Corea socialista critica la reunión de ministros de Defensa del G7
En esta cita bajo el control de EE.UU. participaron los ministros de Defensa del G7 y hasta los representantes de la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Se escuchó ahí un disparate como «se torna cada vez más vulnerable el marco de seguridad internacional» debido a la República Popular Democrática de Corea, Rusia, China y otros Estados soberanos e independientes.
También quedó inventada y publicada una «declaración conjunta» que fomenta el enfrentamiento entre los campos.
No se puede pasar por alto el hecho de que G7, colectivo a favor de los intereses de un puñado de los Estados que se fundó en la década de 1970 para el «progreso económico» del mundo occidental, haya convocado la primera reunión de ministros de Defensa que no concuerda con su «misión y naturaleza».
Este «grupo de avaros«, que no puede representar la sociedad internacional ni tiene en lo estructural la autoridad de «supervisar y controlar» a los Estados soberanos, discutió atrevidamente esta vez el asunto de seguridad global.
Este hecho muestra la transición del G7 de «un club económico» al «de guerra».
Hablando de la «confrontación incompatible», justificó la ampliación de su industria de defensa y cuestionó como una «amenaza» el ejercicio de derechos legítimos por parte de los Estados soberanos.
Esto es una práctica abierta de la pauta de doble rasero, el desafío frontal a la paz mundial y la declaración de guerra que busca la nueva guerra fría en el ámbito mundial.
Hoy en día, G7 desempeña fielmente el papel de sirviente político y criado no.1 que trabaja con total entrega para mantener la posición hegemónica de EE.UU.
Se tornan cada día más abiertas en la región de la Península Coreana las maniobras graves del G7 que fomenta y amplía la guerra de agresión bajo el vistoso cartel de «seguridad y prosperidad globales».
Su intervención en el asunto de la Península Coreana significa de hecho la expansión militar de la OTAN, alianza de guerra en escala mundial.
Desde 2022, la OTAN invita sin falta a la República de Corea fantoche a su cumbre y, hace poco, su secretario general se reunió con el títere Yoon Suk Yeol para discutir la consolidación del «sistema de cooperación» anti-RPDC.
Por otra parte, participan directamente en los ejercicios de guerra de agresión contra la RPDC los países de Europa occidental que son miembros del G7 y la OTAN que integran desde el principio la «Comandancia de las Fuerzas de la ONU» bajo el mando de EE.UU.
Diciendo que «son inseparables el mantenimiento de seguridad en Asia y el en Europa», los países occidentales intentan trasladar a Asia el campo de guerra en Europa.
Esta realidad grave enseña que el G7 se convierte rápido en el «de ejecutores a destajo de guerra» en la arena mundial.
Hoy en día, EE.UU. intenta establecer un polo de guerra al servicio de su estrategia hegemónica al agrupar a todos sus lacayos como el G7, cuya mayoría son países criminales de guerra que hicieron tremendos daños a la humanidad en el siglo pasado, y la OTAN, grupo de enfrentamiento militar de peor calaña en la historia.
Sería mejor que G7 viese primero su fachada repugnante reflejada a la vista de la sociedad internacional antes de criticar a otros.
Si se le exige, este grupo comete sin ninguna vergüenza el bandidaje a plena luz del día y censura injustamente las medidas para el aumento del potencial de autodefensa de otros.
Mientras el G7, «sombra» de EE.UU., critique más la política estatal de fuerzas armadas nucleares de la RPDC, se conocerá con más claridad su naturaleza criminal como destructor de la paz, maníaco de enfrentamiento y comerciante de guerra.
A decir en claro una vez más, los tipejos, que intenten quitar los derechos inalienables de la RPDC, tendrán que pagar sin falta un precio espantoso.
ACNC