EEUU fomenta en Asia la pelea entre asiáticos y en Europa, entre europeos

El comentarista de asuntos internacionales, Ri Jong Su, publicó el 24 mayo un artículo intitulado «El Sudeste Asiático no debe convertirse en el campo de guerra que hace EE.UU. por conducto de sus agentes en el terreno».

Adjuntamos el texto completo:

La ola de «nueva guerra fría», buscada por EE.UU., desplaza el clima apacible de la región del Sudeste Asiático.

Buque anfibio de asalto Makin Island

En enero pasado, el buque anfibio de asalto Makin Island de las fuerzas navales norteamericanas reanudó a los 2 años en Singapur los ejercicios militares conjuntos.

Desde finales de febrero hasta el principio de marzo, se realizaron otra maniobra Cobra Gold, la de mayor dimensión en los últimos 10 años.

En abril, se llevó a cabo en Filipinas el entrenamiento conjunto Balikatan, que incluye el ejercicio de tiro de combate sin precedentes en el Mar Sur de China, con la movilización de más de 12.000 efectivos norteamericanos y otras enormes fuerzas armadas.

Sólo en 2022, el número de los entrenamientos militares de las tropas norteamericanas y el de espionaje en el Mar Sur de China ascendieron a más de cien y mil veces, respectivamente, y el período de despliegue de las flotillas de ataque de portaaviones nucleares creció a más de 10 días de los 4 o 6 en el año 2021.

En tales circunstancias, el portaaviones nuclear estadounidense, monstruo de acero cuyo tamaño equivale a un edificio de 23 pisos y superficie es igual a la suma de 4 canchas de fútbol, apreció el 24 de abril en Tailandia por primera vez a más de 10 años.

Lo que llama la atención es que la penetración militar de EE.UU., que se limitaba a los ejercicios militares conjuntos con algunos países individuales y al ofrecimiento de pertrechos, se orienta ahora a formar una nueva alianza que une los aliados inferiores como Japón y Australia con los países del Sudeste Asiático.

El 11 de abril, EE.UU. sostuvo con Filipinas las conversaciones de las autoridades de diplomacia y de defensa nacional (2+2) y acordó ampliar en el Mar Sur de China las actividades multilaterales de seguridad marítima con los «socios del mismo propósito» y estrechar la cooperación con AUKUS (Australia-United Kingdom-United States).

Durante la visita del presidente filipino a EE.UU. desde el 30 de abril hasta el 4 de mayo, discutió oficialmente el tema de establecer el modo de colaboración tripartita EE.UU.-Filipinas-Japón o EE.UU.-Filipinas-Australia.

La cooperación militar entre los países debe ser aplaudida si tiene el objetivo de fomentar la paz y estabilidad de los países y regiones correspondientes, pero EE.UU. persigue otra finalidad.

EE.UU. se ha enriquecido ya a través de las agresiones y guerras hechas tomando como puntal ideológico la doctrina de «Destino Manifiesto» que justifica la agresión y anexión de otros países como lo «predestinado» por Dios.

Tras la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. viene utilizando a otros países como ejecutores interinos de la guerra en crear y mantener el mundo unipolarizado donde el imperio se arroga el papel de «gendarme» y «juez».

Desde finales de 1953, EE.UU. aceleró el establecimiento de la alianza militar tripartita con Japón y el Sur de Corea, según el «plan de luna nueva» consistente en formar contra los países socialistas el «cerco semilunar» desde Japón, el Sur de Corea, Taiwán, Filipinas, el Sur de Vietnam y Tailandia hasta Pakistán.

Por otra parte, organizó una tras otra las alianzas de seguridad de distintos tipos como «ANZUS» (Australia, New Zealand, United States, en 1951), SEATO (Organización del Tratado de Defensa Colectiva del Sudeste Asiático) (en 1954) y CENTO (Organización del Tratado Central) (en 1955). Tal hábito se reproduce hoy en día con la creación de «QUAD» (EEUU Japón, Australia e India) y «AUKUS».

Yoon Suk Yeo y Fumio Kishida, junto a otros, en la Cumbre de la OTAN, 29 de junio de 2022 en Madrid

En el continente europeo, la OTAN continúa desenfrenadamente, bajo el mando de EE.UU., el «avance al este» para presionar a Rusia y en la región de Asia-Pacífico, entra en etapa crucial la «marcha al oeste» liderada por EE.UU. que llega a Taiwán y el Sudeste Asiático pasando por Japón, el Sur de Corea y Australia.

 

En tal contexto, Japón decidió hace poco, por mediación de EE.UU., instalar en su territorio la Oficina de Enlace de la OTAN, lo cual testimonia que entró en la etapa de ejecución el «ataque simultáneo por el Este y el Oeste» que se extenderá a la fundación de la OTAN de versión asiática.

Todos esos actos escandalosos muestran que EE.UU. busca el fantasma de la «Doctrina de Nixon» que persigue fomentar en Asia la pelea entre los asiáticos y en Europa, entre los europeos.

La época actual es la de independencia y ninguna parte del mundo, incluida el Sudeste Asiático, quiere convertirse en el campo de guerra que hace EE.UU. por conducto de sus agentes en el terreno.

La realidad demuestra claramente que ese país es el culpable que siembra la cizaña de desconfianza, antagonismo, confrontación y choque en contrasentido a la aspiración común de los países regionales del Sudeste Asiático al ambiente pacífico y al desarrollo económico estable, y busca la guerra generando la inestabilidad extremada en toda la región.

Los países regionales deben agudizar la vigilancia y rechazar las maniobras de EE.UU. que intenta convertir la región en el escenario de la guerra por conducto de sus agentes a fin de mantener su posición hegemónica.

Así deberán cumplir su responsabilidad y papel en la defensa de paz, estabilidad y justicia auténticas.

ACNC

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