Kim Jong Un: el espíritu rojo del Ejército Popular de Corea no ha cambiado lo más mínimo en sus 75 años de historia
Cuando se acoge el significativo día de la fundación del Ejército Popular de Corea en el curso de forjar la nueva era de prosperidad estatal con el poderío de independencia y autarquía que se agranda por el heroico temperamento de autodefensa, el territorio patrio es invadido por el orgullo incomparable de las fuerzas armadas revolucionarias que allanaron al frente la ruta de avance de la historia encarnando la idea y voluntad del Partido del Trabajo de Corea y el poderío absoluto del Estado y el pueblo.
El estimado camarada Kim Jong Un, Secretario General del PTC y Presidente de Asuntos Estatales de la República Popular Democrática de Corea, realizó el 7 de febrero una visita congratulatoria al alojamiento de los generales del EPC en ocasión del aniversario 75 de su fundación, que se registrará con letras doradas en los anales de la poderosa Corea del Juche.
Cuando llegó al albergue con su querida hija, le acogieron con fuerte veneración los comandantes del Ministerio de Defensa Nacional y los altos mandos militares y políticos de las unidades combinadas y las otras de gran dimensión del EPC.
Se pusieron conmovidos los comandantes que abrigaron la convicción de la seguridad eterna y futuro maravilloso de la patria gracias al invencible General de Acero quien abre nueva época de construcción de un ejército poderoso poniendo de pleno manifiesto la dignidad y superioridad de la Corea del Juche.
En presencia del estimado camarada Kim Jong Un, se ofreció un banquete opíparo en homenaje al 75º aniversario de la fundación del EPC.
Al convite fueron invitados los comandantes del Ministerio de Defensa Nacional y los generales, inclusive los mandos militares y políticos de las unidades combinadas y las otras de gran dimensión del EPC.
Se veían también los miembros del Presidium del Buró Político del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, Kim Tok Hun, Jo Yong Won y Ri Pyong Chol, y otros cuadros del partido y el gobierno.
Los reunidos se sentían muy orgullosos y jubilosos por la gran historia y tradición del EPC que realizó méritos de victoria garantizando con armas de la revolución la dignidad y prosperidad de la patria y la felicidad del pueblo en su largo trayecto desde el día de fundación hasta la fecha.
Cuando el estimado camarada Kim Jong Un llegó al lugar del banquete donde resonaba la música de bienvenida, todos los participantes acogieron con estruendosas aclamaciones rindiendo máxima gloria y tributo al General Insigne de Acero, quien es líder destacado del partido, el Estado y el pueblo y bandera de todas las victorias y glorias.
El Secretario General pronunció un discurso para todos los oficiales y soldados del EPC que acogen su fiesta.
Camaradas Generales presentes aquí que son comandantes del heroico EPC:
En el día de hoy, acogemos el 75º aniversario de la fundación de nuestro ejército.
En la larga trayectoria de lucha de 27.395 días desde aquél en que repercutían los gritos por el nacimiento del EPC, este cuerpo armado vino escribiendo la epopeya de tradición orgullosa, victoria fulminante y honor excepcional.
Este momento en que rememoramos esa crónica orgullosa, nos vienen a la mente los nombres y rostros inolvidables de los oficiales y soldados del EPC de las generaciones antecesoras que velaron por mantener la continuidad de la vigorosa y victoriosa revolución coreana y hacer invencible y poderoso a nuestro Estado.
Igualmente, nos digna a pensar en todos los oficiales y soldados del EPC que este instante nocturno que nos llena de honor, se mantienen también de pie en los puestos del frente, fronteras y de otras misiones de combate y los campos de la construcción socialista en aras de la prosperidad eterna de la patria madre y la tranquilidad y felicidad del pueblo.
Por encargo de nuestro partido y gobierno, rindo homenaje a los mártires revolucionarios antijaponeses, los otros del EPC, los respetables veteranos de guerra y los fallecidos comandantes de las generaciones anteriores que prepararon el origen de la tradición de victoria a ser transmitida para siempre en la ardua historia de lucha de las fuerzas armadas revolucionarias.
Quisiera extender también cordiales felicitaciones a todos los camaradas oficiales y soldados del EPC y las fuerzas armadas de la RPDC, por conducto de los camaradas comandantes de diferentes niveles y generales reunidos aquí.
Agradezco de todo corazón y con mejores votos a todos los habitantes y cónyuges de oficiales que estimularon a sus queridos cónyuges e hijos a ocupar los puestos en defensa de la patria y contribuyen con toda sinceridad al incremento del potencial defensivo del país apoyando absolutamente la línea del PTC sobre la construcción de un ejército poderoso y su política de defensa nacional.
No existe en este mundo otro ejército tan heroico, patriótico y fiel a su causa como el EPC, todos conocen el servicio abnegado que prestan estas fuerzas armadas para defender la revolución coreana, sin vacilación alguna ante cualquier desafío severo.
Deséo que este día de fundación del EPC sea una oportunidad divina en que todos sus oficiales y soldados, que pasan siempre muchos trabajos, puedan celebrar su fiesta con toda dignidad, merecimiento y orgullo bajo la bendición de todo el pueblo.
Camaradas Generales y los oficiales y soldados del EPC:
¿Con qué dinámica avanza nuestra revolución más ardua que nunca?
¿Qué es lo que hace invencible a nuestro Estado?
¿Cómo se construyen nuestro ideal y nuestro futuro?
La respuesta en honor a la verdad y la evaluación más imparcial de la historia sobre todo eso están en cada página de la historia de 75 años de nuestro ejército.
Cuando recordamos cómo defendien nuestra causa revolucionaria y la idea y línea de nuestro Partido en los anales llenos de vientos y mareas y cómo nuestra bandera nacional flamea en la cumbre de honor, revalidamos el inestimable valor de la sangre derramada por nuestros oficiales y soldados por la victoria y sus méritos innumerables.
Desde que fuera fundado, nuestro ejército dejó clara su misión ingénita de compartir la vida y muerte con el Partido y emprendió la larga marcha ensangrentada por ser fiel a ella. Esto ha sido el factor principal que hizo inseparables la historia de construcción del EPC y la de la lucha del Partido, la revolución, la patria y el pueblo y convirtió los 75 años del EPC en la crónica más grandiosa.
Transcurrió en esta tierra la historia de la fuerza justa corroborando con la victoria alcanzada con sangre la verdad de que la dignidad y el honor los tienen sólo los fuertes; la justeza de la causa revolucionaria será probada sólo cuando ésta triunfe; la autodefensa es garante de la independencia y autarquía.
El ejército del Partido, el pueblo, el Poder y de clase, que defiende y realiza todo lo más valioso e imprescindible para nuestro destino y futuro, y el cuerpo armado que se encarga primero de los trabajos duros sin temer el sacrificio, he aquí los nombres valiosos que obtuvo el EPC a costa de sangre y vida y debe mantener de siglo en siglo y generación tras generación.
Lo que apreciamos más que nada hoy día y nos pone orgullosos es la firme continuación de la tradición del ejército revolucionario del Partido y la historia de su fidelidad.
Aun en las circunstancias tan difíciles como ahora, el EPC hace gala de su poderío inagotable de fuerzas armadas del PTC y vanguardia de clase porque el espíritu rojo, la noble misión, la férrea disposición revolucionaria y la resistencia a vida o muerte, con que levantaba sus armas la primera generación de las fuerzas armadas revolucionarias, no se han cambiado en lo más mínimo hasta hoy día, en que la sucedieron la quinta y sexta generación.
La máxima gloria de la historia de 75 años del EPC está en la gran continuación que se hace más firme en el transcurso del tiempo y aún en medio de los vientos y mareas de la historia.
Aunque los comandantes y soldados de nueva generación, que forman ahora el grueso de nuestras fuerzas armadas, no han probado la severa guerra revolucionaria o el tiempo de duras pruebas de la revolución, ellos heredaron íntegramente la fidelidad absoluta típica del EPC y el temperamento de las generaciones antecesoras, que dedicaron la sangre, el sudor y hasta la vida, si los exigía la revolución. No me cabe ni la menor duda de ello.
No solamente en las trincheras del frente avanzado en que se enfrentan con armas al enemigo, sino también en todos los lugares de este país donde se engendran victorias y milagros legendarios, se encontraban siempre nuestros uniformados de moral elevada y flameaban sus estandartes rojos que testimonian su tradición de fidelidad y patriotismo.
Me pongo reverencioso cada vez que veo a los militares del EPC que luchan indoblegablemente con la voluntad, que supera el límite espiritual y físico, en los campos de defensa de la soberanía nacional y del pueblo y por las creaciones de enorme dimensión.
Cada vez que el país se encara con alguna dificultad, llamo siempre primero a nuestro ejército, que tiene la noble concepción de vida de que, es un honor tanto vivir como morir en el camino de cumplir las órdenes del Partido compartiendo el mismo destino, y le asigno la tarea de lucha más grande, y este cuerpo armado responde siempre en el acto al llamamiento del Partido.
Me proporciona la felicidad y honor más grandes cada vez que tomo la decisión de compartir la vida y la muerte con nuestro ejército como comandante supremo de estas filas armadas tan excelentes.
Si bien en el largo tiempo desde el día de su fundación hasta la fecha cambiaron muchas cosas, incluso el panorama de nuestro ejército, no se ha cambiado la imagen fiel de éste que asume las responsabilidades tan importantes, de que son incapaces otros, poniéndose siempre al frente de la revolución tanto en el tiempo severo como en el de paz.
Por ser grande tanto en su fundación como en su sucesión, nuestro ejército pudo conquistar el valioso título de la época y la historia; el más poderoso del mundo.
Lo imponente, gallardo, firme y fuerte, que se respira del EPC, es la cualidad propia de sus uniformados que parte del orgullo y dignidad excepcionales por ofrendar su vida a la causa más grande y servir con el fusil a la obra más justa del mundo. Igualmente, constituye una manifestación del potencial irrefrenable característico del EPC que se deriva de su extraordinario sentido de responsabilidad y voluntad superhumana consistentes en no doblegarse ni tumbarse antes de cumplir la misión asignada por el CC del Partido.
El aspecto de nuestro Estado, que se hace más firme y poderoso en medio de los vientos y mareas y las dificultades, se refleja en el perfil de los militares en lucha y brillan los nombres de los heroicos oficiales y soldados en la cumbre de dignidad a que ha arribado el pueblo coreano.
Afirmó en tono orgulloso que aunque existen centenares de países en el mundo y no son pocos los ejércitos, que se jactan de su larga historia y tradición, el EPC es el único que comparte la vida y muerte en todo el trayecto de su desarrollo con el Partido, la patria y el pueblo aportando más prestigio y grandeza a éstos y defendiendo su alto honor y futuro prometedor.
Hemos preparado por fin la fuerza formidable y absoluta resistiendo incontables sufrimientos y dolores por la paz eterna de la tierra patria, por la prosperidad y desarrollo genuinos y por todas las generaciones venideras, sentenció.
Nuestro ejército ha de marchar adelante contra las pruebas, levantando a lo más alto, como siempre, las consignas «¡Encarguémonos tanto de la defensa de la patria como de la construcción socialista!» y «Si el Partido decide, lo cumplimos»
Estoy seguro que ustedes lucharán con valentía, como de costumbre, ofrendando hasta la vida por lo que se ha inscrito en los estandartes gloriosos; Por la prosperidad eterna de la patria y la tranquilidad del pueblo.
Reafirmando mi voluntad de compartir siempre con ustedes la vida y la muerte y las alegrías y penas, encomiendo a ustedes y al EPC la avanzada de la revolución.
Les pido a todos ustedes que tengan buena salud y se hagan comandantes que sirvan con entera disposición para los militares.
Encomiendo a los oficiales y soldados de nuestro Ejército Popular.
Trabajemos mucho más con esfuerzos redoblados por el fortalecimiento y desarrollo de nuestro ejército y por la prosperidad de la patria socialista.
Deseo de todo corazón que se fomente el bienestar del pueblo y se tranquilice el país en lo proporcional a los esfuerzos que haya realizado el EPC.
Propongo un brindis por la salud de los camaradas generales presentes aquí, por la salud de los oficiales y soldados de todo el ejército, por la gloria del EPC y por la eternidad de su gran honor.
¡Viva el EPC, cuerpo armado heroico e invencible!
Una vez terminado el discurso apasionante del estimado camarada Kim Jong Un, que hace recordar con gran orgullo la marcha vigorosa emprendida bajo la guía del PTC y centuplicar la voluntad revolucionaria de continuarla con fidelidad, los generales le pronunciaron estruendosas vivas jurando dar firme continuidad a la sagrada tradición típica del EPC.
Se vieron en la ocasión los cuadros que mostraban los lazos fraternales entre el General Insigne y los cuadros medulares del ejército invencible, quienes comparten el propósito y la vida y muerte en la vía de fortalecer el poderío militar por la dignidad y futuro de la patria y el pueblo.
Los comandantes del EPC redoblaron la voluntad de defender a costa de la vida el CC del PTC, encabezado por el estimado camarada Kim Jong Un, y la idea y causa revolucionarias del Partido, recordando en toda su vida el afecto fraternal y gran confianza dispensados por él, y de trabajar con total entrega para garantizar con invencibles fuerzas armadas el avance de todo el pueblo hacia la victoria de la causa socialista en los campos por la defensa de los derechos estatales y del pueblo y por las grandes creaciones.