ACNC rechaza intento de EE.UU. de distraer la atención mundial al aumento armamentista
En estos tiempos, Estados Unidos recurre a la campaña mediática para distraer la atención mundial enfocada a su aumento armamentista y al establecimiento de su sistema de defensa antimisiles en la región de Asia-Pacífico.
Al pronunciar el 20 de febrero un discurso en la Federación de Científicos de Estados Unidos, el asistente del secretario de Estado para el desarme, Frank Rose, dijo que el sistema de defensa antimisil de EE.UU. no es para mantener a rayas a China y Rusia sino para defender el territorio estadounidense desde el ataque de misil balístico intercontinental del Norte de Corea y de Irán.
Agregó que ahora su país no tiene la capacidad ni la intención de bloquear enorme cantidad de misiles modernos de China y Rusia.
En cuanto al emplazamiento de THAAD en el Sur de Corea, los altos funcionarios norteamericanos dicen que «el THAAD es para interceptar el misil balístico de corto y medio alcance del Norte de Corea sin afectar la estabilidad estratégica de China y Rusia.
Por otra parte, el director de la Agencia de Inteligencia de Defensa, el jefe del Departamento de Operaciones de la Junta de Jefes de Estado Mayor y el director interino de Inteligencia señalaron en la reciente carta de respuesta conjunta que «el desarrollo sostenido de armas nucleares y de misiles del Norte de Corea representa una grave amenaza para EE.UU. y sus aliados».
Esto muestra la bajeza y el cinismo de la administración Obama que pretende sacrificar a los países pequeños sin decir lo que debe decir a los países grandes.
El imperio norteamericano, que trasladó el enfoque estratégico del nuevo siglo a la región de Asia-Pacífico y pone en práctica la nueva estrategia hegemónica, trata de desviar la atención de la sociedad internacional con tal artimaña pueril.
La posición estratégica de la región de Asia-Pacífico que se torna cada día más importante instiga la ambición hegemónica de la administración Obama.
A fin de mantener a rayas a las potencias regionales, el imperio aumenta sus fuerzas armadas en el Nordeste Asiático y en la región de Asia-Pacífico.
Pretextando la «amenaza nuclear y de misil» de la República Popular Democrática de Corea, tomó la decisión de ubicar THAAD en la base militar en el Sur de Corea.
La meta final de EE.UU. es establecer los sistemas antimisiles de diferentes niveles en las zonas colindantes con Rusia y China para asestar en todas las direcciones el ataque de misil en el tiempo de emergencia.
El pasado día 25, en la audiencia del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes para el análisis del proyecto del presupuesto del Departamento de Estado para el año fiscal 2016, el secretario de esta cartera John Kerry dijo que asignó un mil 400 millones de US$ según la política de la administración actual de dar importancia a Asia.
Como un eslabón para el cumplimiento de la política sobre Asia-Pacífico, EE.UU. construye en esta región las bases militares de mayor dimensión después de la segunda guerra mundial.
A citar un ejemplo, está en marcha la obra de ampliación de la base militar norteamericana de Phyongthaek en el Sur de Corea y se realizarán también en Iwaguni y Okinawa de Japón las obras de ampliación de bases militares para desplegar mayor número de infantes de marina.
EE.UU. expone públicamente que mantendrá de continuo la disposición combativa en esta región sin hacer caso del presupuesto. Para ese fin, mantendrá siempre en la región 60 por ciento de las fuerzas navales, ubicará en el Océano Pacífico más de 300 buques de guerra que corresponden al 60 por ciento de los buques de las fuerzas navales y emplazará en la isla Guam 4 submarinos más.
Está mejorando el funcionamiento de cazabombarderos y misiles nucleares existentes y la capacidad de inteligencia, vigilancia y reconocimiento y acelerando el desarrollo y emplazamiento del cañón de radar de gran potencia, vehículos tácticos no tripulados y armas de ataque de gran velocidad.
Es muy ridículo que todos esos movimientos se debieran a la «amenaza» de la RPDC.
Las potencias periféricas y otros países de la región de Asia-Pacífico responden con intransigencia a los movimientos militares norteamericanos en esta región considerándolos como señal de peligro para la seguridad estratégica.
KCNA