Hechos que merecen el agradecimiento

El 9 de diciembre de 2009 el estimado General Kim Jong Il visitó la Fábrica de Hilados de Kanggye. Cuando después de recorrer varios puntos de la fábrica entró en una vivienda, un alto cuadro de la provincia le dijo:

-Aquí viven 44 huérfanas que han traído los compañeros de la fábrica.

-¿44 huérfanas? -preguntó el General con gran sorpresa y emoción y fue conducido a una despensa por la directora de la fábrica, repleta de distintos platos de cerámica, alimentos principales y secundarios.

Al igual que los demás que mostraban satisfacción por lo que veían, el General dijo que se sentía de buen humor.

Cuando entraron en la cocina, vieron que habían preparado para las muchachas del albergue arroz cocido con frijoles.

Ante ese plato humeante, el General dijo sonriendo que viéndolo sentía ganas de probarlo, quizás por la proximidad de la hora de almuerzo. También recordó las enseñanzas que el Líder Kim Il Sung dio en una de sus visitas a la provincia de Jagang sobre la necesidad de promover el cultivo de frijoles trepadores, por ser muy nutritivos y de buen sabor.

Alabó que hubieran colgado de una pared del comedor un tablero que registraba los cumpleaños de las obreras, diciendo que ellas se sentirían agasajadas si se les preparaban comidas especiales en sus aniversarios. Ante el tablero de comidas de la semana, alabó el hecho de que acataran al pie de la letra sus indicaciones, añadiendo que por eso aquel miércoles habían preparado arroz con frijoles. La directora de la fábrica le dijo:

-Mi General, hoy es el cumpleaños de una compañera del albergue. Es una muchacha afortunada, porque usted nos ha visitado precisamente en su cumpleaños.

-¡Ah, sí! Eso me pone alegre a mí también.

En una habitación del albergue, vio colgados de perchas chima y jogori, vestidos femeninos tradicionales, y cerca de ellos una plancha, y dedujo que las mismas muchachas planchaban ropa en sus habitaciones.

De pronto su mirada se dirigió a unos colchones y mantas superpuestos junto a una pared, cubiertos de plástico. Cada paquete llevaba escritos el nombre de una persona y el taller donde trabajaba. El General les dijo a sus acompañantes que a su parecer tenían esos colchones y mantas para entregarles a las huérfanas como ajuares de boda, al igual que las que habían visto en su visita a la Hilandería de Manpho. Un funcionario que le acompañaba le explicó:

-Sí, los cuadros de la fábrica los tienen preparados para que las huérfanas que contraigan matrimonio no se sientan tristes por la falta de sus padres y se convenzan de la superioridad de nuestro régimen.

El General indicó:

-La directora de esta fábrica es digna de alabanza,… Los cuadros de la fábrica han protagonizado hechos loables al traer a muchas huérfanas, atenderlas con amor maternal y formarlas como dignas vanguardias laborales en estos tiempos de gran escasez.

Al indicar con su mano a la directora, la calificó como revolucionaria, protagonista de excelente actitud y patriota. Agregó que la ciudad de Kanggye se enorgullece de tener a una patriota similar a Ju Pok Sun de Manpho y que si esta última era la protagonista de la primera parte de una película, Kang Song Hwa de la Fábrica de Hilados de Kanggye era protagonista de la segunda parte de ella.

La directora dijo, emocionada: General, lo único que he hecho ha sido aliviar sus preocupaciones.

El General le dirigió una mirada cargada de amor. No tardó en darse cuenta de que ella era oriunda de la provincia de Jagang y dijo afectuosamente que las mujeres de esa provincia son nobles y perseverantes, y por eso son laboriosas y protagonizan hechos que merecen el agradecimiento.

Naenara

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