EEUU permite al sur de Corea desarrollar misiles sin límite de alcance ni de peso
El comentarista de asuntos internacionales, Kim Myong Chol, publicó un artículo intitulado «¿Qué persigue la conclusión de ‘guía de misil’?» que va como sigue:
El mandatario surcoreano, que visitó hace poco a EE.UU., anunció en la rueda conjunta de prensa efectuada en el terreno que quedó completada la «guía de misil» EE.UU.-Sur de Corea.
Este hecho muestra que el Sur de Corea puede desarrollar misiles que toman a su alcance toda la extensión geográfica de la RPDC y hasta los países vecinos, liberándose de la limitación de 800km al máximo.
Ya circula en la sociedad internacional y el suelo surcoreano el rumor sospechoso de que la ilimitación de alcance de misil permite al Sur de Corea desarrollar en un plazo más corto el ICBM, el SLBM y hasta el misil hipersónico.
No cabe otra expresión que un acto hostil malintencionado en el hecho de que EE.UU. ha eliminado esta vez hasta los límites de alcance, como si fuera poco la cancelación de limitación de peso de ojivas al aprobar en varias ocasiones la enmienda de la «guía de misil».
La conclusión de dicha guía demuestra una vez más quién es el que agrava la situación en la Península Coreana.
EE.UU. permite a sus seguidores el ilimitado derecho a desarrollo de misil describiendo obstinadamente las medidas autodefensivas de la República Popular Democrática de Corea como violación de las «resoluciones» de la ONU y busca de hecho la confrontación hablando del diálogo.
Esto es una expresión coherente de la política hostil anti-RPDC de EE.UU. y, al mismo tiempo, una prueba clara de su conducta cínica y dual.
Hoy día, muchos países perciben que no son más que una artimaña las bases de la política sobre la RPDC, incluso el «modo de acercamiento pragmático» y la «máxima flexibilidad», que ha inventado la administración Biden.
El objetivo de la medida arriba referida está en obstaculizar nuestro desarrollo al fomentar aun más la carrera armamentista en la Península Coreana y las zonas periféricas. Otro propósito de EE.UU. es tomar más fuerte el control militar sobre el Sur de Corea y realizar legalmente el emplazamiento de misil de alcance mediano, que apunta a los países vecinos, a cambio de permitir el alargamiento del alcance de misil.
EE.UU. está equivocado.
EE.UU. trata de presionar a la RPDC creando un desequilibrio asimétrico en la Península Coreana y su contorno, lo cual constituye un gran error que empeora la delicada e inestable situación de ese procurrente actualmente en el estado de armisticio.
Nuestro blanco no es el ejército surcoreano sino EE.UU. más allá del océano.
Es estúpida la idea de EE.UU. que intenta alcanzar su objetivo hegemónico por conducto del Sur de Corea.
Hay un refrán que dice que a la paliza se responde con el garrote.
Puesto que EE.UU. y las autoridades surcoreanas expusieron en claro su ambición agresiva, no tendrán nada que decir sobre el fortalecimiento del potencial de autodefensa nacional por la RPDC.
Trataremos a EE.UU. en el principio de responder a la fuerza con la fuerza y a la buena fe con la misma y el empeoramiento de la situación de la Península Coreana redundará en la inseguridad de las fuerzas que nos amenazan.
Aprovechando esta oportunidad, hay que decir algo también sobre la conducta del gobernante surcoreano quien había dicho así: «Informo con placer la conclusión de la guía de misil». Así, él se puso por sí solo en la mira de los países regionales.
Nos causa asco la bajeza del mandatario surcoreano que, cautivado de la culpabilidad, está observando agudamente la reacción de una parte y la de otra.
La sociedad internacional debe enfocar la atención a los graves actos provocadores, que se cometen en nuestras narices, en vez de prestar oídos a la violación de la «resolución» de la ONU que rumorea tanto EE.UU.
ACNC