El capitalismo es una enfermedad incurable

Familia desahuciada en Phoenix, Arizona

Recientemente en EE.UU. ocurren sin cesar los despidos de muchas personas por causa de la crisis económica que se agrava día a día.

Toda la economía está hundiéndose en el remolino de la agravación irreparable por causa de la bancarrota bancaria de gran escala que comenzó desde los inicios de este año, etc., y hasta el presente, solo en el sector de tecnología informática, más de 242.000 empleados fueron despedidos y se tornaron en desempleados.

En medio de que se sopla la racha de despido masivo, la Corporación Microsoft, que redujo más de 710 empleos 5 meses atrás, anunció recientemente otro plan de reducción de empleos bajo el pretexto del ajuste estructural, y de acuerdo con esto, más de 660 personas serán despedidas.

Por otro lado, según una encuesta reciente realizada en Japón, el 63% de los encuestados lamentaron que sus niveles de vida decayeron en comparación con el periodo pasado y que no tienen futuro.

Encontrar la salida del empeoramiento de negocios producido por la persistente crisis económica en la reducción de empleos y perjudicar aún más los intereses de las masas populares trabajadoras con el perseguimiento avaricioso del lucro es el modo de subsistencia de los capitalistas, y el fenómeno de que los ricos se hacen más ricos y los pobres, más pobres cobra ritmos cada día más acelerados.

En el interior de los países capitalistas se elevan las voces de condena como “los problemas sociales difíciles, estos son el resultado acarreado por el gobierno que malgastó el tiempo y no tomó ningún remedio y son un desastre humano debido al gobierno corrupto e incapaz”, pero es evidente que sea cual sea el nuevo gobierno no puede corregir el defecto estructural del fenómeno de que los ricos se hace más ricos y los pobres, más pobres.

La contradicción de la sociedad capitalista donde las masas trabajadoras que ocupan la mayoría absoluta sufren cada momento las angustias y agonías por el desempleo y la situación de vida que se va empeorando y la clase privilegiada que ocupa la ínfima minoría disfruta de la opulencia y el lujo derrochando millones de dólares es una enfermedad que nunca se puede curar con ninguna receta.

MinRex

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