La RPDC es fiel defensora de la paz mundial
En relación con que EE.UU. y otras fuerzas hostiles, espantados ante el cada día más fuerte poderío de la República Popular Democrática de Corea, califican a ésta de «factor de inestabilidad de la región» y llevan a la peor fase la situación de la Península Coreana introduciendo todas las propiedades estratégicas, la Agencia Central de Noticias de Corea publicó el día 28 un artículo intitulado «RPDC es fidedigna defensora de la paz mundial».
El artículo insiste en que nunca pueden ser determinadas según los intereses de las potencias la veracidad y la justeza de la posesión de armas nucleares de la RPDC que en el siglo actual defiende la seguridad de la región y la paz del mundo situándose en la zona importante en lo geopolítico del Nordeste Asiático.
El establecimiento del fuerte baluarte de justicia capaz de hacer frente a la hegemonía y la dominación unipolar del imperio supergrande en esta región sirve de poderosa fuerza para defender la paz mundial, destaca el artículo y continúa:
Cuando se puso fin a la Segunda Guerra Mundial, EE.UU., siendo único país con el derecho de decisión, ejercía el poder para predominar sobre sus contrapartes en cualquier tema. Pero, hoy en día, fueron cambiadas la estructura política y las relaciones de fuerzas en el mundo.
Según el informe publicado el 19 de enero de 2016 por el Centro Norteamericano para los Estudios Estratégicos e Internacionales, el equilibrio de la fuerza en Asia se cambia constantemente con rumbo negativo a los intereses de EE.UU.
Esto refleja la posición política del imperio americano, insatisfecho con el actual horario del cumplimiento de su estrategia hegemónica sobre Asia.
Recientemente, el comandante en jefe de las fuerzas norteamericanas en el Pacífico insistió en la necesidad de contar con la capacidad miliar incomparable con otros países en sus zonas jurisdiccionales que ocupan el 52% de la superficie total de la Tierra.
Hace poco, EE.UU. trasladó los cazas tipo Stealth F-35B y F-22 Raptor de su propio territorio a los departamentos de Yamaguchi y Okinawa de Japón y perpetró con los F-35B los ejercicios de bombardeo preciso contra los puntos importantes de la RPDC.
A través de los ejercicios conjuntos militares Key Resolve y Foal Eagle de mayor envergadura, está definiendo la posibilidad de sus guiones de agresión anti-RPDC tales como la operación de ataque preventivo contra los medios de ataque nuclear y la «operación de descabezamiento» cuyo objetivo es «derrocar el régimen norcoreano».
Tales hechos devienen la escalada de la campaña de guerra nuclear de EE.UU. y evidencian su intento estratégico de tomar la hegemonía mundial al exterminar a la RPDC y prevalecer con la fuerza sobre las potencias regionales.
La responsabilidad de la agravación de tensión en la región de Noreste de Asia recae sobre las potencias que mucho más fuera de su propósito de defensa de la soberanía, agrandaron la esfera de sus intereses a la región de Asia-Pacífico y no vacilan en crear el peligro de grave choque armado para tomar la hegemonía.
Durante su reciente gira por los países de Asia Oriental el secretario de Estado de la actual administración norteamericana, Tillerson, confesó que quedaron fracasadas todas las políticas sobre la RPDC practicadas por EE.UU. durante 20 años pasados.
No es casual que los medios de prensa del mundo adviertan que «si EE.UU. reconoció el error de su política sobre la RPDC, no debe repetirlo más».
La estabilidad de la Península Coreana está relacionada directamente con la seguridad del Nordeste Asiático y el resto de la región de Asia-Pacífico.
La elevación de la posición de la RPDC como potencia nuclear del Oriente comenzó a cambiar radicalmente la estructura estratégica de las correlaciones de países circunvecinos.
Las armas nucleares de la RPDC indispensables para la autodefensa garantizan la paz, la estabilidad y la prosperidad de no sólo un país y una nación, sino también de la región y el resto del mundo.
Y tienen diferencias con las armas nucleares de otras potencias que recurren a la agresión y la intervención.
Todas las medidas militares que toman la RPDC constituyen el ejercicio justo y autodefensivo de la soberanía frente a los bandidescos chantajes y amenazas nucleares y la campaña de aislamiento y aplastamiento de EE.UU. y sus seguidores.
Es imperdonable el hecho de que en el escenario político del mundo, van desapareciendo la justicia, la verdad, la igualdad y el respeto, reinan la injusticia, el despotismo y las arbitrariedades, se desprecian los principios más elementales de las relaciones internacionales, acordados y determinados por la humanidad, y se confabulan o se rechazan algunas potencias según los intereses de sus propios países.
Deben reflexionar las fuerzas que censuran el disuasivo nuclear autodefensivo de la RPDC y tratan de sacar algún provecho a cambio de sacrificio de la nación coreana obedeciendo a ciegas a EE.UU., que pretende ocupar la Península Coreana, importante zona estratégica, y dominar todo el mundo.
Hay que modificar el punto de vista sobre la posición geopolítica de la Península Coreana, conforme a la posición estratégica de la RPDC, que entró en las primeras filas de las potencias nucleares, y a la corriente de la época cambiada.
Los países que no toman la opción responsable en el trato del problema coreano dando prioridad a sus inminentes intereses verán claramente cómo la RPDC corregirá la justicia y los principios internacionales.
Es sagrada la fuerza de la Corea del Juche, defensora que con armas nucleares de la justicia, salvaguarda la dignidad del Estado, la seguridad de la región y la paz del mundo, y es eterna la veracidad de su posesión de armas nucleares.
KCNA