“¡Las fábricas, para los obreros!”

El Comité Popular Provisional de Corea del Norte nacionalizó las industrias importantes del país en agosto de hace 75 años, lo cual fue un evento histórico que convirtió al pueblo coreano en el dueño de las fábricas y los medios de producción.

Entonces Corea estaba recién liberada de la ocupación militar del imperialismo japonés (1905-1945), que se apoderó de la mayoría de las industrias que constituían la arteria principal de la economía, y sacó enormes ganancias con los abundantes recursos naturales de su colonia.

Era preciso nacionalizar las instalaciones industriales para erradicar las consecuencias del dominio colonial del imperialismo japonés, liberar a los obreros de la explotación y la opresión y desarrollar de modo independiente las industrias nacionales.

De ahí que el Presidente Kim Il Sung, en su informe presentado en el congreso Fundacional del Comité Central Organizador del Partido Comunista de Corea del Norte (octubre de 1945), subrayó la necesidad de nacionalizar las importantes industrias incluyendo las fábricas, las minas y los transportes ferroviarios, que pertenecían a la propiedad del imperialismo japonés y sus lacayos, para pasarlas a la posesión del pueblo.

Posteriormente presentó la consigna “¡Las fábricas, para los obreros!”, hizo organizar muchos comités fabriles para que ocuparan y administraran las instalaciones industriales y los órganos económicos, que pertenecieron al imperio japonés y sus lacayos, y establecer un ordenado sistema de su control y gestión por los órganos del poder popular.

A base de esto, proclamó la “Ley sobre la nacionalización de las industrias, transportes, comunicaciones, bancos, etc.” el 10 de agosto de 35 de la era Juche (1946). Según ella, todas las la empresas, minas, centrales eléctricas, transportes ferroviarios, comunicaciones, bancos, comercios, centros culturales, etc., que pertenecieron al Estado japonés, a personas jurídicas y naturales japonesas y a traidores coreanos serían confiscados sin indemnización y pasados a propiedad del pueblo coreano, o sea, nacionalizados.

Por aquel entonces, como objeto de confiscación limitaron a la propiedad del imperialismo japonés y los traidores nacionales mientras protegieron legalmente la de los capitalistas nacionales y promovieron activamente las actividades de gestión de los empresarios y comerciantes privados.

Como resultado, 1.034 fábricas y empresas que correspondían a más del 90% de la totalidad industrial se convirtieron en propiedades estatales y de todo el pueblo, cumpliendo con éxito la tarea de la revolución democrática, antimperialista y antifeudal.

En agosto de 1958, al concluir exitosamente la cooperativización socialista de la economía privada campesina y la transformación del comercio y las industrias privadas a la vía socialista, se estableció el sistema socialista en Corea.

En 1961 se erigió en Estado socialista industrial-agrícola, apoyado en su economía nacional autosuficiente y en 1970 en Estado industrial socialista.

En marzo de 1974, con la promulgación de la Ley de la Asamblea Popular Suprema de la RPDC sobre la abolición completa de los impuestos, restos de una sociedad caduca, Corea fue el primer país exento de los impuestos en el mundo.

Los obreros, convertidos en dueños de las fábricas, se levantaron con el mismo propósito y la misma voluntad abrigando el ardiente deseo y aspiración de crear una nueva vida y consolidaron firmemente la base de la edificación de la nueva Corea democrática.

Naenara

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