Las mentiras de la prensa son intolerables
Constituye la aspiración y demanda común de la humanidad que la prensa y los medios de información y comunicación modernos, los cuales juegan un rol importante en el campo ideológico y espiritual del ser humano, cumplan su papel en el estricto apego al principio de la imparcialidad y objetividad.
Sin embargo, algunos Estados selectos, bajo el rótulo de la llamada “libertad de expresión”, perpetran maquinaciones de injerencia en los asuntos internos y desintegración interna de los países soberanos haciendo mal uso de la prensa y redes de información y comunicación, y debido a ello provocan grandes preocupaciones de la sociedad internacional.
El pasado día 8 de mayo, la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, reveló el hecho de que la prensa de Occidente pone en ejecución a más de 70 millones de tuits en desenvolver la ofensiva de propaganda falsa contra su país y, antes de esto, el Ministro de Relaciones Exteriores del Poder Popular de Venezuela, Jorge Arreaza, condenó que la ayuda financiera de Occidente a las fuerzas turbias y los medios de difusión masiva antigubernamentales constituye un claro acto de injerencia en los asuntos internos.
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Hace algunos días, en una entrevista, la Administradora de Hong Kong de China, Carrie Lam, aclaró que, adoptando una nueva ley, asestará golpes a los actos de algunos medios de prensa que difunden informaciones falsas y rumores infundados.
En enero, la Unión de Periodistas y Escritores de Cuba también condenó enérgicamente a Occidente, que incitó a los medios privados de prensa de su país a difamar al gobierno revolucionario y perpetrar actos de una propaganda turbia.
Entonces, ¿dónde radica la causa por la que algunos Estados selectos se aferran tan activamente a estos actos?
Eso se debe a que la propaganda de maquinaciones de mentiras que emplea la prensa y los modernos medios de información y comunicación puede sacar grandes efectos en un corto plazo de tiempo sin acarrear el desgaste de armamentos ni pérdidas humanas.
Se puede decir que es justamente la estratagema de ellos que, con una bala se puede acabar solo con un soldado, pero con un solo documento falso se puede confundir no solo a un país, sino al mundo entero.
En el caso de que los documentos inventados y falsificados se divulgasen a través de la prensa, internet y redes sociales, se crearían discordias entre el Estado y los pueblos, así como se propagarían el desorden y disturbios sociopolíticos y algunos Estados selectos llegarían a internacionalizarlos y justificar sus intervenciones y agresiones.
Se puede decir que, en fin, la propaganda taimada de mentiras sobre los Estados soberanos no solo es una simple difamación para deteriorar la imagen del Estado correspondiente, sino un preludio de la intervención en los asuntos internos y violación de su soberanía.
La “libertad de palabra”, que tanto balbucean ellos como muletillas, también significa la libertad de difamar a otros y la libertad para desenvolver a sus anchas la propaganda contra el Estado de los países correspondientes.
Actualmente, algunos Estados selectos, fabricando datos falsificados hacen no solo de algunos países sino de todos los países del mundo ciegos con ojos abiertos y se tratan de erigir como el “guardián de la libertad” engañando hasta a la sociedad internacional.
Realmente, debido a sus actos que niegan la voz de la justicia y se entregan solo a las falsedades, algunos países toman las erróneas concepciones y se juntan con los intentos de aislamiento y aplastamiento contra otros países que luchan por la defensa de la soberanía, y ello demuestra la seriedad de la situación.
Tal y como la doctrina basada en la incorrecta definición no puede evitar el rechazo de todo el mundo, es algo imposible que la concepción del pensamiento que solo fue inculcada de falsedades pueda distinguir la justicia de la injusticia.
La prensa y medios de información del mundo constituyen la fortuna común de la humanidad, que solo debe divulgar la verdad, la justicia, la moral y la civilización y no debe ser en absoluto un medio que acarree la hostilidad, odio, confrontación y violencia.
Los Estados selectos no deben malemplear por más tiempo a la prensa y a las redes de información y comunicación como principales medios de propaganda taimada de mentira, ni como instrumento de la injerencia y chantaje, sino que deben representar la justicia y conciencia de la sociedad internacional y contribuir genuinamente a la civilización de la humanidad,
Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea