Kim Yo Jong responde al mensaje de Año Nuevo del presidente surcoreano «agradeciéndole» su aporte al fortalecimiento del Ejército Popular de Corea

Kim Yo Jong. subjefa de departamento del Comité Central del Partido

La subjefa de departamento del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, Kim Yo Jong, hizo pública el 2 de diciembre la declaración titulada «Mensaje del Año Nuevo al presidente de la República de Corea».

El texto va como sigue:

Con motivo del Año Nuevo, todos intercambian el saludo como de costumbre. Yo también hago votos por la salud de mis familias y amigos.

Leyendo el mensaje del Año Nuevo pronunciado el día primero por el presidente de la República de Corea, Yoon Suk Yeol, yo comprendo que olvidé a ese «bienhechor».

Tengo ganas de extenderle las palabras de saludo y el «elogio» de los «meritos» realizados hasta la fecha por él que se dedica desde el primer día del Año Nuevo a infundir en su casa tan intranquila el «temor de las armas nucleares y misiles del Norte», diciendo que «bloqueará la fuente de la amenaza de las armas nucleares y misiles del Norte al perfeccionar hasta primera mitad del año el sistema de disuasivo ampliado Sur de Corea-EE.UU.» y que «acelerará más el establecimiento del sistema de defensa de tres ejes de tipo del Sur de Corea frente a la intimidación de las armas nucleares y misiles del Norte».

La actual situación de seguridad de la Península Coreana es tan grave que estallaría una guerra y la inquietud sobre la seguridad deviene un asunto normal en la República de Corea, lo que se debe enteramente al presidente Yoon.

Después de tomar el poder, este tipejo con la facultad de pensamiento y la integridad personal sospechosas puso en peligro el destino de la República de Corea, insistiendo invariablemente en la «paz por la fuerza» y obsesionando con el incremento del disuasivo ampliado y los ejercicios militares conjuntos.

Maniobras aéreas EEUU-Surcorea con dos bombarderos estratégicos B-1 del Pentágono

Todos le censuran, pero yo quiero «encomiarle» con toda sinceridad.

Convirtió la República de Corea en el «blanco» al introducir las propiedades estratégicas nucleares norteamericanas, nos encolerizó al máximo, «enemigo principal» de la República de Corea, al ampliar y desarrollar los entrenamientos militares conjuntos de diversos tamaños hablando todo el año de las amenazas retóricas como el «fin del poder» y quitó completamente el seguro de «gatillo» de armas que apuntan a Seúl.

Nadie puede poseer tal «capacidad».

Naturalmente, en el Sur de Corea se tornará más furiosa la denuncia a Yoon. Por el contrario, nosotros le elogiamos como «vasallo meritorio de categoría especial» por sus «contribuciones» hechas en fortalecer la capacidad militar autodefensiva, justa e irresistible.

Es más fácil tratar con un hombre terco y necio quien expone hostilidad, que con un astuto quien procede con dos caras.

Para dar miedo a alguien, él introdujo el portaaviones nuclear, el submarino nuclear y el bombardero estratégico nuclear de EE.UU., por la razón cual pudimos multiplicar eficazmente las fuerzas militares bajo el pretexto justo.

Puesto que él armaba alborotos tras definir el Poder y el ejército del Norte como «enemigo principal a eliminar», pudimos saber claramente quién es el enemigo verdadero y depurar la concepción sobre el enemigo. Y debido a que hablaba tanto de la «unificación bajo el sistema democrático y liberal», pudimos hacer a nuestro pueblo rechazar las ilusiones como «reconciliación y unidad nacionales» y «reunificación pacífica» y como quebraba primero los artículos del Acuerdo del Dominio Militar Norte-Sur del 19 de Septiembre», se iniciaron las actividades militares de nuestro ejército que estaban restringidas durante unos años por este papel mojado.

Kim Jong Un, Donald Trump y Moon Jae In en junio de 2019

Son muy grandes sus «meritos».

Ahora, me recuerdo del inquilino antecesor de la Chongwadae (residencia presidencial del sur).

Moon Jae In. Él era muy sagaz y astuto.

Nos acercaba como si fuera cándido para atar nuestras manos con el paquete de la paz, por delante y por detrás, logró todo lo que pudo y puso obstáculos en el cultivo de nuestra capacidad militar perspectiva necesaria para hacer frente a EE.UU. y otros sirvientes de guerra.

Cara a cara, él hablaba en tono cándido de la «homogeneidad», la «paz», la «prosperidad común» y pronunciaba otras palabras melosas. Así era muy hábil.

De veras, Moon era una contraparte intratable para nosotros y que conoce cómo defenderá la seguridad.

Nos pidió el cese del desarrollo de armas nucleares y el lanzamiento de misiles, por una parte y por la otra, importó decenas de «F-35A» de producción norteamericana y puso en la armada varios submarinos y al adular a su amo, cumplió el levantamiento completo de la medida de limitación de alcance de misil y otros.

En una palabra, él tenía una cara dura.

Kim Jong Un supervisa la prueba del nuevo misil balístico intercontinental Hwasong-17, marzo de 2022

Obsesionado por la «voluntad de la paz» disfrazada de Moon, hemos gastado mucho tiempo en vez de centuplicar el poderío militar, lo que era una gran pérdida para nosotros.

Pienso que sería una cosa muy difícil si tomara el poder un segundo Moon.

Afortunadamente, Yoon, tan «valiente» como ignorante, ocupó el asiento presidencial, oportunidad que nos permite recompensar lo perdido en diez o veinte o más veces.

No hubiese sido fácil cultivar en tan corto plazo la capacidad militar poderosa que nos complace y da confidencia, si Yoon no hubiera tomado la actitud de confrontación militar contra nosotros ni lanzase los disparates como «derrumbe» y «represalia» a nuestro Estado.

Por sí o por no, el mensaje del Año Nuevo de Yoon volvió a atribuirnos la necesidad de dar más acicate a la perfección de la capacidad nuclear más aplastante y su justicia.

De veras, hemos recibido un «regalo valioso».

Por esta razón, no pudimos menos que elogiar como «vasallo meritorio» a Yoon quien hace «contribución» incansable al fortalecimiento de nuestras fuerzas militares sin pedir nada.

En cuanto a la oleada conflictiva, que se levanta por Yoon desde el inicio del Año Nuevo, me parece que él decidió colgar de un hilo el destino miserable de la República de Corea extremadamente peligrosa.

No sé cómo opina la República de Corea de la aparición del «presidente valiente» quien no se preocupa por los resultados de su acción y sus palabras, pero, para nosotros es una oportunidad favorable.

Recibo con los brazos abiertos la voluntad del presidente Yoon de seguir haciendo este año también el «aporte especial» al ascenso trascendental de la supremacía militar de nuestro Estado.

ACNC

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