La Guerra Coreana fue provocada por EEUU, informe de estudio del Instituto de Desarme y Paz
Renuncia de la política hostil de EE.UU. contra la República Popular Democrática de Corea es la condición primordial e indispensable por la paz y estabilidad de la Península Coreana: Informe de estudio del Instituto de Desarme y Paz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la RPDC
Pasó el largo tiempo de 70 años después de la detonación de cañones de guerra en esta tierra.
La Guerra de Liberación de la Patria (Guerra Coreana 1950-1953), impuesta por los EE.UU., dejó a nuestro pueblo una herida dolorosa y las grandiosas pérdidas humanas y materiales y sigue hasta el día de hoy el sufrimiento de la división nacional en que los hermanos consanguíneos deben vivir separados.
La nación coreana, que todavía sufre la herida dolorosa de la guerra, tuvo una aspiración más ardiente por vivir en la tierra pacífica sin guerra que otras naciones e hizo los esfuerzos activos durante largo tiempo para lograrla, pero no vio el resultado merecido.
Esto se debe a las garras negras de la política hostil de los EE.UU. contra la RPDC.
El Instituto de Desarme y Paz del MINREX de la RPDC publica el día 25 de junio este informe de estudio para denunciar a todo el mundo las verdaderas facetas de la Guerra Coreana provocada por los EE.UU. en la década de los 50 del siglo pasado y revelar la naturaleza agresiva y saqueadora de la política hostil estadounidense contra la RPDC, la cual sigue acarreando a toda la nación coreana los incontables desgracias y sufrimientos.
La Guerra Coreana es el producto inevitable de la política hostil de EE.UU. contra la RPDC
La Guerra Coreana fue la agresiva y criminal preparada y provocada por los EE.UU. en base del cálculo detallado de aplastar militarmente a la RPDC, así como conquistar al mundo entero.
EE.UU. está inventando todavía miles de datos fraudulentos para encubrir sus maquinaciones criminales de provocación de la Guerra Coreana, pero nunca se puede esconder ni borrar la verdad de la historia.
Desde hace cientos y decenas de años, EE.UU. consideró como política estatal la agresión y dominación a Corea, puerta del continente asiático, y se aferró frenéticamente a la política hostil contra Corea para ponerla en práctica.
En febrero de 1845, las autoridades estadounidenses presentaron en su Congreso el «Plan de Apertura de Corea» y provocaron los incidentes sucesivos como la invasión del buque Sherman en 1866, las intrusiones de los buques Shenandoah y China en 1868 y la invasión armada de gran dimensión en 1871.
Después de la firma del «Convenio Taft-Katsura» en 1905, EE.UU. instigó a los japoneses a la ocupación y dominación colonial sobre Corea maniobrando sistemáticamente para convertirla en su colonia en lo adelante y a finales de la Segunda Guerra Mundial, perfeccionó su plan de conquista a nuestro país.
El entonces comandante de las tropas estadounidenses en el Extremo Oriental, MacArthur, señaló en la carta dirigida al senador norteamericano Joseph Martin en marzo de 1951 que «el futuro de Europa dependería del triunfo o de la derrota en la lucha contra el comunismo en Asia» y prosiguió:
«Con la dominación de todo el territorio de Corea podremos destruir completamente la única línea de suministro que conecta la región de Siberia de la Unión Soviética y la región sureña… y dominar todo el territorio entre Vladivostok y Singapur. Cuando sea así, no habrá ninguna zona que esté fuera de nuestro control.» («Historia Contemporánea de EE.UU.» de Herschel Meyer, página 148)
En una palabra, EE.UU. consideró a Corea como el «cuchillo» que cortaba la «carne» llamada Asia.
La Guerra Coreana era también una necesidad ansiosa para los consorcios monopolistas bélicos de EE.UU. que se habían enriquecido por el aguacero de oro durante la Segunda Guerra Mundial.
La crisis económica iniciada en EE.UU. desde finales del año 1948 se puso más grave entrando en el año 1949.
La producción industrial se redujo 15% que el año anterior y los precios subieron repentinamente, así como se quebraron aproximadamente 4 mil 600 empresas en el primer semestre de 1949 debido a la disminución de las inversiones en las máquinas y equipos, se aumentaron los desempleados en 6 millones y las ganancias de los monopolistas se redujeron de 36 mil 600 millones a 28 mil 400 millones de dólares entre septiembre de 1948 y marzo de 1949.
Al estallarse la guerra coreana, los medios de prensa norteamericanos escribieron con letras mayúsculas que «la empresa llamada Corea ha recuperado la economía» y «el estallido de la Guerra Coreana hizo esfumar el fantasma de la depresión que molestaba al comercio norteamericano después de la Segunda Guerra Mundial». Estos hechos nos hacen entender bien que EE.UU. necesitaba la guerra como la «receta especial» para salir de la crisis económica.
Así, EE.UU. que perseguía la estrategia de dominio mundial eligió a Corea como «el único punto de contacto entre su mecanismo militar y el territorio continental de Asia», como «el patio de la guerra ideológica», como «el lugar de examen» de confrontación decisiva para su dominio mundial y como la única salida de la crisis económica en la posguerra.
Podemos saber más detalladamente la verdadera identidad agresiva de EE.UU. que dirigió la preparación de la Guerra Coreana a través de la elaboración del plan bélico.
EE.UU. dividió en 3 etapas su plan bélico en el Extremo Oriental; la primera se empezaría con la Guerra Coreana (A), la segunda sería la ampliación de guerra hacia China (B) y la última sería la invasión a la zona siberiana (C), así como la operación se empezaría en 1949.
La revista japonesa «Diccionario de las Personas » editada en septiembre de 1964 reveló en la página 67 las palabras siguientes de un coronel del viejo ejército japonés quien había participado en la conjura bélica como lo siguiente:
«La operación se realizaría en 3 etapas. En primera etapa, se concentrarían en el paralelo 38 las 10 divisiones de las tropas surcoreanas y norteamericanas para formar 2 regiones operativas respectivamente en las partes del este y oeste del frente. Y luego, el frente del oeste atacaría directamente a Pyongyang acompañando la realización del desembarco de las tropas en la región septentrional de la ciudad bajo el apoyo de las fuerzas aéreas y navales. En el frente del este, el flanco izquierdo ocuparía Yangdok para asegurar la comunicación entre Pyongyang y Wonsan y el derecho atacaría directamente a Wonsan. Aquí, también se realizaría la operación del desembarco en la parte norte de Wonsan. En fin, los dos frentes avanzarían paralelamente hasta el río Amnok a pasar fronteras Corea-China. Así se terminaría la primera etapa planificada detalladamente en base de los datos del antiguo ejército japonés y se pasaría a la segunda, y luego, las tropas de Japón y de la ONU asistirían en la ofensiva.»
Después de la calculación y preparación detalladas, EE. UU. desató la guerra a las 4 del día 25 de junio de 1950 incitando al ejército títere surcoreano.
En vísperas de la guerra, Robert, jefe del cuerpo de asesores militares estadounidenses, parloteó como sigue: «¿Por qué escogimos el día 25 de junio? Ahí está nuestro propósito discreto. El día 25 es el domingo. EE.UU. y el Sur de Corea son los estados católicos y por lo tanto, este día es el de descanso. Por lo cual, nadie creería que hubiéramos iniciado la guerra en el domingo. En otras palabras, todo eso se sirve para convencer a la gente que no somos los que provocaron la guerra.»
Después de provocada la guerra, EE.UU. actuó con astucia para ocultar su verdadera naturaleza de invasor.
El 25 de junio, EE.UU. convocó la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU y fabricó la «resolución» No 82 que definía a la RPDC como «invasora».
Por el siguiente paso, el 7 de julio hizo fabricar sucesivamente la «resolución» No 84 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que «recomendaba» someter las fuerzas armadas de los países aliados bajo la «Comandancia Conjunta dirigida por EE.UU.», «solicitar» a éste la designación del comandante y «permitir» el uso de la bandera de la ONU.
De esta manera, nuestra República fue calificada como «provocadora» de la guerra y la Guerra de Liberación de la Patria del pueblo coreano fue definida como «la invasión», así como «las fuerzas de la ONU» aparecieron como la parte beligerante.
Incluso los ex-Secretarios Generales de la ONU reconocieron oficialmente que la «comandancia de las tropas de las Naciones Unidas» no era el mecanismo de la ONU sino el aparato bélico de Estados Unidos.
En junio de 1994, el entonces Secretario General de la ONU, Boutros Boutros Ghali, reconoció que la «Comandancia Conjunta» no había sido creada como mecanismo anexo bajo el control del Consejo de Seguridad sino había sido sometida bajo el mando de EE.UU. (Carta del Secretario General de la ONU enviada el 24 de junio de 1994 al Ministro de Relaciones Exteriores de la RPDC).
En diciembre de 1998, el Secretario General de la ONU de aquel entonces, Kofi Annan., aclaró refiriéndose a las fuerzas militares enviadas por EE.UU. a la Guerra Coreana y a su Comandancia que «ninguno de mis antecesores había permitido a ningún país la aplicación del nombre de la ONU.» (Carta remitida por el Secretario General de la ONU al Presidente del Presídium de la Asamblea Popular Suprema de la RPDC el 21 de diciembre de 1998)
El portavoz de la ONU aclaró el 27 de julio de 2004 y el 6 de marzo de 2006, respectivamente, que «la Comandancia de las tropas de Naciones Unidas no era de la ONU sino estaba dirigida por EE.UU.»
La ONU no tiene el derecho a designar al comandante de las tropas de las Naciones Unidas sino lo tiene el gobierno estadounidense y la reducción y el aumento de los efectivos militares norteamericanos en el Sur de Corea, que se pusieron la gorra de las «tropas de las Naciones Unidas», se deciden plenamente por el gobierno estadounidense.
A pesar de ello, en Phanmunjon está expuesta aún sin la menor pena la bandera de la ONU, lo cual constituye la vergüenza de la ONU.
Aunque se terminó la enconada guerra con la victoria milagrosa del heroico pueblo coreano que contaba con la dirección del gran Líder, fueron inmensas las pérdidas humanas y materiales de nuestra nación.
No podemos escribir en esta edición limitada todos los actos criminales de masacre cometidos por el imperialismo estadounidense.
Los invasores yanquis que penetraron en el distrito de Sinchon en octubre de 1950 asesinaron cruelmente durante más de 50 días de su ocupación a más de 35 mil 380 personas inocentes que corresponden al 25% de la población del distrito tirándolas en los ríos, disparándoles con fusiles, quemándolas con el fuego, desmembrándolas y destripando a las mujeres embarazadas, hecho que demuestra que el imperialismo estadounidense es el lobo sediento de sangre, disfrazado de hombre.
Según los datos oficiales, el imperialismo estadounidense asesinó a más de un millón 230 mil personas en la parte norcoreana y a más de un millón 240 mil, en la parte surcoreana durante la guerra coreana y trató de exterminar a la nación coreana usando incluso las armas químicas y bacteriológicas.
La delegación de investigación de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, que visitó en el año 1951 el terreno de los delitos cometidos por el imperialismo norteamericano, reveló que «las masacres y torturas de los invasores norteamericanos en las zonas ocupadas temporalmente eran más salvajes que las cometidas por los nazistas hitlerianos en Europa ocupada temporalmente.»
Durante la guerra coreana, EE.UU. lanzó en el territorio de la RPDC aproximadamente 600 mil toneladas de bombas convencionales y NAPALM, que llegaban a ser 3.7 veces más que las lanzadas en el territorio japonés durante la Guerra del Pacífico, vociferando abiertamente que «borraría completamente las 78 ciudades del Norte de Corea desde el mapa» y que «convertiría a este país en el lugar en que no se recogería nada.»
Debido a las barbaridades del imperialismo yanqui, fueron destruidos 50 mil 941 fábricas y empresas, 28 mil 632 escuelas, 4 mil 534 instalaciones sanitarias incluyendo los hospitales y clínicas, 579 edificios de estudios científicos, 8 mil 163 edificios de prensa y cultura y 2 millones 77 mil 226 viviendas y fueron dañados 563 mil 755 hectáreas cultivables incluyendo la reducción de 155 mil 500 de arrozales.
Después de la Guerra, lo único que tenía nuestro pueblo fue la ceniza, por lo tanto EE.UU. se jactaba de que Corea no se recuperaría aunque pasaran 100 años.
Estos hechos demuestran claramente que los imperialistas yanquis son los provocadores de la guerra coreana y enemigos jurados del pueblo coreano y que mientras no se acabe con la política hostil de EE.UU. contra la RPDC, nunca habrá la paz en la Península Coreana.
Los delitos de EE.UU. que destruyó sistemáticamente el acuerdo de armisticio
Podemos definir en una palabra que la política hostil de EE.UU. contra la RPDC después de la guerra coreana es la división perpetua de la Península Coreana y el constante chantaje nuclear contra nuestra República.
La guerra coreana que fue comparada como la Tercera Guerra Mundial por el cabecilla de guerra, Truman, bajó su telón temporalmente con la firma del acuerdo de armisticio, pero todavía no se ha declarado su terminación completa ni se ha concertado el acuerdo de paz.
En el momento de firma, el acuerdo de armisticio fue la medida provisional que perseguía el objetivo de retirar todas las tropas extranjeras de la Península Coreana y asegurar la paz duradera.
Con las ambiciones de convertir de todo modo a nuestro pueblo en su esclavo y ocupar toda la Península Coreana, EE.UU. llevó la situación de este país al borde de guerra violando abiertamente el acuerdo de armisticio ya antes de que se secara la tinta de sus letras.
A eso de las 22 y 20 minutos del día 27 de julio de 1953, apenas media hora después de la entrada en vigor del acuerdo de armisticio, los militares estadounidenses dispararon con las ametralladoras contra nuestra parte y continuaron disparando los cañones durante unas horas en un intervalo de decenas de minutos.
Y haciendo vista gorda de la cláusula 10 del artículo I del acuerdo de armisticio que señala que los efectivos en la zona desmilitarizada y de la vigilancia común tienen que llevarse solo las pistolas y rifles, las tropas estadounidenses emplazaron varios tipos de armamentos como fusiles automáticos, ametralladora, cañones, tanques, lanzallamas, helicópteros etc. en esa zona y casi todos los días tiraron despiadadamente contra nuestros puestos y efectivos militares de guardia.
Desde 1968, EE.UU. envió las unidades bien armadas al campo de combate repitiendo las operaciones ofensivas militares que habían realizado en el monte Song-ak y otros lugares de la zona de demarcación del paralelo 38 en vísperas de la provocación de la guerra coreana.
Las tropas estadounidenses perpetraron muchas provocaciones en la zona de vigilancia común de Phanmunjom como el incidente del mismo lugar ocurrido el día 18 de agosto de 1976, el de tiro contra nuestros militares patrulleros ocurrido el 23 de noviembre de 1984, etc.
EE.UU. invalidó la cláusula 60 del artículo IV del mencionado documento que reglamentaba el retiro de todas las tropas extranjeras y la solución pacífica del problema de Corea.
Según la cláusula 60 del acuerdo de armisticio, la RPDC y Estados Unidos debían convocar la reunión política de nivel más alto dentro de tres meses después de la entrada del dicho acuerdo en vigor y discutir sobre la retirada de todas las tropas extranjeras de la Península Coreana y el método por la resolución pacífica del problema coreano.
Durante la reunión preliminar realizada en Phanmunjom desde el 26 de octubre de 1953 para la convocación de la conferencia política, recurrió a la creación de los obstáculos artificiales y el 12 de diciembre de ese año se retiró unilateralmente de la reunión. Por eso, la conferencia política fracasó en la fase previa sin entrar siquiera en la reunión principal.
Luego se convocó la conferencia de Ginebra por la solución pacífica del problema coreano, pero también frustró intencionalmente la dicha conferencia.
Los EE.UU. llegó a fabricar el «Tratado de Defensa Mutua» con Surcorea el 8 de agosto de 1953 para legalizar su estacionamiento perpetuo en esta parte.
El 2 de enero de 1955. el entonces presidente de la Junta de los Jefes de Estado Mayor de EE.UU. parloteó que las tropas nortemericanas permanecerían por tiempo indefinido en el Sur de Corea, punto estratégico para la hegemonía mundial, y que impediría constantemente la coordinación pacifíca del problema coreano.
Después de la adopción de la resolución de disolver la «Comandandia de las Tropas de la ONU» en la 30ª sesión de la Asamblea General de la ONU en noviembre de 1975, EE.UU. hizo más abierta su conspiración de ocupar de manera perpetua a Surcorea mediante la fabricación de la «Comandancia de las fuerzas combinadas Sur de Corea-EE.UU.».
A pricipios de marzo de 2006, EE.UU presentó un plan de ampliar y reorganizar la «Comandancia de las Tropas de la ONU» de mero nombre en un organismo permanente de fuerzas conjuntas multinacionales y se empeñó en su ejecución elevando los papeles de los países participantes en la Guerra Coreana y haciendolos participar en la elaboración del plan de operación de la guerra y en sus actividades detalladas.
En fin, el proceso de la conversión del acuerdo de armisticio en tratado de paz fue frustrado y en la Península Coreana persiste el inestable estado que no es la de paz ni la de guerra.
En agosto de 1953, este país definió a su antojo la «Línea de Límite con el Norte» contrariando al párrafo B de la cláusula 13 del artículo II del Acuerdo de Armisticio y convirtiendo a esa zona en un lugar candente mundial y hasta ahora hace las maniobras frenéticas para bloquear a nuestro país con el pretexto de la «Iniciativa de No Proliferación de Armas de Exterminio Masivo» violando la cláusula 15 del artículo II del mencionado acuerdo que definía la prohibición de cualquir tipo de bloqueo en Corea.
EE.UU. anuló el párrafo D de la cláusula 13 del artículo II que reflejaba el contenido de la prohibición total de la introducción de los armamentos bélicos desde el exterior de Corea y convirtió a Surcorea en la exposición mundial de armamentos.
Y chantajeó a los grupos de inspección de las naciones neutrales que supervisaban y vigilaban la introducción de los armamentos desde el exterior en Corea según el párrafo C de la cláusula 13 del artículo II del acuerdo de armisticio y finalmente los expulsó de Corea del Sur en el junio de 1956 poniendo fin a la misión de ellos.
El mayo de 1957, el Secretario de Estado norteamericano parloteó abiertamente que EE.UU. tenía que pensar en mandar a Corea del Sur los armamentos más modernos y eficientes y el 21 de junio del mismo año, la parte norteamericana que asistió en la 75ª sesión de la Comisión de Armisticio Militar declaró unilateralmente la renuncia del párrafo D de la cláusula 13 del acuerdo de armisticio. .
EE.UU. introdujo en Corea del Sur desde finales de la década 50 hasta la década 80 mucho más de mil armamentos nucleares haciendo de Corea del Sur una avanzada de la guerra nuclear que cuenta con la gran densidad más alta de armas nucleares, la cual es el cuádruplo de los que tienen los miembros de la OTAN y en la 14ª reunión anual de seguridad de EE.UU. y Corea del Sur realizada en el marzo de 1982 oficializó el ofrecimiento de paraguas nucleares de EE.UU. a Corea del Sur.
A los principios del siglo XXI, EE.UU. que incluyó a nuestra República en la lista de ataque preventiva nuclear mediante el «informe de revisión del estado nuclear» introdujo los equipos militares y las armas nucleares que alcanzaban el valor astronómico.
Además emplazó varios tipos de equipos modernos de ataque como el caza tipo stealth F-117, aviones de combate F-15, F-16, drones tácticos de exploración Shadow 200, helicópteros Apache, nuevos misiles Patriot, carros blindados Striker, buques destructores de proyectil teledirigido, tanques M1-A2 Abrams, misiles tierra-tierra ATACMS y los carros especiales de protección de mina junto con el sistema de defensa antimisil de ultra altura THAAD.
Y recientemente introdujo muchas armas de tipo de ataque sofisticado como el caza tipo stealth F-35A, drone Global Hawk y los aviones de control de alarma aérea de punta convirtiendo al Sur de Corea en la exposición real de armas asesinas.
EE.UU. destruyó incluso la Comisión de Armisticio Militar y la Comisión de Supervisión de Naciones Neutrales que eran las últimas organizaciones que monitoreaban el cumplimiento del armisticio.
EE.UU. deshizo los grupos de inspección de naciones neutrales, organización dependiente de la comisión de Supervisión de las Naciones Neutrales y el grupo de vigilancia conjunta, organización dependiente de la Comisión de Armisticio Militar reglamentada por la cláusula 23 del artículo 2 del acuerdo de armisticio en la década 50 y el 25 de marzo de 1991 jugó a los payasos designando a un general del ejército títere surcoreano que no era parte de la signatura del armisticio militar y que por lo tanto no tenía ninguna calidad ni autoridad para manejar los asuntos respecto al armisticio militar como el representante principal de la parte estadounidense de la Comisión de Armisticio Militar.
La Comisión Militar de Armisticio que trabajó durante casi 40 años dejó de existir y la Comisión de Supervisión de los Países Neutrales que perdió su objeto de trabajo también se desapareció automáticamente.
EE.UU. destruyó también el prólogo y la cláusula 12 del acuerdo de armisticio que definían el cese total de las acciones hostiles y militares en Corea.
EE.UU. que desde 1954 inició por primera vez con Corea del Sur los ejercicios militares conjuntos Focus Lens efectuó incesantemente hasta hoy numerosos ejercicios militares de guerra de varias clases como Freedom Bolt, Team Spirit, Ulji Focus Lens, Entrenamiento Combinado de Refuerzo en el Tiempo de Guerra, Key Resolve, Foal Eagle y Ulji Freedom Guardian, etc.
Estos ejercicios superaron mucho más a todos los realizados en distintas regiones del mundo tanto en su número de veces como en su envergadura y los tres grandes pilares nucleares que incluían a los portaviones nucleares, los submarinos nucleares y los bombarderos estratégicos nucleares etc. se movilizaron en los ejercicios de guerra nuclear contra nosotros.
Los ejercicios también se quitaron sus disfraces del carácter «anual» y «defensivo» y cogieron los nombres más agresivos y provocadores como la «operación de descabezamiento», el «ataque a modo de pinzas» y la «ocupación de Pyongyang».
Los planes estadounidenses por el ataque preventivo nuclear se hicieron más detallados por el «Plan de operación 5026», «Plan de operación 5027», «Plan de operación 5029», «Plan de operación 5030», «Plan de operación 5012», «Plan de operación 5015», «Plan de operación 8044», «Plan de operación 8022», «Plan de operación 8010», «Estrategia del disuasivo en forma de ajuste» y «Plan de operación 4D».
Así destruyó completamente todas las 63 cláusulas de 5 artículos del acuerdo de armisticio y por lo tanto, el dicho acuerdo fue tirado en el basurero como un documento sin valor.
Debido a la política hostil de EE.UU. y su constante amenaza nuclear contra la RPDC, la Península Coreana se convirtió en la zona más candente del mundo donde se puede producir una guerra nuclear en cualquier momento.
Si no hubiéramos fortalecido extraordinariamente nuestra capacidad de disuasión autodefensiva, la Península Coreana habría hundido en el desastre de la guerra más de cientos de veces y habría estallado la Tercera Guerra Mundial.
El fortalecimiento de la capacidad disuasiva de guerra constituye nuestra opción final
Ya pasaron los 67 años desde el cese de cañonazos de la guerra en esta tierra, pero hay algo que no se ha cambiado en nada.
Eso es la política hostil de EE.UU. contra la RPDC.
Se hacen cada día más abiertas las maquinaciones norteamericanas por aplastarnos con la fuerza y tomar la superioridad militar en la región de Asia y Pacífico y realizar más adelante el dominio del mundo.
El Gobierno de la RPDC presentó varias propuestas e iniciativas por la paz como la propuesta de concertar el acuerdo de paz entre RPDC y EE.UU. (década de 1970) y la propuesta de establecimiento del nuevo sistema de aseguramiento de paz (en la década de 1990), pero todas ellas fueron denegadas intencionalmente por EE.UU.
A finales de 1990, también propusimos las conversaciones de cuatro bandas de la RPDC, EE.UU., China y el Sur de Corea para establecer un sistema sólido de paz en la Península Coreana, pero tampoco hubo resultado alguno debido a la actitud malvada de EE.UU.
EE.UU. también dio espaldas a nuestras propuestas de convocar la reunión para discutir el asunto de la declaración del fin de la guerra y de iniciar pronto las conversaciones para la conversión del acuerdo de armisticio en tratado de paz en el año 2010 con motivo de 60 años del estallido de la guerra de Corea.
EE.UU. definió abiertamente a nuestro país como el «eje de mal», «vanguardia de tiranía» y «blanco de ataque nuclear preventivo» y nos deshonró con todo tipo de estigmas como «ayuda al terrorismo», «proliferación de armas de destrucción masiva», «represión de los derechos humanos», «lavado de dinero», «falsificación monetaria» y «narcotráfico». Incluso ellos no vacilaron en hablar disparates sobre la «destrucción total» de nuestro Estado, así como se esforzó frenéticamente para denegar nuestra ideología y derrocar a nuestro régimen.
La política hostil de EE.UU. contra la RPDC se puede comprobar mencionando sólo la declaración de ellos respecto al uso de las armas y la amenaza nuclear contra nosotros.
EE.UU. había mencionado abiertamente durante la Guerra Coreana el uso de la bomba atómica contra nosotros y amplió sistemáticamente su amenaza nuclear después de la firma del acuerdo de armisticio.
Son una punta de iceberg de las innumerable amenazas nucleares contra la RPDC los hechos de que EE.UU. revisó el ataque nuclear contra nosotros en enero de 1968 cuando fue capturado el barco espía armado estadounidense «Pueblo» y que cuando en abril de 1969 fue derribado el avión espía de gran tamaño «EC-121» en nuestro espacio aéreo, Nixon, presidente de EE.UU. en aquel entonces, vociferó tras preparar emergentemente los bombarderos cargados de armas nucleares que «decidiría el permiso del uso de las bombas atómicas en caso de contraataque de Corea».
La guerra de Kosovo que realizó EE.UU. entre marzo y junio de 1999 fue la injusta que simulaba la segunda Guerra Coreana.
La antigua Yugoslavia parecida en su condición geográfica con la Península Coreana y ubicada también a la semejante distancia desde el territorio estadounidense como esta península fue el campo de prueba para la nueva guerra coreana.
Testimonian el plan estadounidense por la segunda guerra coreana los hechos de que EE.UU. y la OTAN bombardearon indiscriminadamente sin ningún propósito estratégico y que emplearon sin vacilación alguna las bombas de uranio empobrecido y las armas de destrucción masiva que proliferaban las bacterias venenosas.
Entrando en la década de 2000, EE.UU. hizo más abiertas sus amenazas nucleares contra nosotros.
El 6 de junio de 2001, Bush pronunció «la declaración de la política sobre el Norte de Corea» vociferando que si Corea no aceptara sus exigencias como el permiso de la inspección nuclear, el cese del desarrollo y lanzamiento de los misiles y la reducción de las armas convencionales etc. usaría las fuerzas militares incluyendo las armas nucleares.
En el año 2002, EE.UU. manifestó que podría usar primero las armas nucleares en la Península Coreana y desarrollaría las pequeñas armas nucleares contra las instalaciones subterráneas coreanas oficializando así su ataque preventivo nuclear contra nosotros.
En la 41ª reunión consultiva anual de seguridad EE.UU.-Sur de Corea realizada en el año 2009, EE.UU. compuso las frases sobre el ofrecimiento del paraguas nuclear, la capacidad de ataque convencional, el sistema de defensa antimisil, etc.
La amenaza nuclear de EE.UU. contra nosotros se intensificó extremadamente en 2017.
EE.UU. mandó a Surcorea y a su alrededor los recursos estratégicos nucleares y los armamentos bélicos ultramodernos como los portaaviones nucleares Carl Vinson y Ronald Reagan, bombarderos estratégicos nucleares B-1B, B-52H y B-2A, los submarinos de la propulsión nuclear Columbus, Tucson, Michigan, etc. llevando a la Península Coreana al umbral de la guerra nuclear.
La política hostil y amenaza nuclear de EE.UU. contra la RPDC se pusieron aún más despiadadas después de la Cumbre RPDC-EE.UU. de Singapur que perseguía el objetivo de la creación de las nuevas relaciones entre ambas partes y la construcción de un permanente y sólido sistema de paz en la Península Coreana.
Tomamos las importantísimas y significativas medidas como el cese de pruebas nucleares y lanzamientos de ensayo de cohetes balísticos intercontinentales por la construcción de confianza entre RPDC y EE.UU. Sin embargo, en vez de respondernos con medidas debidas, EE.UU. realizó decenas de ejercicios militares conjuntos, de los cuales el mismo presidente estadounidense había prometido las suspensiones y nos amenazó militarmente con la introducción de armamentos bélicos de punta en el Sur de Corea.
EE.UU. realizó los ejercicios de intercepciones simuladas de nuestros cohetes balísticos intercontinentales y lanzamientos de ensayo de los misiles de toda clase como el lanzamiento del misil balístico intercontinental Minuteman-3 y el misil balístico submarino Trident 2D-5 y así agrandó al máximo la amenaza nuclear contra nosotros.
Pese a su crisis sin precedentes debido a la COVID-19, no alivió ni un momento su amenaza militar contra nosotros realizando los ejercicios conjuntos de combate aéreo y los ensayos conjuntos del desembarco por el mar de las unidades marinas.
En el mundo ninguna nación ha sufrido la amenaza nuclear más directa y constante como la nación coreana y para nuestro pueblo, esta amenaza nuclear no es el concepto abstracto sino es una experiencia real y concreta.
La nación coreana es la que sufrió directamente los daños del ataque nuclear de los EE.UU. lanzada a Hiroshima y Nagasaki y que tuvo muchas víctimas después de los japoneses.
Para nuestro pueblo que experimentó directamente el desastre terrible de la bomba atómica, la amenaza de esta arma hecha por EE.UU. el chantaje de bombas atómicas durante la Guerra de Corea fue una pesadilla real y durante esta guerra nacieron en la Península Coreana las filas de los «refugiados de la bomba atómica» que se dirigían desde la parte norteña hacia la sureña.
Las familias, que no podían moverse todos juntos, enviaron a sus esposos o hijos varones a Surcorea con el deseo de mantener el linaje familiar.
Familiares separados que llegan a la cifra de millones viven todavía en el Norte y el Sur de la Península Coreana y en el extranjero.
El Gobierno de la RPDC hizo los esfuerzos mediante los diálogos y basándose en la ley internacional para eliminar la amenaza nuclear de los EE.UU, pero no vio los resultados merecidos.
La opción última y única fue la confrontación del nuclear al nuclear.
En realidad, EE.UU. nos obligó persistentemente la posesión nuclear.
Así se terminó el desequilibrio nuclear de la región noreste de Asia que estaba llena de las armas y paraguas nucleares y que solamente la RPDC era la única zona sin estas armas.
Todos estos hechos comprueban que la situación de la Península Coreana se pone tensa debido a la política hostil de EE.UU. contra la RPDC y que si EE.UU. no renuncia su política hostil que considera a nuestra República como su enemigo y parte beligerante, nunca desaparecerá el peligro de la guerra nuclear en la Península Coreana.
EE.UU. persigue un cálculo de su manera con el mantenimiento de su concepto de hostilidad contra la RPDC y las relaciones beligerantes con ella.
Durante el proceso de la transformación de la estrategia de EE.UU. respecto al Extremo Oriente en la «Doctrina de Nixon», «Nueva Doctrina del Pacífico», la estrategia de aprecio de Asia-Pacífico y la estrategia Indio-Pacífico, el estado de armisticio en la Península Coreana ha sido usado indebidamente para contener militarmente a sus rivales potenciales.
En los últimos años, EE.UU. instaló el sistema de defensa antimisil de la máxima altitud THAAD en el Sur de Corea tomando como su pretexto nuestra «amenaza de misiles» y llegó a poder vigilar completamente las regiones del noreste de China y del Lejano Oriente de Rusia, así como manifestó sin tapujos sus ambiciones de instalar los misiles de medio alcance en nuestras cercanías bajo el pretexto de la destrucción de los tratados de eliminación de los misiles de medio y más corto alcance.
Debido a ello, el inicio de la carrera armamentista nuclear en los alrededores de la Península Coreana se hizo la cuestión de tiempo y los movimientos militares de EE.UU. para contener a China y Rusia se harán más abiertos con el curso del tiempo.
En esta circunstancia, si los intereses de EE.UU. se concuerdan con los de hace 70 años en lugar del mantenimiento de estado de armisticio en la Península Coreana no existirá ninguna garantía de que no volverá a reproducirse el segundo 25 de junio.
Para nuestro pueblo que se ha visto obligado a sufrir una cruel guerra por EE.UU., la poderosa capacidad disuasiva de la guerra por la defensa del estado constituye una selección estratégica indispensable.
El fortalecer aún más nuestra capacidad disuasiva de la guerra por la defensa de la seguridad estatal y garantía del desarrollo constituye el uso justo del legítimo derecho de autodefensa que nadie puede criticarlo.
La historia de confrontación de 70 años entre la RPDC y EE.UU. muestra con realidad que ninguna generosidad puede contener la coacción, arbitrariedad, agresión y maquinaciones bélicas de EE.UU. y más bien los incita.
EE.UU. habla en tal y cual sentido sobre un diálogo recrudeciendo al máximo su presión político, económico y militar contra nosotros, lo cual no pasa de ser más que una inmadura artimaña del doble rasero y la excusa de desnuclearización que EE.UU. repite como una grabadora automática es una manifestación de la intención de bandidos que intenta desarmarnos y abrir el camino de la guerra de agresión.
El Presidente del Comité de Estado de la RPDC, Kim Jong Un, presentó en la IV reunión ampliada del VII período de la Comisión Militar Central del Partido del Trabajo de Corea las nuevas orientaciones por fortalecer aún más el poder de disuasivo nuclear de guerra y mantener las fuerzas armadas estratégicas en el estado de alerta de alto grado, de acuerdo con la exigencia general de la construcción y el desarrollo de las fuerzas armadas nacionales.
Seguiremos intensificando nuestras fuerzas para detener las permanentes amenazas nucleares de EE.UU. y no daremos ni un paso atrás en este camino que escogimos en la circunstancia en que EE.UU, máximo poseedor de armas nucleares y país que los usó por primera vez en el mundo, continúa sus extremadas amenazas y chantajes nucleares recurriendo a su política de hostilidad mórbida y crónica contra nosotros.
Nadie podrá detener en este mundo el avance victorioso de nuestro pueblo y ejército que han heredado el espíritu y el coraje heroicos de la gran generación que venció a las bandas imperialistas encabezadas por los yanquis en la Guerra de Liberación de la Patria que se puede calificar como la confrontación entre el fusil y la bomba atómica.
ACNC