Kim Jong Il, siempre entre el pueblo
El Dirigente Kim Jong Il dedicó toda la vida por el bienestar de los habitantes compenetrándose siempre con ellos.
Poseedor de cualidades modestas y sencillas, vivió desde pequeño junto con los pobladores y leyó sus pensamientos.
Al cabo de la liberación del país, acompañó a sus padres en sus viajes por varias ciudades y pueblos rurales y pesqueros, mientras presenció los esfuerzos abnegados de los habitantes por construir una nueva patria.
En 35 de la era Juche (1946), ayudó a los pobladores movilizados en la obra de regulación del curso del río Pothong.
En 1961 cuando estudiaba en la Universidad Kim Il Sung, participó en la obra de ampliación de la carretera entre el barrio Wasan y Ryongsong de la ciudad de Pyongyang, ocasión en que utilizó autobuses urbanos para ir allí.
En el lugar de trabajo se encargó de trabajos duros, martilleando y transportando tierras con pértiga sobre el hombro, se divirtió en horas de descanso junto con los constructores y compartió comidas con ellos.
Un día, ayudó a una anciana que se llevaba el carbón descubierto en el campo de construcción, cuando le dijo: Yo también soy hijo del pueblo trabajador. Nada es más digno que trabajar para él.
En todo el proceso de dirección sobre la revolución Kim Jong Il siguió el camino de amor y abnegación en aras del pueblo.
En su visita a una fábrica se informó de las condiciones de trabajo y vida de los obreros apretando sus manos grasientas y en el campo trasplantó arroz junto con los campesinos y se dio cuenta de la vida económica de ellos.
Al construir viviendas y avenidas pensó primero en la demanda y la comodidad de los habitantes y sugirió levantar fábricas y centrales eléctricas que aportaran al bienestar de ellos.
Un día, en el Complejo de Acero de Chollima se efectuó una reunión extraordinario, en la cual los cuadros de la empresa pidieron perdón a los obreros por no asegurar la calefacción en el comedor. Este hecho se debió a la medida tomada por el Dirigente quien consideraba como su pena las incomodidades en la vida de la población.
Sintiendo su alegría en la felicidad del pueblo, continuó su viaje de orientación por las zonas montañosas septentrionales y los poblados pesqueros en las costas orientales y occidentales.
Gracias a la guía del Dirigente que reflejaba las sencillas opiniones del pueblo en la línea y la política del Partido, se levantaron numerosas creaciones monumentales y se multiplicaron los bienes que contribuyeran a la felicidad de los ciudadanos.
Cuando el país sufría grandes pruebas debido a las maniobras de de los imperialistas encaminadas a aislarlo y aplastarlo y las consecutivas calamidades naturales, se mantuvieron invariablemente las medidas sociales en beneficio del pueblo y se defendió firmemente el socialismo centrado en las masas populares. Este hecho fue resultado logrado por el Dirigente quien tenía como su misión servir al pueblo.
Por ende, su imagen como padre de la nación vive en lo hondo del corazón del pueblo coreano y sus sempiternas hazañas se perpetúan junto con Corea donde se hace realidad el ideal de este bajo la sabia dirección del compañero Kim Jong Un.
Naenara