Pak Jong Chon exige el cese de los «juegos de guerra» de EEUU y Sur de Corea
El secretario del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, Pak Jong Chon, hizo pública el primero de noviembre la siguiente declaración:
Debido a las acciones de enfrentamiento militar de las fuerzas hostiles, se crea ahora una grave situación en la Península Coreana.
Evalúo que el Vigilant Storm es un simulacro agresivo y provocativo que apunta a la RPDC tanto en el número de los aviones movilizados y su dimensión como en su título parecido a Desert Storm, código operacional que el país americano utilizó cuando invadió a Irak a principios de la década de 1990.
Es un indicio muy desagradable.
El Departamento de Defensa de EE.UU. politizó como blanco principal de su estrategia nuclear el «fin» de régimen de la RPDC. A su vez, el ministro de Defensa Nacional, el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor y otros belicistas de la capa militar surcoreana abogan con palabras absurdas por exterminar a la RPDC si ésta emplea las armas nucleares.
El lanzamiento de misiles de la RPDC en el Mar Este, es una respuesta a las maniobras "Vigilant Storm" que EE.UU. y Corea del Sur realizan ahora mismo. 240 cazas y bombarderos en los que simulan la invasión del Norte. La RPDC siempre responderá: Paz con paz y guerra con guerra.
— Alejandro Cao (@DPRK_CAODEBENOS) November 2, 2022
Lo evidente es que el presente entrenamiento aéreo de EE.UU. y Sur de Corea, resucitado a cabo de 5 años, es la extensión de tales provocaciones.
Pero, EE.UU. está equivocado.

Si el país norteamericano piensa en que podrá portarse también en la Península Coreana con la misma manera de que bombardeaba a cualquier hora a los países débiles a finales del siglo pasado y violaba a su antojo el destino de los Estados soberanos, eso será una vana ilusión y un error estratégico fatal.
La Península Coreana no es un lugar donde pueda salir con la suya la bravata militar de EE.UU. como en otras regiones del mundo.
La RPDC observa atentamente la actual circunstancia inestable de la Península Coreana creada a causa de las imprudentes acciones militares de EE.UU. y Sur de Corea.
Si éstos se atreven a utilizar las fuerzas armadas contra la RPDC, los medios especiales de las fuerzas armadas de la última cumplirán sin demora con su misión estratégica asumida y los primeros se encararán con el caso formidable y pagarán el precio más horrible en la historia.
Ellos han de tener presente que si lo toman como simple advertencia amenazante bajo tal situación, eso será un gran error.
Ya no podemos tolerar por más tiempo la locura y provocaciones militares.
Deben ser cesados los furiosos «juegos de guerra» de EE.UU. y Sur de Corea y también sus disparates provocativos.
Los responsables de EE.UU. y el Sur de Corea, que les gustan fanfarronear a toda hora, deberán tomar una opción correcta: el mantenimiento de su honor o la seguridad nacional.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea hizo pública el 31 de octubre la siguiente declaración:
Debido a los persistentes e imprudentes movimientos militares de EE.UU. y Sur de Corea, la situación de la Península Coreana y su contorno se halla otra vez en la grave fase conflictiva de intransigencia a intransigencia.

Se escenificó del 17 al 28 en toda la extensión geográfica surcoreana el entrenamiento de movilidad al aire libre «Hoguk». Y a unos días después de este simulacro se inició Vigilant Storm, ejercicios conjuntos aéreos EE.UU.-Sudcorea de máxima envergadura sin precedente en la historia.
El presente ensayo, en que se movilizan cientos de aviones de combate de diferentes tipos inclusive los cazas Stealth F-35B con su base en Japón, tiene como objetivo principal golpear a los blancos estratégicos de la RPDC en el tiempo de emergencia de la Península Coreana.
A causa de los ejercicios bélicos que el país norteamericano y sus satélites orquestan casi todos los días en este año, la Península Coreana se ha convertido en punto más candente con la tensión militar más empeorada en el mundo y se hizo más grave el ambiente de seguridad regional.
Es inhallable en otras partes del mundo un simulacro cuyo carácter agresivo es tan claro como los adiestramientos de EE.UU. y las fuerzas seguidoras en su período, dimensión, contenido y densidad.
Los entrenamientos militares conjuntos EE.UU.-Sudcorea se activaron con los ejercicios combinados del puesto de mando de abril pasado y se amplificaron como Ulji Freedom Shield en agosto y como el marítimo conjunto de gran envergadura en que se movilizó la flotilla de ataque de portaaviones nuclear y el otro aéreo conjunto en septiembre y octubre.
Los hechos demuestran claramente que ha llegado a la etapa final el guión de guerra nuclear anti-RPDC de EE.UU.

EE.UU. libra los simulacros de guerra agresiva como el de desembarco de gran envergadura y la «operación de descabezamiento» para ejercitar la conquista de la tierra y el avance a la profundidad de la contraparte. Pero, éste critica que la reacción militar de carácter autodefensivo de la RPDC empeora la situación, lo que es un embuste tan absurdo y extravagante.
La RPDC vuelve a recordar en claro que las recientes entrenamientos militares de las unidades del Ejército Popular de Corea tuvieron lugar en el ambiente de seguridad inestable creado por EE.UU. y Sur de Corea.

EE.UU. trata de causar las contramedidas de la RPDC ofendiéndole de manera militar bajo el rótulo del simulacro «anual» y «defensivo» y así imputar a ella la responsabilidad de la situación empeorada. Sin embargo, no podrá encubrir su naturaleza como autor de la destrucción de paz y seguridad.
EE.UU., único país que toma como meta principal de la estrategia nuclear el «fin del poder» de otros Estados soberanos, debe conocer bien que el mismo pagará el precio equivalente si intenta emplear las armas contra la RPDC.
Estamos listos para poner en práctica todas las medidas necesarias por defender desde la amenaza militar proveniente del extranjero la soberanía del Estado, la seguridad del pueblo y la integridad territorial y tomaremos en consideración las providencias de otra fase más intensificadas en el caso de que EE.UU. siga lanzándonos las provocaciones militares serias.
Si EE.UU. no desea una grave situación que no convenga a sus intereses de seguridad, ha de cesar inmediatamente los alborotos inútiles, y de lo contrario, se responsabilizará totalmente de todas las consecuencias.
ACNC
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