Mito de supremacía quebrantado
Por la madrugada del 25 de junio de 1950, los títeres surcoreanos, bajo la instigación del imperialismo norteamericano, perpetró el ataque sorpresivo en varias direcciones y penetró en las regiones al norte del paralelo 38º.
Frente a tal situación grave, el Gobierno de la RPD de Corea publicó su declaración en que exigió enérgicamente la suspensión inmediata de las aventureras maniobras de guerra a EE.UU. y los títeres surcoreanos.
A pesar de todo, EE.UU. respondió con la ampliación del conflicto. Por otra parte, convocó la reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para aprobar coercitivamente el “proyecto de resolución” que demandaba el “retiro hacia el paralelo 38º” del ejército norcoreano e introdujo en la Guerra Coreana las “tropas de la ONU” integradas por 15 países satélites encabezadas por las norteamericanas.
Los yanquis enviaron un tercio de sus fuerzas terrestres, un quinto de sus fuerzas aéreas, mayor parte de la flota del Pacífico, una parte de la flota del Mar Mediterráneo, ejércitos de 15 países satélites, militares títeres surcoreanos y sobrevivientes del antiguo ejército japonés, en total más de 2 millones de efectivos y colosales materiales y equipos técnicos de combate. Además gastaron 73 millones de toneladas de los materiales bélicos, 11 veces mayores que los consumidos en la Guerra del Pacífico.
Movilizaron todos los métodos y medios más bestiales y crueles utilizando hasta las armas bacteriológicas y químicas.
Tanto en el número de efectivos y la densidad de armas de fuego movilizados por los agresores norteamericanos como en la barbaridad y crueldad de métodos de combate aplicados por ellos, la Guerra de Corea superó en sumo grado a todas las contiendas del pasado.
Los imperialistas norteamericanos calcularon que podrían rendir fácilmente al pueblo coreano con la superioridad numérica, militar y técnica.
Pero, bajo la sabia dirección del Presidente Kim Il Sung, invicto Comandante de acero, el pueblo coreano y los militares del Ejército Popular aplastaron la superioridad numérica, militar y técnica de los yanquis y sus fuerzas satélites con la política e ideológica y la de táctica y estratégica y les asestaron una gran derrota política y militar con la valentía sin igual y el heroísmo colectivo, logrando brillante victoria en la Guerra de Liberación de la Patria.
“Se ha roto el mito. No somos un país
Los generales norteamericanos tras su derrota
tan poderoso como piensan otros”
Referente a esto, los generales norteamericanos derrotados confesaron: “Se ha roto el mito. No somos un país tan poderoso como piensan otros” “Es una guerra cometida en un tiempo inoportuno, un lugar inapropiado y enfrentada con un enemigo (el Ejército Popular) mal seleccionado.”
Durante la guerra, el Ejército Popular de Corea aniquiló y apresó a 1.567.128 enemigos incluyendo 405.498 norteamericanos, destruyó o capturó 12.224 aviones, 564 buques y barcos, 3.255 tanques y carros blindados, 13.350 camiones, 7.695 cañones y otros colosales materiales y equipos técnicos de combate y materiales bélicos. Así, EE.UU. sufrió pérdidas humanas y materiales 2,3 veces mayores que las que sufriera en el Pacífico de 4 años durante la Segunda Guerra Mundial.
El pueblo coreano realizó una inmortal hazaña en la Guerra de Liberación de la Patria de 3 años y se convirtió en el pueblo heroico que venció a los agresores norteamericanos por primera vez en la historia del mundo.
KCNA