Allá donde se extenden las garras de la OTAN, siempre estalla el choque armado y la guerra
El comentarista de asuntos internacionales, Kim Yu Chol, hizo público el 7 de abril un artículo intitulado «Expansión de la OTAN causa nueva calamidad», cuyo texto va como sigue:
El 4 de abril, Finlandia se incorporó de manera oficial a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) con la aprobación unánime de los 30 países miembros de esta organización.
Como conocen todos, después de la descomposición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la OTAN alistó desde 1999 hasta 2020 en 5 ocasiones a 14 países de la Europa Oriental y litorales del mar Báltico, incumpliendo así el compromiso de no perseguir ni en lo mínimo la expansión de la alianza contra Rusia.
La incorporación de Finlandia a este bloque militar de carácter agresivo deviene una actitud cínica que rompe por sexta vez su «promesa férrea» hecho ante Rusia y resto del mundo.
Muy indignada por el descaro de la OTAN, Rusia advierte a los países nórdicos que si éstos se afilian a esta organización, se pondrán en la primera línea de la confrontación Rusia-OTAN y recibirán una intimidación equivalente a la creada por ellos contra Rusia.
Es muy merecida la reacción de Rusia, al tomar en consideración lo que por el ingreso de Finlandia en la OTAN, la distancia limítrofe entre Rusia y OTAN se alargó de mil 200 a 2.500 kilómetros y el mar Báltico se ha convertido en un «lago de la OTAN».
Aunque transcurrió mucho tiempo, no varió la intención intrigante de Estados Unidos de construir un mundo unipolar controlado por él mismo, tras mantener a raya a su rival estratégico, manteniendo la caduca alianza político-militar.
Ahora, EE.UU. organiza la «OTAN de versión asiática» como «AUKUS» y «Quad», con sus aliados en la región asiática, e intenta introducirlos en realizar su ambición de tomar hegemonía mundial.
Sabemos muy bien quién está y cuán peligroso intento estratégico está escondido detrás de los periplos reiterados de la OTAN por la región de Asia-Pacífico, emprendidos tanto el año pasado como el presente.

Últimamente, Japón y los títeres surcoreanos tratan de conjurarse con la OTAN, lo cual provoca una preocupación de que se representara otro «incidente de Ucrania» en la región de Asia-Pacífico.
Lo evidente es que donde se extenden las garras de la OTAN, siempre estallan el choque armado y la guerra que causan la tragedia, como muestra el caso de Ucrania.
He aquí la peligrosidad de la expansión de esta máquina de guerra.
La imprudente estrategia de EE.UU. de meter a todo el mundo en la OTAN no pasa de ser una ambición autodestructiva.
Algunas fuerzas de la región de Asia-Pacífico, que se desesperan en sumarse a la OTAN, deberán tener presente que este bloque militar no es un «nido de felicidad» sino la primera trinchera de EE.UU.
ACNC