Sociedad de Medidas de DDHH en Sur de Corea revela crímenes antiéticos de banda surcoreana

La Sociedad de Medidas de DDHH en el Sur de Corea hizo pública el día 18 una carta blanca para poner a plena luz los crímenes antiéticos de la banda títere del Sur de Corea que echó la vida de la población a la miseria y viola hasta los elementales derechos a vivir de los habitantes.

La carta revela la miserable situación de vida de los habitantes surcoreanos como sigue:

El número de los desempleados llega a 2 millones 875 mil en el año pasado y el de semi-desempleados, a 6 millones 77 mil.

Según los datos publicados por el Instituto de Sociedad Laboral del Sur de Corea, en agosto del año pasado, 2 millones 270 mil, o sea, 12.1% de entre 18 millones 770 mil obreros asalariados, no recibieron ni siquiera el salario mínimo. Esta cifra significa que se aumentó 570 mil más que en el mismo periodo de 2010.

Al considerarse 100 el salario de los obreros empleados, el salario de las obreras empleadas llega a 67% y el de los obreros subempleados, a 54% y el de las obreras subempleadas, a 36%, respectivamente.

Debido al servilismo a grandes potencias y maniobras de exterminio de agricultura de carácter antipopular de la banda conservadora títere, se ve amenazado rigurosamente el derecho a vivir de los campesinos surcoreanos.

El área de tierra cultivable se disminuyó de 2 millones 300 mil hectáreas en el principio de la década de 1970 a un millón 710 mil hectáreas en 2013 y el número de la población del campo se redujo considerablemente de 14 millones a 2 millones 840 mil en el mismo periodo.

Al inundarse los productos agrícolas sobrantes de fabricación extranjera, la cantidad de producción cereal se redujo en 60% y el rendimiento de autoabastecimiento cereal, en 33%, razón por la cual uno de dos habitantes surcoreanos está a punto de morir de hambre en el caso de no importar los cereales extranjeros.

Ahora, el ingreso promedio de los familiares campesinos ocupa apenas 60 % de los ciudadanos y el 40 % de ellos viven a duras penas por el mínimo dinero para la subsistencia.

Debido a la política de especulación de bienes inmuebles, subió bruscamente el precio de vivienda, de manera que se agranda la capa supermiserable.

Sólo en Seúl, 670 mil personas viven en el subsuelo.

Por la política de pillaje de impuestos de la banda surcoreana, la vida de los habitantes surcoreanos se ve amenazada gravemente.

Según el dato recién publicado del “Banco Hanguk”, la deuda promedio de un habitante surcoreano supera 20 mil dólares.

Por la maligna política antipopular de la banda títere, la ruina económica y la penuria de la población, ocurren uno tras otro los accidentes de gran tamaño inclusive el caso de hundimiento del ferry “Sewol”.

Es un mal de la sociedad surcoreana el fenómeno de que los ricos se hacen cada vez más ricos y los pobres, más pobres.

El 10% de los ricos se apoderan del 48.05% de las ganancias mientras el 40% de las personas de bajos ingresos se quedan con menos de 2%.

El abismo entre los ricos y los pobres lo muestra el fenómeno de “las maldades cometidas por la gente adinerada”.

En la encuesta realizada en enero de este año, el 95% de los contestadores dijeron que ese fenómeno es más grave en la sociedad surcoreana que en otros países y el 58% señalaron a los políticos, altos funcionarios y plutócratas como piezas claves del fenómeno.

Debido a las crecientes deudas familiares, impuestos, alquiler de vivienda, gastos de educación, etc., la clase media se convierte en la pobre y los habitantes humildes viven con desesperación y pesimismo.

Las autoridades conservadoras surcoreanas reprimen brutalmente la lucha de los obreros, campesinos y otros estratos surcoreanos contra las políticas antipopulares y por defender el derecho a la vida.

En julio de 2013, reprimieron con extintores, escudos y palos de hierro a los manifestantes que demandaban la conversión de los obreros subempleados en los normales de la Fábrica de Automóviles Hyundai de Ulsan.

Cuestionando como “ilegal” la huelga general de los obreros de ferrocarril que exigían la cancelación de la medida de privación del ferrocarril y el cese de represión al sindicato, acusaron a más de 190 miembros del sindicato ferroviario y emitieron la orden de arresto. Y despidieron a más de 8 mil 500 obreros y movilizaron en contra de éstos el Ministerio de Justicia, la Agencia de Policía y otros aparatos de represión fascista.

En junio de 2014, libraron la operación de represión lanzando indiscriminadamente los cañones de agua a los campesinos levantados contra la apertura total del mercado de arroz.

La violencia de los fascistas contra la población surcoreana, que demanda el derecho a la vida y los derechos democráticos, se ha manifestado con más evidencia en la represión contra el mitin por la paz del 15 de agosto de 2013 y la lucha de los moradores pacifistas en mayo de 2014 que demandaban el esclarecimiento de la tragedia del ferry “Sewol” y el castigo a los culpables.

Los conservadores surcoreanos están desesperados por reprimir y exterminar a los partidos y entidades progresistas legítimas que aspiran a la justicia, la verdad, la democracia y la reunificación.

En diciembre del año pasado, cometieron sin escrúpulos el terror político de desintegrar forzosamente el Partido Progresista Unido, que durante más de un decenio representaba a las masas populares oprimidas como los obreros y campesinos, tildándolo de “partido seguidor al Norte de Corea”.

Mientras existan los traidores surcoreanos que convierten el suelo surcoreano en el infierno de derechos humanos practicando las políticas antipopulares, no se mejorará jamás la situación miserable de la población surcoreana.

KCNA

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