La democracia al estilo estadounidense no puede evitar la ruina

Hace poco, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China expuso que la democracia no es un rótulo para conquistar la hegemonía con respecto a la iniciativa de EE.UU. que propuso realizar en diciembre de este año “la cumbre por la democracia”.

El portavoz mencionó que no se debe incitar la división y confrontación en el mundo ni llevar el mundo a la peligrosa época de la guerra fría tomando la ideología y la concepción de valores como instrumentos para promover la estrategia geopolítica bajo el rótulo de la “democracia”.

Continuó que lo que el mundo actual necesita, con urgencia, no es convocar la “cumbre por la democracia” y establecer la “unión de los Estados democráticos” sino respetar las reglas principales de las relaciones internacionales que se basan en la Carta de la ONU, fortalecer la cooperación internacional, enfrentar juntos a los desafíos globales como la pandemia y el cambio climático y promover conjuntamente el progreso de la humanidad.

Para terminar, el portavoz enfatizó que si uno fomenta la discordia y división e incita el antagonismo y la confrontación bajo el pretexto de la “democracia” eso será una violación y traición al espíritu democrático y la concepción democrática de valores y ocasionará solo la inestabilidad y el caos del mundo y destruirá la paz y el desarrollo de la humanidad.

La democracia es la política que unifica las voluntades del pueblo. Por tanto, se puede decir que es una genuina democracia cuando solo el Estado establezca la política acorde a la voluntad del pueblo y la materialice conforme a los intereses del pueblo y asegure realmente la verdadera libertad, derechos y una vida feliz al pueblo.

Sin embargo, EE.UU., tergiversando la esencia de la democracia, la utiliza como un instrumento para realizar su ambición de dominación del mundo y un pretexto para oprimir a otros países e intervenir en sus asuntos internos.

La historia pasada comprueba que, esto mismo, siendo precisamente un acto antidemocrático, acarrea una seria crisis política y desorden social y perjudica severamente los intereses fundamentales de los pueblos de todos los países.

En 1983, EE.UU., llevó a cabo la invasión a Granada bajo el pretexto de prevenir la transformación en “un baluarte militar que estremece el fundamento de la democracia” y en 1989 eliminó al dirigente del Estado de Panamá tildando la lucha contra EE.UU. como la “carencia de la democracia”.

Por otra parte, en el año 1999, con el pretexto de que Yugoslavia “perjudica la democracia” realizó el ataque aéreo de gran magnitud contra este país y devastó su territorio y con la “exportación de la democracia” titulada con diversos nombres tales como la “Revolución de Rosa”, “Revolución de Naranja”, “Primavera Árabe” destruyó la estabilidad y el orden de los países de Europa, África y Medio Oriente.

Hoy día, muchos países del mundo se dieron cuenta de que la democracia al estilo estadounidense no es una verdadera democracia sino una más reaccionaria y decadente y su introducción puede arruinar el destino del país y la nación y por eso le dan la espalda a EE.UU.

Sin embargo, hasta el momento EE.UU. no presta atención en absoluto a la desgracia y el dolor que sufren los pueblos en los países donde impuso la “democracia”. Por el contrario, envuelve su complot del derrocamiento de otros Estados con el pañuelo de bellos matices llamado “democracia” y sobre todo utiliza la “democracia liberal” como instrumento para acabar con la ideología e ideales socialistas.

El socialismo es ciencia y su victoria también es ciencia. Eso es porque la causa del socialismo refleja las aspiraciones y demandas del pueblo, avanza con las fuerzas unidas del pueblo y realiza el sueño y los ideales del pueblo.

Es precisamente por esa razón que el anhelo y la aspiración hacia el socialismo se intensifican cada día.

La democracia del estilo estadounidense, como un medio principal para la realización del malsano objetivo y la ambición de dominación sobre los legítimos países soberanos no será admitida por más tiempo en este mundo claro.

Los pueblos de los países independientes y antimperialistas deben estar bien conscientes de que la “democracia liberal” es una democracia del carácter agresivo con la cual una superpotencia oprime y domina arbitrariamente a varios países del mundo y lanzarse de modo activo para defender la verdadera democracia y la justicia internacional uniendo las almas y las fuerzas.

Kim Il Chol

Investigador de la Asociación de Estudio Político Internacional