Corea socialista: «Canadá es un país carente de facultades básicas de pensamiento»
Hace poco, el Ministerio de Defensa de Canadá anunció que librará la «Operación de NEON» en el contorno de la Península Coreana desde principios de octubre hasta primeros días de noviembre, disparateando que esto muestra que su país concede la importancia a la seguridad de la región de Indo-Pacífico y el resto del mundo, adelanta el comentarista y continúa:
Como es bien conocido por la sociedad internacional, la situación de la Península Coreana y el resto del Noreste de Asia se encuentra al borde de la guerra nuclear, debido al imprudente aumento armamentista y los ejercicios militares conjuntos de carácter agresivo de EE.UU.
Pues, la entrada de los aviones y buques de guerra en esta zona candente significa echar aceite al fuego.
Sin embargo, Canadá, país carente de facultades básicas de pensamiento, obedece a ciegas a EE.UU. sin comprender bien la gravedad de la situación actual de la Península Coreana.
La conducta de Canadá destruye la paz y la seguridad de la Península Coreana y la estabilidad de la región de Asia-Pacífico, y al mismo tiempo, deviene una opción estúpida de perturbar por sí misma la seguridad de su país.
Canadá suele decir como si hiciera un aporte a la paz y seguridad de la Península Coreana, pero, lo que hizo hasta la fecha es haber perjudicado la paz y la estabilidad y fomentado la confrontación y el antagonismo en la Península Coreana y la región de Asia-Pacífico.
En la década de los 50 del siglo pasado, despachó sus soldados mercenarios a la guerra coreana provocada por EE.UU., y en el nuevo siglo también juega un rol principal en el cumplimiento de la política norteamericana de hostilidad a la RPDC.
Desde 2011, cerró totalmente las transacciones comerciales, el servicio financiero y la transferencia técnica con la RPDC bajo el pretexto de implementar las «resoluciones de sanción» del Consejo de Seguridad de la ONU y aplicó la «ley de medidas económicas especiales» que prohíbe la navegación y atracada de los barcos y aviones coreanos en su territorio jurisdiccional.
En enero de 2018, inspiró el ambiente de provocar la segunda guerra coreana convocando la «reunión de Vancouver sobre la seguridad y estabilidad de la Península Coreana» con la participación de 20 países inclusive los participantes en la guerra coreana y Japón.
Este año también, el premier y el canciller canadienses calumniaron el ejercicio del legítimo derecho a la autodefensa de la RPDC, sin ocultar la desconfianza y la hostilidad a la RPDC ni decir ni una palabra sobre la situación peligrosa de la Península Coreana causada por los ejercicios militares conjuntos auspiciados por EE.UU.
En estos tiempos en que se aumenta más que nunca la posibilidad de choque militar en la Península Coreana, debido a los alborotos bélicos de EE.UU. y los tipejos de la «República de Corea», se porta imprudente Canadá, colmado de la ilusión anacrónica y la obediencia ciega a su amo gringo.
Hace poco, este país se vio obligado a pedir disculpas por la avalancha de críticas de la sociedad internacional por invitar cortésmente a un nazi a su parlamento.
Es un resultado merecido para el país acostumbrado a sentir contento y tranquilidad en seguir a ciegas a su amo sin tener el criterio propio.
No es casual que la sociedad internacional haya calificado los «esfuerzos activos de Canadá por la paz y seguridad de la región de Asia-Pacífico» como un intento para comprobar su fidelidad a EE.UU.
Si Canadá actúa como lacayo de EE.UU., obtendrá la mala fama de «51º Estado» de los Estados Unidos de América, al igual que la «República de Corea».
Canadá deberá parar su locura inútil que perjudica por sí misma los intereses propios, dándose clara cuenta de que los países de la región de Asia-Pacífico observan rigurosamente su comportamiento ridículo.
ACNC