Corea califica la visita de Blinken a China como la de un provocador mendigante e ignominioso

El comentarista de asuntos internacionales, Jong Yong Hak, publicó el 21 de junio un artículo titulado «Visita mendigante y ignominiosa de provocador».

Su texto íntegro sigue:

Recientemente, el secretario de Estado de Estados Unidos, Blinken, realizó una visita a China, atrayendo la atención de la sociedad internacional.

EE.UU., que amenazaba severamente el interés principal de China hablando casi todo el día de la «teoría de amenaza de China», despachó de repente a China a su jefe de diplomacia bajo el pretexto de «alivio de relaciones», lo que engendra muchas suposiciones y evaluaciones.

El núcleo de la política exterior trazada por la actual administración norteamericana después de su aparición, era controlar, oponerse y aislar a China.

Colmada de veto al gobierno china, la administración de Biden definió, desde el primer día de la asunción al poder, como el núcleo de su política sobre China la presión y aislamiento en todas las direcciones, vino infringiendo el justo interés de desarrollo del pueblo chino, al aumentar de modo intencional el grado de confrontación, y se valía de todos para impedir la prosperidad de China.

Y satanizó al Partido Comunista de China y denigró perversamente la situación de «DDHH» de China. En relación con el asunto de Taiwán, más núcleo de los intereses principales de China, cometió sin titubeo una grave provocación política-militar, insinuando abiertamente hasta por el mandatario la «intervención militar» de las tropas norteamericanas.

Fortalece el «QUAD», «AUKUS» y otras alianzas antichinas, por una parte y por la otra, intenta organizar un nuevo bloque militar en que incluyen Japón y los títeres surcoreanos, de manera que agrava de modo intencional la situación de la región.

Pero, en estos días, EE.UU. habla del «intercambio de la opinión» con China y la «eliminación de peligro por la equivocación y el malentendido», lo que hace imaginar a un ladrón que quiere golpear primero a la víctima.

Hay un refrán que dice: «cada cual responde por sus actos».

Puesto que EE.UU. complicó las relaciones con China, no se agravará el vínculo China-EE.UU., si el segundo país respeta el interés principal del primero y para todos los actos hostiles.

El provocador habla primero de la necesidad de «controlar con responsabilidad la supuesta disidencia», lo que es una muestra de dualidad y descaro inherentes del país norteamericano.

Por la inquietud extremada de que la presión y aislamiento contra China se han convertido en un bumerán que golpea la economía estadounidense y la confrontación entre los dos países puede causar un desastre irrecuperable convirtiéndose en un conflicto militar inaudito, EE.UU. envió a su secretario de Estado a China para mendigar el alivio de relaciones.

En una palabra, el presente viaje del jefe de diplomacia de EE.UU. no es más que el un pordiosero provocador que reconoció el fracaso en la política antichina.

Es muy natural la demanda de China a EE.UU. por el cese de hablar de la «teoría de amenaza de China», el levantamiento de la sanción ilegal y unilateral contra China, la renuncia de la opresión del desarrollo de ciencias y tecnologías de China y la no intervención en los asuntos internos de China.

Repite el mismo error si uno olvida la historia y comete un error más grande si no discierne correctamente la realidad.

Si EE.UU. sigue recurriendo a la hegemonía y confrontación en las relaciones internacionales, olvidando las lecciones de la historia, no se podrá liberar para jamás del destino de la derrota.

ACNC

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