la Federación y sus imperecederas proezas de dirección, así como asumir como sustento y materializar cabalmente sus legados.

La Federación será fiel sin límites a la dirección del PTC. A sus organizaciones les compete diseñar y ejecutar sus labores en atención a la idea, el lineamiento y la política de nuestro Partido. Deben implantar una férrea disciplina y orden que les permiten informar a su debido tiempo al Partido de todos los problemas que enfrentan y manejarlos de acuerdo con las conclusiones del Partido. Les atañe materializar a toda costa las líneas y la política del Partido. Deben transmitir sin demora sus orientaciones e instrucciones a todas las instancias, incluidas las más inferiores, y ejecutarlas lo antes posible en un nivel supremo. Tal y como el mayor de los hermanos lee antes que otros el pensamiento de los padres, la clase obrera, primogénita del país, será la primera en acatar el propósito y el requerimiento del Partido.

Defender resueltamente el Comité Central del Partido es la primera razón de ser y una orgullosa tradición de los obreros coreanos. Aunque nuevas generaciones de obreros suceden a las viejas, la historia de la lealtad al Partido y al líder y de la unidad monolítica debe proseguir por los siglos de los siglos. La clase obrera y los miembros de la Federación deben siempre confiar y seguir única e incondicionalmente al Partido y correr la misma suerte que él, como los obreros de la comuna Kunja y de Rakwon que en el fragor de la guerra lucharon sin doblegar, convencidos de que con el Líder saldrían victoriosos infaliblemente, y como los obreros de Kangson quienes sostuvieron al Partido y líder con el gran auge de Chollima. Preservarán por todos los medios la idea y el prestigio del Partido con el espíritu de los de la posguerra que en defensa del Partido declararon a los sectarios que los echarían al horno eléctrico. No tolerarán ni se conciliarán en lo mínimo con los fenómenos negativos u opuestos al Partido a la hora de materializar las orientaciones del Partido, y con su puño de hierro asestarán golpes demoledores.

Al intensificar la dirección sobre la vida orgánica e ideológica de sus integrantes, deben preparar a todos ellos como auténticos kimilsungista-kimjongilistas.

La mencionada vida es un centro de educación ideológica que forma a los kimilsungista-kimjongilistas y un horno que los curte mediante la organización. Las organizaciones sindicales deben tomar esa dirección como tarea principal y prestarle atención primordial.

Deben concentrarse en la educación ideológica a sus miembros.

Les compete intensificar la educación en los cinco puntos presentada por el Partido, de manera que todos sus integrantes se formen como hombres de firme idea y convicción, fervorosos patriotas, vanguardias en la lucha de clases, seres dotados de nobles rasgos morales que encarnan las cualidades ideológico-espirituales propias del kimilsungista-kimjongilista. Les atañe poner gran empeño en la educación para aprender el espíritu revolucionario de los militares y el de los héroes jóvenes del monte Paektu. Inculcarán a sus miembros la idea y el lineamiento del Partido acerca de la priorización militar para que aprendan a conciencia los asuntos militares y mantengan siempre el estado de tensión y alerta, empuñando en una mano el fusil de la revolución y en otra el martillo de la clase. Intensificarán la educación y la lucha ideológicas encaminadas a frustrar las maniobras de penetración ideológica y cultural del imperialismo y sus seguidores, de manera que todos sus miembros mantengan firme la posición de la clase obrera y lleven una vida revolucionaria, sin contagiarse del veneno capitalista.

En la educación ideológica de sus miembros deben aplicar varias formas y métodos y la originalidad conforme al nivel de preparación y las características de cada uno de ellos. Impulsarán la reformación ideológica de los obreros y otros integrantes aplicando el método de precisión a la labor ideológica del Partido, así como fomentarán el gran auge en todo el país. Hay que acondicionar bien los centros de educación de los integrantes de la Federación y planificar y normalizar la educación ideológica a través de ellos. Urge establecer un eficiente sistema educativo en las organizaciones de la Federación y recurrir a todos los medios y métodos de propaganda para resolver las cuestiones priorizadas por el Partido y las importantes tareas políticas.

Hay que intensificar la dirección sobre la vida orgánica de los miembros de la Federación.

Las organizaciones sindicales se esmerarán en esa dirección tomando como lo fundamental elevar la fidelidad al Partido y el líder y vinculándola estrechamente con el cumplimiento de las tareas revolucionarias. Implantarán entre sus miembros un régimen de participar voluntariamente en la vida orgánica para que se apoyen siempre en la organización y cumplan a tiempo e infaliblemente sus resoluciones y tareas. Elevarán el nivel de balance de la vida orgánica de los miembros, de modo que este sea una buena oportunidad para educarlos y forjarlos con los principios revolucionarios.

A las organizaciones de la Federación les compete implantar una recia disciplina y ser más exigentes respecto a la vida orgánica. La orientarán a tenor de los postulados de los estatutos de la Federación y del reglamento de la vida en ella y fortalecerán el control de sus miembros para que nadie se aparte de ella.

Movilizarán enérgicamente a los obreros y miembros de los sindicatos a la construcción de la potencia socialista.

Mediante enérgicas actividades políticas y propagandísticas dirigidas a incentivar el espíritu de esos constructores del socialismo, los convocarán a las nuevas hazañas y prodigios. Los orientarán a que vigoricen la campaña de producción llamada a llevar a buen término la estrategia quinquenal para el desarrollo de la economía nacional y que cumplan infaliblemente el plan de cada día, mes y trimestre, para así ser protagonistas de milagros e innovaciones y dignos abanderados del movimiento Mallima en todas las esferas como la ciencia, la educación, la salud pública, el arte y la literatura. Los encauzarán a que trabajen con abnegación considerando sus puestos de trabajo como avanzadas de la empresa de la construcción de una potencia socialista, para producir más bienes que contribuyan a la defensa nacional, el desarrollo económico y el fomento del bienestar del pueblo.

Es importante manifestar plenamente el espíritu de fortalecerse con los medios propios en la construcción de la potencia socialista. Convencidos de que son mejores lo nuestro y nuestra fuerza y poniendo de manifiesto el espíritu de apoyarnos en nuestras propias fuerzas, los obreros y los miembros de la Federación obtendrán materias primas y fabricarán equipos en el país, modernizarán con audacia los procesos productivos y técnicos y alcanzarán el más alto nivel de la civilización socialista. Con la autoestima y el coraje de la clase obrera coreana, todo lo fabricarán con sus propias manos y mejor que nadie, se liberarán completamente de la propensión a la importación y demostrarán plenamente la sabiduría nacional y el honor de la patria.

Para ser los que se fortalecen más con sus propios recursos y protagonistas de la era de la economía del conocimiento, dominarán las modernas ciencias y tecnología. Si las combinan con su espíritu revolucionario, nada sería irrealizable para ellos. Bien conscientes del propósito del Partido de convertir a todos ellos en trabajadores de conocimientos y talentos científicos y técnicos, estudiarán con aplicación a través del sistema educacional para trabajadores como la enseñanza a distancia adquiriendo modernas ciencias y tecnología y elevando de continuo el nivel de cultura y conocimientos. Les incumbe superar el empirismo y el misticismo técnico y contribuir más al desarrollo científico y técnico de su unidad y a la construcción de la economía del conocimiento con nuevos inventos y valiosa renovación técnica. Las organizaciones sindicales deben conducir a sus integrantes y los obreros a que sean precursores en la formación científica y técnica de todo el pueblo.

Normalizarán entre los obreros y demás miembros las actividades deportivas, culturales y artísticas y activarán el establecimiento de la cultura en la producción y la vida, a fin de crear la nueva cultura de la clase obrera y animar el ambiente social.

El movimiento masivo es un instrumento eficaz para imprimir con la innovación colectiva un auge continuo en la construcción socialista. A las organizaciones sindicales les atañe fomentar diversos movimientos como los de la emulación socialista, de la innovación técnica de masas, de máquina ejemplar para aprender del torno No.26 y de los trabajos útiles en correspondencia a la demanda de la realidad en que la construcción de la potencia socialista ha alcanzado un nuevo peldaño, de manera que los obreros y otros integrantes dediquen toda su pasión e inteligencia a la construcción socialista. Al enfocarse en el cumplimiento de las tareas estratégicas planteadas por el VII Congreso del Partido y reflejar la aspiración y el deseo de las masas, trazarán metas elevadas y se esforzarán con tesón para alcanzarlas, con miras a poner de pleno manifiesto la vitalidad del movimiento masivo. Les atañe dar a conocer claramente a los obreros y otros miembros el objetivo de dicho movimiento y la manera de desarrollarlo, generalizar los ejemplos positivos y hacer un correcto balance y evaluación, con vistas a despertar la atención y el afán del movimiento y caldear el ambiente social.

Empeñarse en lograr la reunificación independiente de la patria y la independencia en el mundo es una tarea importante que enfrentan la clase obrera y la Federación General de los Sindicatos.

Conocerán a fondo la línea y la orientación de nuestro Partido sobre la reunificación independiente del país y serán los primeros en ponerlas en práctica. Apoyarán la lucha antiyanqui de los obreros surcoreanos por la independencia, la democratización de la sociedad y el derecho a la existencia y, bajo el ideal de Entre nosotros, los connacionales, lograrán la solidaridad y alianza con los sindicatos surcoreanos para abrir el camino de la reintegración independiente.

La Federación apoyará y materializará el ideal y principio de nuestro Partido respecto a la política exterior, estimulará a los pueblos progresistas del mundo en su lucha por la independencia, la paz y el socialismo y ampliará las relaciones de buena vecindad, amistad y cooperación con los sindicatos y otras asociaciones de obreros de varios países y las organizaciones sindicales internacionales, engrosando las filas de partidarios y simpatizantes con nuestra revolución y anticipando la independencia a escala mundial.

Para cumplir con éxito las tareas que tiene por delante, debe fortalecer sus organizaciones a todos los niveles y elevar su función y papel.

Estructurará firmemente sus órganos de dirección y les exigirá a sus miembros cumplir con su responsabilidad. Los órganos de dirección de la Federación a todas las instancias se integrarán no sólo por cuadros sindicales, administrativos y económicos sino también por un buen número de obreros ejemplares. Tomarán medidas decisivas para cumplir las tareas asignadas a sus organizaciones y darán regularmente los cometidos a los miembros de sus comités como una manera de dinamizar sus actividades.

La clave en la renovación de las labores de la Federación está en el papel de sus entidades primarias como la organización de base. Dichas entidades son unidades principales que realizan las orientaciones dadas a la Federación por el Partido. Les incumbe prestar atención primordial a la labor con sus miembros, aglutinar compactamente a todos ellos en torno al Partido y convocarlos a la ejecución de su política. Trabajarán bien con los miembros ejemplares y activistas, de manera que eduquen y reformen a las masas con el método de instruir uno a diez y diez a ciento, y fortalecerán sus organizaciones. A los miembros sindicales que cometen errores en la vida pública y privada los educarán y los ayudarán sinceramente aunque ello suponga un gran esfuerzo, de suerte que todos ellos estén a la altura de la realidad palpitante. Es preciso impulsar con vigor el movimiento por el título del colectivo ejemplar de lealtad y fomentar el de adelantar a otros, el de aprender de ellos y el de intercambio de experiencias, de manera que actúen con vigor todas las organizaciones primarias y se anime toda la Federación.

Hay que elevar el papel de los comités sindicales en provincias, ciudades y distritos. Como unidades de dirección regionales, los de provincias establecerán un ordenado sistema de dirección de la vida de sus miembros e intensificarán el control y la dirección sobre sus dependencias para transformarlas en vigorosas entidades políticas. Los de ciudades y distritos se centrarán en los asuntos internos y en el trabajo con las organizaciones de base, en un intento de elevar constantemente la combatividad de sus agrupaciones.

El Comité Central de la Federación es un estado mayor que bajo la dirección del Partido programa y orienta de manera unificada el conjunto de las actividades sindicales. Tomará por su única guía los legados de los grandes Líderes y la orientación del Partido, subordinará todas las faenas a su materialización, se esmerará en las operaciones de combinación y cooperación de los departamentos y secciones y controlará y dirigirá sustancialmente a las instancias inferiores.

La combatividad y el papel de las organizaciones sindicales dependen en gran medida de la preparación y el método de trabajo de los cuadros encargados de organizar y dirigir sus actividades.

Es preciso elevar el nivel de preparación política y profesional de los dirigentes sindicales. Deben identificarse plenamente con el kimilsungismo-kimjongilismo, conocer al dedillo los legados de los grandes Líderes y la política del Partido para las actividades de su sector y hacer de ellos una fe inquebrantable. Se prepararán como políticos competentes versados en los asuntos sindicales y que sepan organizar y desarrollar el trabajo de manera activa y creadora. Poseerán conocimientos multifacéticos como los últimos adelantos científicos y técnicos y un alto nivel cultural y trabajarán con gran habilidad con las masas en su íntima convivencia con ellas, instándolas a correr a la velocidad de Mallima.

Asimilarán a fondo el método de trabajo del gran General Kim Jong Il y lo llevarán a la práctica. Aprenderán de su buen ejemplo en la educación y dirección de las masas y se atendrán estrictamente a sus enseñanzas. Se habituarán a bajar a instancias inferiores y convivir con las masas ayudándolas y conduciéndolas. Abandonarán decididamente el viejo y anacrónico método de trabajo de limitarse a transmitir las indicaciones del Partido a las instancias inferiores o dedicarse únicamente a las reuniones y la documentación como si fueran el conjunto de las actividades de la Federación y, siempre en pleno contacto con las masas, sembrarán con sus propias manos y recogerán el fruto de sus esfuerzos.

A las organizaciones del Partido les corresponde conceder importancia y brindar apoyo a las actividades de la Federación.

Integrarán las filas de dirigentes sindicales con hombres que sean fieles al Partido, que disfruten de la confianza de las masas, que se hayan curtido con el trabajo y que sean competentes en su profesión. Prestarán profunda atención a su educación para que ellos, bien conscientes de su misión, puedan cumplir satisfactoriamente con su responsabilidad y papel. Entre los miembros de la Federación que se dedican al trabajo productivo seleccionarán como reservas de cuadros sindicales a los que profesan gran lealtad al Partido y se consideran promesas, y los prepararán de manera sistemática a través de la práctica y los estudios en centros de enseñanza política.

Es necesario promover la independencia y la creatividad de los sindicatos. Los comités de todos los niveles del Partido les darán a conocer a tiempo las orientaciones del Partido para cada etapa, de modo que laboren y actúen ateniéndose a sus ideas y propósitos. Las organizaciones del Partido los ayudarán en tomar la iniciativa en el trabajo e impulsarlo con arrojo. Dejarán de suplir a los sindicatos en las labores, confiarán con audacia tareas importantes a sus dirigentes y los ayudarán a que las cumplen por sí mismos. Crearán óptimas condiciones de trabajo para ellos y los enaltecerán y apreciarán, de manera que con alto orgullo y dignidad rindan más en sus faenas.

Si los obreros redoblan los esfuerzos y los sindicatos cobran mayor vigor y ánimo, las potencialidades de nuestras tropas revolucionarias se multiplicarán y avanzaremos más en la construcción de la potencia socialista.

Estoy firmemente convencido de que todos los trabajadores y organizaciones y miembros de la Federación, fieles a la noble idea de los grandes Líderes, cumplirán infaliblemente la honrosa misión y deber que le imponen la patria y la revolución, para demostrar plenamente el espíritu heroico de la clase obrera de Kim Il Sung y Kim Jong Il y contribuir de modo destacado a lograr con anticipación la victoria definitiva en la construcción de la potencia socialista.

KCNA

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