Francia «condena» los misiles coreanos mientras gasta 37.000.000.000€ en su arsenal nuclear
Hay un país que provoca muy a menudo las justísimas medidas del fortalecimiento de la capacidad de defensa nacional autodefensiva de la República Popular Democrática de Corea y ese país es precisamente Francia.
Recientemente, con respecto a nuestros lanzamientos de misiles, Francia anunció una llamada “posición” que podemos recitar con los ojos cerrados por haberla escuchado demasiado a menudo.
Si recordamos el curso de la posesión de armas nucleares de Francia y el estado del incremento de los gastos en los armamentos nucleares de este país que conoce todo el mundo, de verdad, no podemos contener los disgustos por el unilateral acto hostil de Francia sobre el ejercicio legítimo del derecho autodefensivo de un Estado soberano.
Francia es un país que, en la década de 1960 del siglo pasado, aunque no había una amenaza militar directa sobre su país, realizó a la fuerza la posesión de armas nucleares con la mera ambición de conservar la posición de la potencia tradicional diciendo que “no puede ser subordinado a otro país y hay que asegurar la independencia nacional”, “sin armas nucleares ni siquiera puede ser un Estado soberano” y “las fuerzas disuasivas nucleares son la más excelente garantía de la paz.”
Es precisamente Francia el país que aunque se jacta de ser un “Estado ejemplar” en el sector del desarme nuclear y preconiza que la meta final del desarme es un “mundo sin armas nucleares” decidió desembolsar en el período de 2019-2025 37.000.000.000€ que supera en 14.000.000.000€ los gastos desembolsados en el período de 2014-2019 para la modernización de las armas nucleares y en abril del año pasado realizó el lanzamiento de ensayo del nuevo misil balístico estratégico “M51-2” y de esta manera fortalece laboriosamente las fuerzas armadas nucleares.
Tal Francia nos ofende criticando irrazonablemente nuestras medidas del fortalecimiento de la capacidad de defensa nacional autodefensiva frente a la política hostil y amenaza militar de EE.UU. contra la RPDC que continúa por siglos y esto es claramente el doble rasero y una conducta muy parcial.
Nosotros sabemos que los franceses se sienten mal si escuchan que su país obedece a EE.UU.
Sin embargo, ya que este país critica las actividades justas de nuestro país que no guarda ningún rencor sobre su país históricamente ni le ha hecho daño, no podemos menos que evaluar que este país está obedeciendo a la anacrónica política hostil de EE.UU. contra la RPDC.
Lo que queremos aconsejar es que, en vez de entregarse imprudentemente a las críticas carentes de la fuerza persuasiva, observe la situación de la Península Coreana desde el punto de vista objetivo aunque sea desde ahora.
Mantener también la independencia en la política sobre la RPDC como un país que lidera la realización de la “independencia estratégica” de Europa le ayudará a guardar el honor como “potencia de Europa”.
Kim Jin Hyok
Investigador de la Asociación Corea-Europa