Estados Unidos, caudillo del terrorismo y destrucción

En julio pasado fue arrestado Jon Yong Chol, terrorista que intentó destruir con bomba las estatuas de bronce de los grandes hombres del monte Paektu, símbolo de la máxima dignidad del pueblo coreano. En la conferencia de prensa el criminal confesó que Estados Unidos proporciona dinero y medios de destrucción al grupo de destrucción de estatuas, perteneciente al “frente popular de liberación de Corea del Norte” en el cual estaba involucrado él y revisa y autoriza hasta el plan del terrorismo de esta banda.

Declaración ante la prensa del terrorista Jon Yong Chol en julio para explicar los pormenores de la operación conjunta EE.UU-títeres surcoreanos en la que él mismo tomó parte hasta ser detenido.

En el tiempo pasado Estados Unidos practicó incesantemente el terror en Corea. Al ocupar en septiembre de 1945 la mitad meridional de nuestro país, atentó contra la vida de muchas personas democráticas proreunificación para exterminar el movimiento para la democracia y la reunificación en Corea del Sur.

Bajo su instigación el vendepatria pronorteamericano Syngman Rhee asesinó cautelosamente en julio de 1947, en pleno día en la encrucijada de Seúl, a Ryo Un Hyong, líder del partido popular, que luchó contra la administración militar norteamericana y por la construcción del Estado Unificado independiente y democrático y en junio de 1949 asesinó a la personalidad demócrata Kim Ku, que se esforzaba para la creación del frente antinorteamericano de salvación nacional, la solidaridad con el Norte y la reunificación del país.

Los imperialistas norteamericanos mataron al líder del partido progresista Jo Pong Am y los candidatos “presidenciales” demócratas Sin Ik Hui y Jo Pyong Ok, con el intento de eliminar los obstáculos políticos para el establecimiento del régimen dictatorial pronorteamericano en Corea del Sur.

Estados Unidos usó el terrorismo como importante medio en la colonización de Corea del Sur y practicó el terror político contra la Suprema Dirección de Corea, con la ambición de dominar toda la Península Coreana. Perpetró el atentado con bomba contra la nuestra Suprema Dirección el primero de marzo de 1946 en el acto conmemorativo del aniversario 27 del Levantamiento Popular del Primero de Marzo de la provincia Phyong-an del Sur que tuvo lugar en la plaza de estación ferroviaria de Pyongyang. En 1950 provocó la guerra coreana, inquirió la posición de la Comandancia Suprema a través de espías infiltrados en el seno de nuestra República, envió allí a terroristas y acometió el bombardeo intensivo sobre el lugar.

Durante cerca de 70 años de ocupación de Corea del Sur los imperialistas norteamericanos perpetraron crueles actos terroristas con el intento de realizar su estrategia de dominar toda Corea. El imperio norteamericano intenta ocupar hasta la parte norte de Corea utilizando Sudcorea como trampolín, restringir a los países vecinos y ocupar la posición hegemonista en la región del noreste asiático.

En el comunicado conjunto de Corea y EE.UU. publicado en octubre de 2000 y la declaración conjunta del 19 de septiembre publicada al cabo de las conversaciones hexapartitas de 2005, Estados Unidos afirmó que no tenía el intento de hostilizar a Corea, ni atacar y agredir a la misma.

No obstante nos amenaza continuamente al efectuar las maniobras militares conjuntas “Key Resolve”, “Foal Eagle”, “Ulji Freedom Guardian” en el Sur de Corea para la anticipada nuclear contra el Norte, inventa sucesivamente leyes de sanción contra la República y trata de asfixiarla con la formación de la red de castigo internacional por medio de la ONU.

Desde hace mucho Estados Unidos establece la partida especial de su presupuesto estatal, destinada a suministrar gran suma de fondos a las organizaciones de conspiración contra la República y amplia en forma escalonada la guerra psicológica y la operación de disturbio interno. El “enviado especial para los derechos humanos en Corea del Norte” del Departamento de Estado norteamericano, que visitó Corea del Sur en junio pasado dijo oficialmente que su gobierno daría este año diez millones de dólares a las entidades conspiratorias que actúan para engendrar la “confusión interna de Corea del Norte”.

El extraordinario terrorismo político recién descubierto contra el Estado soberano demuestra que EE.UU. es el caudillo del terrorismo que perpetra sin vacilación hasta los actos virulentos para perjudicar la máxima dignidad de la República y derrumbar el pilar espiritual del pueblo coreano, en el intento de realizar su ambición dominacionista.

Naenara

Estados Unidos, caudillo del terrorismo y destrucción

En julio pasado fue arrestado Jon Yong Chol, terrorista que intentó destruir con bomba las estatuas de bronce de los grandes hombres del monte Paektu, símbolo de la máxima dignidad del pueblo coreano. En la conferencia de prensa el criminal confesó que Estados Unidos proporciona dinero y medios de destrucción al grupo de destrucción de estatuas, perteneciente al “frente popular de liberación de Corea del Norte” en el cual estaba involucrado él y revisa y autoriza hasta el plan del terrorismo de esta banda.

Declaración ante la prensa del terrorista Jon Yong Chol en julio para explicar los pormenores de la operación conjunta EE.UU-títeres surcoreanos en la que él mismo tomó parte hasta ser detenido.

En el tiempo pasado Estados Unidos practicó incesantemente el terror en Corea. Al ocupar en septiembre de 1945 la mitad meridional de nuestro país, atentó contra la vida de muchas personas democráticas proreunificación para exterminar el movimiento para la democracia y la reunificación en Corea del Sur.

Bajo su instigación el vendepatria pronorteamericano Syngman Rhee asesinó cautelosamente en julio de 1947, en pleno día en la encrucijada de Seúl, a Ryo Un Hyong, líder del partido popular, que luchó contra la administración militar norteamericana y por la construcción del Estado Unificado independiente y democrático y en junio de 1949 asesinó a la personalidad demócrata Kim Ku, que se esforzaba para la creación del frente antinorteamericano de salvación nacional, la solidaridad con el Norte y la reunificación del país.

Los imperialistas norteamericanos mataron al líder del partido progresista Jo Pong Am y los candidatos “presidenciales” demócratas Sin Ik Hui y Jo Pyong Ok, con el intento de eliminar los obstáculos políticos para el establecimiento del régimen dictatorial pronorteamericano en Corea del Sur.

Estados Unidos usó el terrorismo como importante medio en la colonización de Corea del Sur y practicó el terror político contra la Suprema Dirección de Corea, con la ambición de dominar toda la Península Coreana. Perpetró el atentado con bomba contra la nuestra Suprema Dirección el primero de marzo de 1946 en el acto conmemorativo del aniversario 27 del Levantamiento Popular del Primero de Marzo de la provincia Phyong-an del Sur que tuvo lugar en la plaza de estación ferroviaria de Pyongyang. En 1950 provocó la guerra coreana, inquirió la posición de la Comandancia Suprema a través de espías infiltrados en el seno de nuestra República, envió allí a terroristas y acometió el bombardeo intensivo sobre el lugar.

Durante cerca de 70 años de ocupación de Corea del Sur los imperialistas norteamericanos perpetraron crueles actos terroristas con el intento de realizar su estrategia de dominar toda Corea. El imperio norteamericano intenta ocupar hasta la parte norte de Corea utilizando Sudcorea como trampolín, restringir a los países vecinos y ocupar la posición hegemonista en la región del noreste asiático.

En el comunicado conjunto de Corea y EE.UU. publicado en octubre de 2000 y la declaración conjunta del 19 de septiembre publicada al cabo de las conversaciones hexapartitas de 2005, Estados Unidos afirmó que no tenía el intento de hostilizar a Corea, ni atacar y agredir a la misma.

No obstante nos amenaza continuamente al efectuar las maniobras militares conjuntas “Key Resolve”, “Foal Eagle”, “Ulji Freedom Guardian” en el Sur de Corea para la anticipada nuclear contra el Norte, inventa sucesivamente leyes de sanción contra la República y trata de asfixiarla con la formación de la red de castigo internacional por medio de la ONU.

Desde hace mucho Estados Unidos establece la partida especial de su presupuesto estatal, destinada a suministrar gran suma de fondos a las organizaciones de conspiración contra la República y amplia en forma escalonada la guerra psicológica y la operación de disturbio interno. El “enviado especial para los derechos humanos en Corea del Norte” del Departamento de Estado norteamericano, que visitó Corea del Sur en junio pasado dijo oficialmente que su gobierno daría este año diez millones de dólares a las entidades conspiratorias que actúan para engendrar la “confusión interna de Corea del Norte”.

El extraordinario terrorismo político recién descubierto contra el Estado soberano demuestra que EE.UU. es el caudillo del terrorismo que perpetra sin vacilación hasta los actos virulentos para perjudicar la máxima dignidad de la República y derrumbar el pilar espiritual del pueblo coreano, en el intento de realizar su ambición dominacionista.

Naenara