En la oscura sociedad estadounidense no existe el derecho a la vida ni a la vivienda
EE.UU. amonesta a menudo a otros países procediendo como “juez de los derechos humanos”.
Entonces, ¿cómo está la situación real de los derechos humanos en los EE.UU.?
Es justo EE.UU., donde la gente se quedó atónita por la pérdida de las vidas preciosas, de cientos de miles, causada por el enfrentamiento inadecuado a la pandemia y los sobrevivientes sufren desesperaciones y dolores porque su elemental derecho a la vida no está asegurado debidamente.
Según los datos, actualmente en EE.UU. 6.500.000 familias y más de 15.000.000 habitantes se encuentran en una situación de ser forzados a la mudanza porque no pueden pagar el alquiler a causa de la falta de los ingresos económicos por la situación de la pandemia y esa cifra se incrementará aún más en adelante.
Aunque desde el mes de septiembre del año pasado, la Administración norteamericana aplicó la llamada “moratoria de la evicción” bajo el rótulo de prevenir que la gente incapaz de pagar el alquiler sea expulsada de la casa arrendada y expuesta ante la pandemia, eso no es más que un paliativo para calmar los disgustos de los habitantes.
Lo demuestran claramente los comportamientos de los poderes del Estado, después de que en julio de este año la Corte Suprema de EE.UU. dictara la sentencia de que con la autoridad de la Administración no se puede postergar por más tiempo la “moratoria de la evicción” y que en caso de que sea necesario el Congreso tendrá que desembolsar el presupuesto adicional.
La Administración insistió que el asunto presupuestario era un asunto del Congreso, y el Congreso sostuvo que la Administración no le informó que expiraba “la moratoria de la evicción”, imputando las responsabilidades mutuamente. La reunión urgente del Congreso, convocada difícilmente para abordar el asunto de la prolongación de “la moratoria de la evicción”, sólo repitió el giro libre debido a la disputa faccionaria.
Mientras que la Adminstración y el Congreso pasaban los días en vano, expiró “la moratoria de la evicción” y muchas personas que se vieron obligadas a vivir sin techo salieron a las manifestaciones de protesta.
La Administración de EE.UU., apurada por el anormal desarrollo de la situación, tomó como último recurso la decisión de prolongar por 60 días más “la moratoria de la evicción” en las regiones con la seria propagación de la COVID-19. Sin embargo, muchos habitantes incapaces de pagar el alquiler pasan día tras día en medio de las inquietudes y pánicos por el miedo de la imprevisible evicción.
A pesar de tal realidad, EE.UU. en lugar de tomar medidas para asegurar el elemental derecho a la vida de la gente, se entrega a la intervención en los asuntos internos de otros países, cuestionando arbitrariamente el estado real de derecho humanos .
Ante esta realidad, la sociedad internacional se burla y censura diciendo que EE.UU. tiene que arreglar la oscura situación de derechos humanos de su país antes de cuestionar el “problema de derechos humanos” de otros, que no hay casi ningún país que tenga tan serios problemas de derechos humanos como EE.UU. y que el aseguramiento de derechos humanos en EE.UU. no pasa de ser un castillo en el aire.
EE.UU., antes de cuestionar sin sensatez el “problema de derechos humanos” de otros países, tendrá que arreglar primero el problema de derechos humanos de la sociedad norteamericana que se empeora cada día debido a sus políticas antipopulares.
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