Significado de la victoria histórica en la lucha armada antijaponesa
La victoria en la guerra revolucionaria antijaponesa (el 15 de agosto de 1945), organizada y conducida por el Presidente Kim Il Sung, fue un gran acontecimiento del siglo 20 que trajo el renacimiento de la nación coreana y estimuló la lucha antiimperialista por la liberación nacional.
Al analizar generalmente la situación del movimiento independentista del país y la lucha de liberación nacional de colonias en varios países del mundo, el gran Líder desarrolló enérgicas actividades mentales y físicas por allanar nuevo camino de la revolución coreana.
En ese curso, presentó la idea independiente consistente en cumplir la revolución de cada país con las fuerzas de su propio pueblo. Y definió la lucha armada organizada como remedio principal por la liberación del país desde el coloniaje japonés.
Declaró la guerra antijaponesa bajo la consigna de «¡Con las armas contra las armas y con la violencia revolucionaria contra la contrarrevolucionaria!» y liberó el país al derrotar al imperialismo japonés.
Esa guerra salió victoriosa sin la retaguardia estatal ni la ayuda de las fuerzas armadas regulares y, por esta razón, es considerada como modelo de la conquista de independencia por cuenta propia en los países coloniales.
Así se dio inicio a la nueva época de la independencia en que las naciones coloniales forjan su destino cumpliendo el papel de autoras de desarrollo de la historia.
Muchos países y naciones de Asia, África y América Latina, que eran víctimas de la dominación y subyugación, alcanzaron la independencia con la lucha armada y procedieron a la construcción de nueva sociedad.
No se puede pensar en esta realidad al margen de las imperecederas hazañas del líder antecesor quien aclaró los problemas teórico-prácticos surgidos en la lucha antiimperialista por la liberación nacional y preparó el ejemplo de su solución.
ACNC