No se puede exportar ni importar la revolución. De tomar el camino de vivir en virtud de otros, el viaje puede ser temporalmente fácil y la carga y la dificultad pueden aligerarse. Pero, si se acostumbra a recibir el favor ajeno, uno pierde su espíritu y dignidad y al fin llega a ser un esclavo.

Esto es el espíritu de apoyarse en su propia fuerza y el modo de lucha, que el camarada Kim Il Sung, eterno Presidente de la República Popular Democrática de Corea y fundador del Partido del Trabajo de Corea enseñó al pueblo coreano.

La revolución coreana mantiene siempre este espíritu considerándolo como cuestión de vida o muerte.

Espíritu de la bomba de Yanji

En la primera mitad de la década de 1930, se desarrolló plenamente la Lucha Armada Antijaponesa. En aquel período se establecieron talleres de armas en las bases guerrilleras. Al comienzo se llamaban herrerías y uno o dos hombres forjaban armas simples como lanzas y sables afollando el fogón de carbón. Los guerrilleros antijaponeses produjeron en estas herrerías bombas, pistolas, fusiles, balas y hasta la pólvora sin máquinas como el torno, la taladradora, limadora y fresadora.

Debían luchar sin el apoyo de un ejército regular ni la retaguardia estatal, debido a la ocupación militar (1905-1945) de Japón. No tenían armas dignas de mencionar, salvo algunos fusiles anticuados, aherrumbrados, inutilizables, que dejaron el ejército de voluntarios y el ejército de independencia.

En un tiempo las gentes de Jiandao quisieron construir una fábrica de granadas en la base guerrillera con ayuda del país vecino donde triunfó la revolución. La petición no recibió ninguna respuesta.

El gran Líder Kim Il Sung se convenció de que nuestro pueblo debía desarrollar la lucha de la independencia, apoyándose consecuentemente en sus propias fuerzas, y presentó la consigna de cumplir la revolución coreana con las propias fuerzas de los coreanos.

Inventó el método de fabricación de la pólvora y la produjo en persona y organizó el cursillo de producción de granadas en las zonas guerrilleras.

Fue en aquel tiempo en que el gran Líder dijo estas palabras famosas: “No hay cosa irrealizable para quien decide hacerlo”.

(Sus palabras sirvieron de importante guía no solo en el período de la Lucha Armada Antijaponesa sino también después de la liberación del país, estimulando al pueblo coreano a desplegar la fuerza creadora en la revolución y la construcción).

En acato a sus enseñanzas, se produjo gran cantidad de granadas de varios tipos en los talleres de reparación de armas de los distritos Wangqing, Helong, Yanji y Hunchun.

Las granadas tenían gran poderío. Los enemigos de la zona Yanji tuvieron mucho miedo a las granadas de la guerrilla y la llamaron “bombas de Yanji” y al fin fueron ampliamente conocidas.

Los guerrilleros repararon y forjaron por propia cuenta armas variadas con simples instrumentos como hachas, sierras, martillos, tenazas y limas en los talleres de armas de la selva. El espíritu de apoyarse en su propia fuerza se desplegó más ampliamente en las bases de la zona del monte Paektu en la segunda mitad de la década de 1930.

Los guerrilleros confeccionaron por propia cuenta los uniformes en la unidad de costureras y trataron a los heridos y enfermos en sus dispensarios, con bisturís, pinzas y otros instrumentos que produjeron ellos mismos, así como resolvieron por propia cuenta el problema de alimentos.

Con respecto a esto el Presidente Kim Il Sung, en sus Memorias “En el transcurso del siglo”, escribió así:

“… Si desde el comienzo los comunistas coreanos, ilusionados con sus homólogo de otros países, no hubieran pensado en apoyarse en sus fuerzas o no hubieran tenido fe en que ese era el único camino para subsistir y salvar a Corea, no habrían aparecido en las zonas guerrilleras talleres de armamentos ni las eficaces armas como los cañones de madera y bombas Yanji…

Apoyarnos en nosotros mismos era la consigna que reflejaba fielmente las aspiraciones y demandas del pueblo que anhelaba alcanzar la independencia del país con sus propias fuerzas, desde la posición de autonomía y de autofortalecimiento. No fue nada casual que el pueblo, al aceptar con prontitud esta consigna, convirtiera en todas partes las herrerías en talleres de armamentos o los creara.

Avanzar por nuestros propios esfuerzos y luchar con tenacidad contra viento y marea, devino el espíritu principal que regía no sólo la producción y reparación de armamentos sino todos los frentes de la revolución antijaponesa, y cartabón que medía la fidelidad a esta causa. A quien careciera de dicho espíritu, aunque fuera un firme patriota y leal a la ideología comunista, no se lo consideraba un revolucionario cabal. De ello dependía, en lo fundamental, la prosperidad o derrumbe de la revolución.”

El espíritu de la guerrilla antijaponesa de apoyarse en sus propias fuerzas se sembró en la mente de sucesivas generaciones como espíritu de la bomba de Yanji. Después de la liberación el pueblo coreano lo puso en pleno juego en la construcción de la nueva Corea, avanzando a galope del caballo legendario Chollima para establecer el régimen socialista.

Espíritu revolucionario de Kunjari

El imperialismo norteamericano desató la guerra coreana el 25 de junio de 1950, cuando hacía solo 5 años desde la liberación del país de la ocupación militar de Japón y dos de la fundación de la República. El pueblo coreano se levantó como un solo hombre en la justa lucha contra los agresores, bajo la consigna “Todo para la victoria en la guerra”, lanzada por el Comandante Supremo Kim Il Sung, a fin de defender la cuna de la vida feliz que disfrutó en la patria liberada.

En particular, los obreros de Kunjari consagraron todo lo suyo para la producción de armas del período de guerra en la fábrica subterránea al colgar en la pared la consigna “¡viva el General Kim Il Sung, Comandante Supremo!”.

-Si los soldados del frente disparan una bala al enemigo, debemos proveerles de cien balas. Cuando nuestra fábrica lo hace así, se podrá rechazar a cualquier enemigo poderoso.- Con esta voluntad, los obreros trabajaron día y noche comiendo y durmiendo al lado de las máquinas, y desafiando el agua subterránea que caían del techo de túnel. La producción de armas se aumentó por sus esfuerzos abnegados. Desarrollaron el movimiento de manejar uno varias máquinas, dos, tres e incluso hasta seis. Durante el apagón encendieron antorchas, tiraron de la correa de transmisión de la prensa y limaron las piezas con tiras de sus ropas.

Entre tanto en la fábrica se estableció la escuela superior de fábrica, primera institución docente de este género. Los obreros realizaron la renovación técnica aprovechando los conocimientos que aprendieron en la escuela. Produjeron la culata con madera de tilo y otros árboles que abundan en el país, sin restringirse por la teoría existente.

En el período de la retirada estratégica temporal cerraron la entrada del túnel y ensamblaron 750 armas en 6 días, al aceptar cordialmente la orden urgente del Comandante Supremo.

El espíritu del cumplimiento incondicional de la orden y la directiva del Partido y el Líder, el ardiente amor a la patria y el pueblo, el vehemente odio al enemigo, el estilo de lucha tenaz de superar con su propia fuerza múltiples dificultades y pruebas, en una palabra, el espíritu revolucionario de Kunjari de la década de 1950 hoy ha devenido un precioso bien ideológico y espiritual del pueblo coreano.

Principio de dar preferencia a su propia fuerza, llave de toda la felicidad

Debemos mantener el principio de dar prioridad a nuestra fuerza en la construcción de Estado poderoso y próspero socialista. El servilismo a grandes potencias y la dependencia de las fuerzas extranjeras conducen el país a la ruina. Solo fortaleciéndonos por nuestros esfuerzos podemos defender la dignidad de la nación y abrir el ancho camino de la revolución y la construcción.

Son palabras del camarada Kim Jong Un, Presidente del Partido del Trabajo de Corea. En los últimos años las maniobras de las fuerzas hostiles destinadas a aislar y estrangular a la Corea socialista han llegado al último extremo. Los imperialistas norteamericanos y sus lacayos surcoreanos llevan a cabo frenéticamente los ejercicios de guerra agresiva de máxima envergadura, con el único intento de agraviar la dignidad suprema y el régimen de la RPDC. Bajo el auspicio de EE.UU. fue inventada la nueva e injusta “resolución de sanción”.

Pero, todo esto hizo más invulnerable al pueblo coreano.

Al mirar retrospectivamente, el proceso revolucionario y constructivo de Corea se llevó a cabo siempre en medio de la amenaza y maniobras agresivas de los imperialistas.

El pueblo coreano las frustró a cada paso poniendo en pleno juego el espíritu de la bomba de Yanji y el espíritu revolucionario de Kunjari, grabados en su corazón y trasformó el mal en bien.

En el período postbélico, destruyó con el galope del caballo legendario Chollima el sofisma de los imperialistas de que Corea no podría levantarse de nuevo ni en cien años, realizó en corto tiempo la industrialización socialista y respondió con la construcción de la economía nacional independiente a la exigencia de los chovinistas de gran potencia que nos forzaron a entrar en el CAME (Consejo de ayuda mutua económica).

En aquellos días salieron gran cantidad de tractores y camiones de producción nacional y surgieron muchas creaciones como el Complejo Hidráulico del Mar Oeste, que son frutos del espíritu de apoyarse en su propia fuerza.

El pueblo coreano ha experimentado en el proceso de la construcción socialista que el apoyo en sus esfuerzos garantiza el desarrollo y el fortalecimiento del país y la eterna prosperidad de la nación. El apoyo en su propia fuerza y la lucha tenaz constituyen el modo de trabajo para realizar el principio de dar preferencia a la propia fuerza y esto ha devenido la convicción y la concepción de vida del pueblo coreano.

Hoy éste pone en pleno juego sus inagotables fuerzas para acelerar la construcción socialista. Ha producido y lanzado satélites artificiales por propia cuenta ciento por ciento, vuelan en el cielo aviones de producción nacional y corren en el metro trenes subterráneos de fabricación nacional.

Todas las ramas y unidades de la economía nacional avanzan bajo la bandera de promover la producción nacional.

Se aumentan las fábricas de alimentos, que producen gran variedad de productos mediante la modernización de los procesos de producción, y la industria de cosméticos “Unhasu” y “Pomhyanggi”, se ha dotado de la técnica de punta. En el Complejo Siderúrgico Hwanghae han construido el alto horno del calor de oxígeno, que produce el hierro con recursos y combustibles domésticos, sin depender del coque. En la Planta de siluro de Pyongyang se han instalado los modernos y originales equipos de producción de pienso con el método de inflación. La Fábrica Textil Kim Jong Suk de Pyongyang ha logrado producir telas para carteras con recursos nacionales.

Actualmente la fisonomía de Corea cambia por día y por horas.

Los imperialistas acaudillados por EE.UU., por mucho que vociferen de la sanción y presión, no podrán quebrantar la firme disposición del pueblo coreano de seguir el camino de la independencia, el Songun y el socialismo. El pueblo coreano está firmemente convencido del triunfo de su justa causa.

An Chol Ho

2 pensamientos sobre “Ayer y hoy de Corea, que da preferencia a su propia fuerza

  1. La RPDC, nos deja una gran enseñanza a quienes la emancipación política de nuestros pueblos, ello debe ir acompañada, según la doctrina de ese país, es desarrollando sus fuerzas productivas ala máximo nivel.

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