Kim Yo Jong rechaza la sesión anti-coreana del Consejo de Seguridad de la ONU
Reprimir y frustrar perfectamente la política de enfrentamiento nuclear anti-coreana de EE.UU., de carácter más hostil y más amenazante, forman parte del derecho a la defensa legítima para salvaguardar la Península Coreana y el resto de la región de Asia-Pacífico desde las calamidades de la guerra nuclear.
Por lo tanto, nadie tiene derecho de censurar el lanzamiento del misil balístico intercontinental de nuevo tipo por parte de la República Popular Democrática de Corea.
El reciente lanzamiento no perjudicó en absoluto a la seguridad marítima y aérea internacional, ya que fue efectuado de modo más seguro tomando en seria consideración los peligros latentes que puedan afectar a la seguridad de los países vecinos.
Sin embargo, el Consejo de Seguridad de la ONU volvió a convocar una sesión abierta para cuestionar unilateralmente el ejercicio del derecho de autodefensa de la RPDC despreciando su justa preocupación por su seguridad estatal y la intención criminal de EE.UU. que agranda la posibilidad del estallido de la guerra nuclear en la Península Coreana y el resto de la región.
De esta manera, puso en claro por sí mismo que es una organización conflictiva que perturba la paz y estabilidad del mundo, y un mecanismo que persigue la nueva guerra fría obedeciendo a ciegas a EE.UU. y al Occidente.
Condeno categóricamente con gran disgusto la conducta injusta y parcial del CS de la ONU que con el pretexto rutinario, aburrido e ilegal llamado violación de la «resolución» de la ONU, volvió a cuestionar el ejercicio del derecho a la autodefensa de la RPDC que no ha afectado a nadie.
Debido a los actos provocativos de carácter agresivo de EE.UU. que sobrepasan la disposición militar permanente, llega al borde del choque nuclear la situación actual de la Península Coreana y se acerca el estallido de la guerra nuclear no como una suposición sino como una realidad trágica que experimentarán pronto los países del Nordeste Asiático.
Bajo el rótulo del ofrecimiento del «disuasivo ampliado», EE.UU. libra a menudo los ejercicios militares conjuntos de carácter agresivo con la incorporación de los submarinos, bombarderos estratégicos y otras propiedades nucleares y trata de introducir por primera vez a más de 40 años el submarino cargado de ojivas nucleares estratégicas en la Península Coreana en el marco de la operación del «grupo consultivo nuclear» EE.UU.-Sur de Corea.
Tales comportamientos militares provocativos resultan una amenaza más directa a la seguridad de todos los países del Nordeste Asiático para no hablar de la RPDC.
Si el CS de la ONU toma por su misión la defensa de la paz y seguridad del mundo, ha de enfocar la atención a esta realidad y juzgar correctamente quién es el amenazador nuclear y quién es su víctima.
En detrimento de su responsabilidad inherente, el Consejo de Seguridad de la ONU tomó la conducta muy parcial de doble rasero, al tolerar e instigar a EE.UU. que pretende exterminar a la RPDC, hecho que deviene un crimen irresponsable que mete todo el Nordeste Asiático y la región de Asia-Pacífico en la guerra nuclear.
Dado que el CS de la ONU hace intencionalmente la vista gorda a la peligrosa amenaza y chantaje nucleares de EE.UU., aparecerán con mayor frecuencia y a puertas abiertas como una «medida legítima» muchas más armas nucleares norteamericanas inclusive el submarino estratégico en la Península Coreana, y se convertirá pronto el Nordeste Asiático en el mayor arsenal nuclear del mundo.
La responsabilidad de la guerra nuclear inesperada por nadie, que estalle en la Península Coreana por primera vez en la historia de la humanidad, recaerá sobre el CS de la ONU que intenta restringir sin razonamiento el ejercicio del derecho a la defensa legítima de la RPDC, poniéndose de parte de EE.UU.
Aprovechando esta oportunidad, advierto a la chusma que acostumbrada a la obediencia ciega a su amo gringo, se sumó a la publicación de la «declaración conjunta» anti-RPDC que no gana la aceptación de nadie fuera de la escena.
EE.UU. debe darse cuenta de que la molestia que nos causa hará difícil la situación de sí misma.
Sólo cuando cancele su política de hostilidad a la RPDC, desaparecerá nuestro disgusto y se acabará el círculo vicioso de la situación que no desea nadie.
Si EE.UU. sigue obstinándose en su opción conflictiva de carácter imprudente y provocativo, la situación tomará un rumbo desagradable para sí mismo y el imperio lo experimentará a cada momento.
No será barato el precio de denigración a la RPDC.
No quiero ocultar que le esperarán a EE.UU. algunos augurios desfavorables.
EE.UU. debe tener en cuenta que debido al aumento de «visibilidad» del despliegue de sus propiedades estratégicas en la Península Coreana, se harán más fecundos el modo y esfera de las acciones de represalia de la RPDC.
Puesto que EE.UU. no acepta la cancelación de la política hostil a la RPDC, único remedio para asegurar la paz y estabilidad de la Península Coreana y el resto de la región, aceleraremos más la disposición del disuasivo nuclear más preponderante hasta que EE.UU reconozca el fracaso de su política y renuncie la línea de enfrentamiento anti-RPDC.
ACNC