El disuasivo de misiles es para prevenir la propia guerra

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea dio la siguiente respuesta a la pregunta formulada el 20 de octubre por un reportero de la Agencia Central de Noticias de Corea en relación con que EE.UU. critica injustamente el lanzamiento de prueba de SLBM de nuevo tipo por parte de la RPDC.

El disparo de prueba de misil balístico lanzado desde submarino (SLBM) realizado el 19 de octubre por nuestra Academia de Ciencias de Defensa Nacional forma parte de las actividades normales para cumplir el plan de desarrollo de ciencias de defensa nacional de mediano y largo de plazos y no es ninguna amenaza ni daña la seguridad de los países vecinos y la región.

Sin embargo, por conducto de los voceros de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y la Comandancia India-Pacífica, EE.UU. muestra el movimiento muy excitativo, al rogar al Consejo de Seguridad de la ONU la convocación de la reunión urgente describiendo el ejercicio de nuestro derecho legítimo a la autodefensa como una «violación de resolución» del CS de la ONU y como una «amenaza» a la paz y la estabilidad de la región.

Expresamos lástima a la reacción anormal de EE.UU. sobre el ejercicio de derecho a la defensa nacional propio y justo de un Estado soberano.

Como hemos aclarado claramente, nuestro disuasivo no apunta a algún otro país o fuerza específicos sino es para prevenir la propia guerra y defender los derechos estatales, y Estados Unidos y el Sur de Corea están excluidos de la lista de los enemigos principales.

No hace falta que el país americano se preocupe por el hecho porque nuestro lanzamiento de prueba no apunta a ese país sino deviene una labor ya planificada desde antes para la defensa del Estado.

Estados Unidos acusa a la RPDC por el desarrollo y la prueba del sistema de armamento igual que tiene el primer país o está en desarrollo por ello, lo que es clara pauta de doble rasero y nos da sólo la sospecha sobre su «petición» de no «hostilizar» al segundo.

No habrá nunca la generación de la tensión en la Península Coreana si no cuestiona el ejercicio normal y legítimo de nuestros derechos. Sin embargo, si EE.UU. y las fuerzas seguidoras optan obstinadamente las acciones erróneas, esto servirá de catalizador que engendraría un resultado más serio y grave.

Ya hemos expresado gran preocupación por el manoseo de la peligrosa «bomba de reloj» por parte de EE.UU. y el Consejo de Seguridad de la ONU.

ACNC

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