La causa del estancamiento actual de las relaciones Norte-Sur de Corea
El jefe de la Oficina de Seguridad Nacional de Chongwadae (Casa Azul) del Sur de Corea, Suh Hoon, se portó con vileza durante su reciente visita secreta a EE.UU.
Al reunirse seguidamente con el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, O’Brien, el secretario de Estado, Pompeo, y otras figuras, hizo todo lo posible para congraciarse con su amo malhumorado en estos días por el “rumor de discordia en la alianza Sur de Corea-EE.UU.”.
En particular, disparateó en una entrevista de prensa que “no se puede decir que las relaciones Sur-Norte conciernen simplemente a ambas partes coreanas” y “ellas son un asunto a resolver mediante la consulta con EE.UU y los países vecinos”.
Entonces, habría que preguntarle si estuvo en el sano juicio cuando dijo esas palabras.
Los vínculos Norte-Sur no son el asunto que necesita suplicar a las fuerzas exteriores o consultar con alguien de otro país sino el interno de la nación que debe ser resuelto entre ambas partes coreanas.
¿Será posible que ese hombre quien se siente orgulloso de haberse dedicado durante varios decenios al tema de relaciones N-S no supiera que la clave de solución de todos los problemas entre el Norte y el Sur está en resolverlos independientemente uniendo las fuerzas entre los connacionales?
Su reciente disparate, que sujetó las sagradas relaciones N-S a los vínculos internacionales, es en su esencia la negativa, traición y burla abiertas de las autoridades surcoreanas a la histórica Declaración Conjunta Norte-Sur del 15 de Junio, que estipula como su punto medular la independencia nacional, la Declaración del 4 de Octubre, programa de implementación de la primera, la Declaración de Phanmunjom y a la Declaración Conjunta de Pyongyang de Septiembre.
Todo el mundo conoce que la causa del estancamiento actual de los lazos N-S está en que las autoridades surcoreanas se sometieron voluntariamente a EE.UU. pasándole las riendas de su destino.
Sin volverse todavía en sí, ellas suplican la ayuda al culpable que estropea los vínculos N-S, al igual que el estúpido que pide al bandido que repare las propiedades familiares desbaratadas por éste mismo.
Da mucha pena ver al que alaba a su amo perdiendo la fanfarronada con que decía algún tiempo de la llamada “teoría de conductor” y “el Sur y el Norte son dueños del destino de la Península Coreana”.
Por eso, se oyeron entre la gente las voces irónicas como “caniche nacido en EE.UU. que está colmado de la conciencia proyanqui hasta en los tuétanos”.
Puesto que es así el modo de pensar y proceder del jefe de la Oficina de Seguridad Nacional que atiende los asuntos de diplomacia y seguridad, no es nada extraño que él haya sido expulsado en medio de la visita siendo despreciado, maltratado y humillado por EE.UU.
Desde la antigüedad, se dice que la vergüenza y afrenta no se las impone otro sino se las busca por sí mismo.
El que pierde la conciencia independiente, se hace el tonto que anda inoportuna y descabelladamente.
Está claro cómo será el desenlace de los que tratan de dejar el destino nacional al ultraje de las fuerzas extranjeras sustentándose del servilismo a EE.UU.
Ri Kyong Ju