¿Qué nos enseña la realidad de Afganistán?
Hay mucho ruido en el mundo por causa de los EE.UU. que se están lamentando con excusas sobre la situación afgana que está cambiando rápidamente, más allá de todas las suposiciones e imaginaciones de la sociedad internacional.
Cuando todo el mundo está criticando y se burla de los EE.UU. por la ilegitimidad y vulnerabilidad de su política de fuerza, este país aún intenta por todos los medios justificar sus políticas de agresión de lesa humanidad, hablando sobre la “seguridad de la vida” y el “aseguramiento de los derechos humanos” de los afganos.
El argumento de los EE.UU. es, en una palabra, nada más que una falacia ilógica e injusta que insiste en que si aceptan su agresión militar y dominación serán asegurados los “derechos humanos” y la “democracia”, pero, cuando se escapan de su control, sólo habrá “pesadillas” y “desastres”.
Los EE.UU. cometen injerencias y provocan guerras de agresión en todas partes del mundo pisoteando despiadadamente la soberanía y la dignidad de los Estados soberanos. ¿Es esto realmente a favor de los derechos humanos, democracia y antiterrorismo?
Los detalles de la guerra de Afganistán pueden servir como una respuesta a esta cuestión.
Después de los atentados del 11 de septiembre, los EE.UU., abusando astutamente de la “simpatía” internacional hacia ellos, fabricaron la publicación de la declaración del presidente del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el asunto afgano, y acto seguido hicieron que se discutiera el asunto de “Medidas Internacionales para la Eliminación del Terrorismo” en la sesión plenaria de la 56ta Asamblea General de la ONU.
En la sesión, los EE.UU., describiendo la guerra contra el terrorismo como una “lucha por la justicia”, cacarearon que tenían que castigar a los terroristas por todos los métodos. Sin embargo, la mayoría de los Estados miembros expresaron claramente sus posiciones de que nunca puede ser tolerada la violación de la soberanía de otros países con el pretexto de castigar el terrorismo.
Cuando su lógica agresiva se topó con la oposición de la sociedad internacional, los EE.UU., blandiendo la coacción y la arbitrariedad, despreciaron completamente las leyes internacionales y la Carta de la ONU y finalmente perpetraron una invasión armada a Afganistán.
Al costo de numerosas muertes injustas y haber forzado la tristeza de ser refugiados por haber perpetrado bombardeos indiscriminados y operaciones militares de gran escala, los EE.UU. pudieron crear un punto estratégico en la región del sur asiático donde están concentrados los países antiestadounidenses, y al mismo tiempo, pudieron tomar el control del petróleo y el gas natural de la región del Mar Caspio.
Esta fue la verdadera intención y objetivo de los EE.UU. que parloteaba sobre la “justicia” y el “antiterrorismo” ante el mundo.
La tragedia del régimen de Sadam en Iraq, que había declarado el euro como la moneda de liquidación del comercio y rechazó el dólar en la vanguardia de los países miembros de la OPEC, que colapsó en un instante y fue arrebatado de más de 70 campos petrolíferos; y la realidad de Libia que está sufriendo por la interminable guerra civil demuestran que los EE.UU. son los principales culpables que destruyen la paz y seguridad del mundo y que cometen agresión, masacre y saqueo sin ninguna vacilación para realizar su estrategia de dominación global y lograr sus intereses vandálicos.
La realidad nos enseña, una vez más, la verdad de que los pueblos del mundo y la sociedad internacional deberán desplegar una lucha audaz en contra de los actos estadounidenses de agresión de lesa humanidad para realizar la verdadera justicia internacional y la paz mundial.
Hay que hace frente a los poderes coercitivos y la agresión con la fuerza de la justicia y la unidad.
Ko Hyok
Investigador del Instituto de Estudio de la Política Internacional
Exactamente así es toda la verdad!…
Este texto explica lo que es la piraña estadounidense…
Siempre tratando de comer mas de lo que puede tragar.