Kim Jong Un se reúne otra vez con los familiares de los mártires caídos en Rusia, tendrán nuevas viviendas pronto
Los participantes en la operación militar en el extranjero escribieron una gran epopeya heroica en la historia deseando la inmortalidad de la sagrada bandera nacional y el futuro de la patria próspera y dedicaron sin vacilación alguna su vida valiosa considerando como gloria su muerte dedicada por la materialización de la orden dada por la patria.
Estos protagonistas de los méritos militares legendarios vivirán para siempre en la memora de la patria, gracias a la noble obligación moral del Partido del Trabajo de Corea que exalta con medallas de oro a esos héroes legendarios.
El estimado camarada Kim Jong Un, Secretario General del Partido del Trabajo de Corea y Presidente de Asuntos Estatales de la República Popular Democrática de Corea, se reunió el 29 de agosto en la Casa Mokran con los familiares de los mártires que realizaron notables méritos en la operación militar en el extranjero y les consoló cordialmente.
Estuvieron presentes en la ocasión los cuadros del Comité Central del PTC, los mandos principales del Ministerio de Defensa Nacional y los directivos de las escuelas revolucionarias.
El Secretario General pronunció un discurso ante los familiares de los mártires caídos en la operación militar en ultramar:
Aprovechando este encuentro con los familiares de los mártires quienes dieron su preciosa vida a la defensa de la dignidad y el honor de la patria, quisiera decirles unas palabras.
Siento un indescriptible ardor y respeto viendo a ustedes sobrellevar con entereza el gran dolor de la pérdida.
Tiemblo constantemente y no puedo dedicarme a ninguna tarea pensando en ustedes quienes no sabían nada de sus amados hijos y esposos y que fueron sorprendidos por un impacto inesperado.
Una vez más confieso a todos ustedes la pena que siento por no haber podido lograr que nuestros oficiales y soldados caídos en tierra ajena se resuciten y regresen a la patria, ni proteger sus preciosas vidas.
Viendo a unos familiares suyos durante la ceremonia de condecoración estatal, también pensé mucho en otros que no pudieron participar en ella.
Por eso organicé aparte este encuentro con todos los familiares de los héroes para consolarlos y aliviar su tristeza y el dolor de la pérdida aunque sea en poca medida.
Mis más sentidas condolencias a todos ustedes que con el dolor de haber perdido a sus parientes cercanos han acudido a este acto, teniendo todo el derecho a compartirlo con sus más queridos en medio de la bendición de todo el país.
Cuando observaba el rostro y el nombre de cada uno de nuestros héroes en la pared de recordación, todos bien parecidos y vigorosos, me imaginé a los padres de estos hijos tan excelentes y también a sus esposas y pequeños a quienes amaron con tanto fervor.
No puede haber hijos excelentes sin padres excelentes. Si ellos no hubieran amado de veras a sus padres y la tierra que los vio nacer, jamás habrían actuado con tanto coraje en los últimos de su vida.
En la trayectoria de hazañas de los héroes que desafiaron la muerte en sus ataques en acato a la orden de la patria encontramos a los que los formaron con rectitud e infundieron en sus almas puras el amor a la patria y la tierra natal y percibimos de forma palpable las manos atentas que les dieron apoyo, fuerza y ánimo en sus abnegados servicios.
Nuestro ejército es indoblegable, todo lo hace posible y triunfa infaliblemente, porque lo constituyen los hijos del pueblo más fuerte, patriótico y justo del mundo, de un pueblo grande y heroico que ha compartido el mismo destino que su país con su indoblegable vida y lucha de generación en generación.
Se fueron de nuestro lado con su juventud y grandes propósitos, pero el ímpetu indomable y el espíritu revolucionario de ellos quienes con su sangre escribieron una nueva crónica de victorias de nuestro Estado y promovieron con vigor el heroísmo de todo el pueblo perviven en nuestra memoria.
El Partido y el Gobierno honrarán a los héroes respetados y enaltecidos por el país entero y también a las personas magníficas que les dieron una formación auténtica y harán cuanto esté a su alcance para que disfruten antes que nadie de una vida hermosa en la patria defendida por los mártires a costa de la vida.
Quienes más me afligen son los niños.
De nuestro lado se fueron nuestros oficiales, dejando atrás a sus pequeños adorables y a sus mujeres amadas.
De nuestro lado se fueron nuestros soldados añorando la mirada atenta de sus madres.
Cuando encaraban la muerte despidiéndose de cuanto amaban, todos ellos dejaron por escrito su deseo de que prosperen la patria y Pyongyang y gritaron vivas a la República Popular Democrática de Corea.
Aunque no me dejaron ninguna carta, por muy corta que sea, pienso que me encargaron a estos amados hijos suyos.
Seguro que me los encargaron.
Esa solicitud no se hace por escrito ni oralmente.
Se la escucha con el alma y con la fe y yo la escuché.
Tal como deseaban, yo me encargaré de sus familiares e hijos.
Aquí están presentes los directores de las Escuelas Revolucionarias.
También están presentes los altos cuadros de nuestro Estado.
Enviaremos a los hijos de los héroes a las Escuelas Revolucionarias. Yo, el Estado y nuestro ejército nos encargaremos totalmente de su formación y, cuando sean combatientes firmes y valerosos como lo fueron sus padres, los incorporaremos en las filas principales de nuestra revolución.
Próximamente, en el municipio Taesong de la ciudad de Pyongyang se levantará un nuevo reparto de viviendas para los familiares de los soldados que, como canta una canción, hicieron resplandecer su vida como la estrella y fallecieron desgraciadamente en sus abriles y vamos a nombrarlo Saepyol (lucero matutino-N. del Tr.) loando sus grandes hazañas.
En el área más idónea de la arboleda, ubicada frente al reparto, enterraremos los restos de los mártires y erigiremos un monumento a sus imperecederas hazañas de combate para evocar a los grandiosos soldados que demostraron la firmeza del pueblo coreano y defendieron el prestigio y el honor del Ejército Popular de Corea, de modo que a toda hora el pueblo pueda visitarlos, recordarlos y compartir con ellos todas las glorias y alegrías.
El Partido y el Estado ayudarán sinceramente a sus familiares a comenzar una vida dichosa en Pyongyang como objeto de respeto y admiración del país entero.
En nombre de todos los oficiales y soldados de nuestro ejército y del pueblo entero, una vez más inclino la cabeza a quienes soportan con dignidad la tristeza de haber perdido a sus amados, consideran laudables, enorgullecedoras y dignas de respaldo la noble vida y la última decisión de sus hijos y esposos.
Mis votos de la pronta recuperación del dolor de hoy para todos los familiares de los caídos.»
Los familiares no pudieron contener las lágrimas escuchando las palabras sinceras del Secretario General quien glorifica los méritos indelebles y la noble vida de los mártires y les dispensa el amor y confianza nunca vistos en la historia de la humanidad.
El Secretario General entregó a cada uno de los familiares los retratos de los mártires cubiertos de la bandera nacional, la sagrada y gloriosa cuyo prestigio y honor fueron defendidos por los héroes a costa de su vida, y se fotografió con ellos.
Luego, llamó a los directivos de las escuelas revolucionarias y dijo que formaran bien a los hijos de los mártires como pilares de la revolución y auténticos hijos de la patria.
Afirmó que se hará realidad sin falta el deseo que tenían los mártires hasta el último momento de la vida, y agregó que el Partido y el pueblo levantarán incondicionalmente el paraíso socialista ideal más poderoso y próspero sobre los méritos de los héroes.
Segunda ceremonia de otorgamiento de condecoraciones estatales a los familiares de los mártires
Todo el pueblo del país hace reverencia profunda a los militares de las unidades de operación en el extranjero del Ejército Popular de Corea (EPC) que ostentaron a todo el mundo el poderío del ejército potente revolucionario de flor y nata dando prueba del espíritu combativo y valentía incomparables y el espíritu de sacrificio indoblegable en honor de nuestra patria gloriosa, República Popular Democrática de Corea.
Tuvo lugar el 29 de agosto la segunda ceremonia de otorgamiento de condecoraciones estatales a los militares de las unidades de operación en extranjero del EPC.
Estuvieron presentes los familiares de los mártires caídos tras realizar méritos excepcionales en la operación militar en el extranjero.
Se interpretó el himno nacional de la RPDC.
Pronunció las palabras de la ocasión Pak Jong Chon, vicepresidente de la Comisión Militar Central y secretario del Comité Central, del Partido del Trabajo de Corea.
Nos reunimos en la sede del CC del Partido para celebrar el acto de otorgamiento del título del Héroe de la República a los familiares de los mártires, en lugar de los comandantes y combatientes de las unidades de operación en extranjero que exaltaron a todo el mundo el prestigio absoluto de nuestro gran Estado y la gallardía del invencible EPC y escribieron nueva página de la victoria en la historia de lucha heroica de nuestro pueblo, inició el orador.
Para los militares deviene un solemne juramento el cumplir a toda costa la orden dada por el Partido y la patria y es el deber de los uniformados el quedar infinitamente fiel a ese juramento de convicción, apuntó.
Pero, el camarada Kim Jong Un estaba muy preocupado todos los días desde cuando partieron las unidades de operación en el extranjero al campo de combate, diciendo que todos los militares nuestros son los seres más preciosos incambiables con nada y su propio familiar que nunca puede perder, subrayó Pak.
Gracias a los incansables esfuerzos mentales y físicos del Secretario General por el regreso más honorable y solemne a la patria de los héroes caídos y por la más valiosa gloria para la vida y espíritu perennes de ellos, los mártires se reunieron con sus queridos consanguíneos y con el pueblo coreano mostrando sus aspectos más honrosos y orgullosos cubiertos de la gloriosa bandera nacional y pudieron inscribir sus nombres con sus retratos en la pared memorial, instalada sin precedentes en la historia en la sede del Comité Central del Partido, subrayó.
Las medallas de oro que recibirán los familiares en lugar de sus queridos hijos, esposos o padres son una muestra del unánime respeto y valiosa apreciación del Partido, el Estado y el pueblo a los mártires que glorificaron la dignidad de la patria con el sacrificio de su valiosa vida y juventud, y a sus familiares, apuntó.
Fue transmitido el decreto del Presidium de la Asamblea Popular Suprema de la RPDC sobre el otorgamiento del título del Héroe de la RPDC a los militares que realizaron méritos en la operación militar en el extranjero.
Fue concedido a sus familiares el título del Héroe de la RPDC junto con la Medalla Estrella de Oro y la Orden Bandera Nacional de primera clase.
Será eterna la vida de los mártires en el regazo del gran Partido madre que aprecia mucho y concede gran honor a los hijos que dedicaron su noble vida por la prosperidad del Estado y la felicidad de las generaciones venideras.
ACNC


