Con el noble espíritu internacional
Durante la Guerra de Liberación de la Patria (25 de junio de 1950 -27 de julio de 1953) las fuerzas aliadas imperialistas vinieron en tropel al frente coreano para arrodillar a la RPDC que contaba con menos de 5 años de ser liberada de la ocupación militar del imperialismo japonés.
Para defender su patria, la paz de Asia y del mundo y ayudar a costa de la vida la justa causa del pueblo coreano, el Partido y el Ggobierno de China organizaron el Cuerpo de Voluntarios del Pueblo Chino y lo envió al frente de Corea el 25 de octubre de 1950. Entre ellos figuraba Mao Anying, hijo del presidente Mao Tse-tung, encarnador del noble espíritu internacional.
El Cuerpo de Voluntarios del Pueblo Chino rechazó a los invasores con valentía y espíritu de sacrificio sin pares enarbolando en alto la bandera de “la resistencia a los yanquis, la ayuda a Corea y la defensa del hogar y país propios”.
Desde en el primer combate que tuvo lugar en la zona de Unsan el 25 de octubre de 1950, asestó golpes demoledores a los enemigos y, en cooperación con el Ejército Popular de Corea, logró resonantes victorias en los combates de importancia estratégica, dando así gran aporte a frustrar los intentos estratégicos del enemigo entre ellos las ofensivas estival y otoñal y la ofensiva nueva.
Los encarnizados combates de gran dimensión librados junto con las tropas del Ejército Popular de Corea en noviembre de 1950 en la ribera del río Chongchon incluyendo la zona de Kaechon, y el lago Jangjin, convirtieron en una espuma la llamada ofensiva de Navidad de los enemigos empeñados en avanzar hacia el Norte de Corea con la fanfarronada de que ocuparían de un aliento a toda Corea.
Especialmente el combate de defensa del pico Sanggam de la provincia Kangwon mostró intensamente el noble espíritu internacional y la valentía sin par de soldados del Cuerpo de Voluntarios del Pueblo Chino.
En octubre de 1952, pese a que el imperialismo norteamericano hizo desesperados esfuerzos para rescatar la cota introduciendo gran número de efectivos, los voluntarios chinos defendieron sus trincheras hasta el fin.
En esta batalla Huang Ji Guang dijo: “¡Cómo es posible que la amada Corea sea diferente de mi pueblo natal, mi patria! Aunque la bala enemiga me prive la vida, nunca lo hará con la vida de los hermanos coreanos.” Y cubrió con su cuerpo la aspillera enemiga, contribuyendo al triunfo de su tropa. Siguiendo su ejemplo, muchos soldados chinos sacrificaron sin vacilación su juventud y su vida para el triunfo de la guerra.
Durante 2 años y 9 meses de combate, muchos batallones, compañías, pelotones y soldados del Cuerpo de Voluntarios del Pueblo Chino recibieron el título del Héroe de la República Popular Democrática de Corea.
En la colección de reminiscencias “Azalea en pleno florecimiento” publicada en China, un oficial del Cuerpo escribió que bien conocedor de que durante la guerra antijaponesa la guerrilla dirigida por el General Kim Il Sung ayudó al pueblo chino luchando junto con las fuerzas aliadas antijaponesas de China, consideraba como natural el hecho de que los voluntarios chinos derrotaran al imperialismo junto con el pueblo coreano.
Aún hasta hoy la heroica resistencia del Cuerpo de Voluntarios del Pueblo Chino está guardada en lo profundo del corazón del pueblo coreano.
(Pyongyang, 25 de octubre, Naenara)