Manifestaciones masivas marcan el Día de Lucha Antiyanqui en Corea

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Con motivo del Día de Lucha Antiyanqui-25 de junio, tuvieron lugar en varios lugares de Pyongyang los mítines multitudinarios con la participación de más de 120.000 trabajadores, jóvenes y estudiantes.

Asistieron os secretarios del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, Ri Il Hwan y Pak Thae Song, el secretario responsable del Comité del PTC en la Ciudad de Pyongyang, Kim Su Gil, el vicepremier Jon Sung Guk, el jefe de departamento del CC del PTC, Ri Tu Song, y los funcionarios de las entidades de masas e instituciones, fábricas y empresas de la capital, así como los trabajadores, jóvenes y estudiantes.

Los oradores dijeron que el 25 de junio se queda como una herida incurable en el alma del pueblo coreano que sufrió incontables desgracias y sufrimientos debido a la guerra de agresión, provocada por los imperialistas norteamericanos.

Si hubiéramos sido fuertes, no habríamos sufrido una tragedia como la pasada guerra coreana cuando el territorio patrio estuvo anegado de sangre de civiles inocentes, apuntaron y agregaron que aquel domingo de junio de 1950 da la respuesta clara a la pregunta de por qué deben ser fuertes.

El pueblo coreano sintió en carne propia que sólo con las poderosas fuerzas armadas, se puede defender la paz y todo lo valioso de la tierra patria y, por esta razón, empuñó fuerte el armamento absoluto capaz de castigar a los imperialistas norteamericanos y preparó el disuasivo de guerra de carácter autodefensivo, en virtud de la idea del PTC sobre la construcción de autodefensa nacional, enfatizaron.

La liquidación de cuentas con EE.UU. es la misión impostergable de nuestra generación, aseveraron y expusieron la decisión de castigar y aniquilar despiadadamente a esos enemigos jurados del pueblo coreano.

Acto seguido, hubo marchas multitudinarias.

Los participantes marcharon gritando consignas que llamaban a exterminar a los imperialistas yanquis y los traidores surcoreanos que recurren a la imprudente campaña bélica contra la RPDC abrigando todavía el irrisorio intento de atropellarla.

Tuvieron lugar la víspera en todas las provincias mítines multitudinarios con la participación de los cuadros de los órganos locales del Partido, el poder y la economía y las entidades de masas, los trabajadores, jóvenes y estudiantes.

En las ocasiones hubo intervenciones de los representantes de diferentes sectores.

Los oradores dijeron que les queda fresco en la memoria el panorama trágico de 3 años de la pasada guerra coreana en que debido a las atrocidades de los imperialistas norteamericanos, se redujo a cenizas todo el territorio de la República Popular Democrática de Corea, donde se creaba una nueva vida, y hubo derramamientos de sangre de los habitantes inocentes en todos los lugares que habían ocupado esos enemigos.

Recalcaron que el pueblo coreano tomó firmemente las armas nucleares de represalia para no repetir nunca la terrible historia del 25 de Junio.

Como el lobo nunca se hace oveja, no se cambia jamás la naturaleza agresiva del imperialismo yanqui y los enemigos de clase, apuntaron y prosiguieron que si se olvida esta verdad de la historia, será opacada la visión clasista y se repetirá la tragedia del 25 de junio de 1950.

Exhortaron a todos los cuadros y trabajadores a poner el punto final a la confrontación antiyanqui, que perdura de generación en generación y siglo tras siglo, y levantar sin falta la mejor potencia, digna de envidias de todo el mundo, bajo la dirección del Partido del Trabajo de Corea.

Acto seguido, se realizaron marchas masivas.

Los días anteriores tuvieron lugar actos de juramento de venganza en las organizaciones de masas con cuadros e integrantes de la Federación General de los Sindicatos de Corea, Unión de Trabajadores Agrícolas de Corea, Unión Socialista de Mujeres de Corea y de la Unión de la Juventud.

En el acto de trabajadores agrícolas y miembros de la UTAC, efectuado en el patio de educación frente al Museo de Sinchon, hizo uso de la palabra Kim Myong Gum, víctima de las atrocidades cometidas por los invasores norteamericanos durante la Guerra de Liberación de la Patria, y hubo intervenciones.

Kim Myong Gum

Kim reveló que durante la ocupación temporal de su aldea, las bestias yanquis y los enemigos de clase asesinaron despiadadamente a muchos patriotas y hasta a niños ingenuos.

Los oradores manifestaron la determinación de mantener siempre la perfecta disposición de combate y lograr un viraje radical y sustancial en la producción agrícola redoblando la decisión de aniquilar a los enemigos.

Se concedió en el patio de educación frente al Pabellón de Educación Clasista de la Comuna de Susan el acto de las funcionarias e integrantes de la Unión Socialista de Mujeres de Corea.

En la ocasión, tomó la palabra la presidenta del CC de la USMC, Kim Jong Sun, y hubo intervenciones.

Las oradoras dijeron que se oyen todavía los reclamos de venganza de los que murieron injustamente, aunque ya no se ven los rastros de guerra, y enfatizaron que la lección de la comuna de Susan enseña la verdad de lucha clasista, según la cual la ilusión sobre el enemigo significa la muerte.

Destacaron la importancia de ubicar a sus hijos en los puestos de defensa de la patria, ayudar con sinceridad al Ejército Popular y hacer contribución al fortalecimiento de la capacidad de defensa nacional, como lo hicieron las mujeres de generaciones anteriores.

Las participantes gritaron las consignas que abogaban por exterminar a los enemigos.

ACNC

El 25 de junio de 1950 el imperialismo norteamericano desató una guerra agresiva contra la República Popular Democrática de Corea que tenía dos años de su fundación. El pueblo coreano debía librar una lucha sangrienta que demoró tres años, por rechazar a los invasores y defender la dignidad y soberanía de la patria.

Como todas las contiendas registradas en la historia mundial, la guerra coreana no fue preparada en una sola noche.

Tras la Segunda Guerra Mundial tropas invasoras estadounidenses ocupan el sur de Corea camufladas de “libertadoras”.

El ejército norteamericano, que puso pie en la parte Sur de Corea después de la liberación del país en agosto de 1945, organizó el ejército títere, les proveyó de sus armas y dio acicate a la preparación bélica en un intento de ocupar toda la Península Coreana.

Para encontrar un pretexto para la guerra, EE.UU. instigó al ejército títere surcoreano a provocar contra la RPDC en la área del paralelo 38 que divide Corea en la parte Norte y la Sur.

Bajo la comando del jefe William Roberts y otros miembros del Grupo Asesor Militar estadounidense en el ejército títere, la camarilla de Syngman Rhee aumentó en gran escala sus fuerzas armadas, mientras construyó posiciones de ataque en la línea divisoria, desplegó allí gran número de efectivos, y perpetraba frecuentes provocaciones militares contra la parte Norte.

Desde enero de 1947 hasta el inicio de la guerra, junto con las bandas armadas, invadieron la parte Norte en más de 5.150 ocasiones, ocasionando daños a los habitantes y destruyendo o incendiando miles de edificios.

Por ejemplo, en 1947 el ejército títere surcoreano cruzó la línea de demarcación en a las zonas de Pyoksong y Yonbaek en la península Ongjin, matando a pobladores inocentes incluyendo a niños y viejos, incendiando viviendas y saqueando bienes. Entrando en el año siguiente, la invasión armada era más frecuente, de resultas que se libraron batallas enconadas casi diariamente en las áreas del monte Chiak y el pico Kosan en las provincias de Hwanghae y Kangwon, respectivamente. Desde principios de 1949, los enemigos perpetraron incursiones de gran envergadura en todas las áreas del paralelo 38, incluyendo el pico Kuksa y el monte Kachi de la península Ongjin, el monte Unpha de la provincia de Hwanghae y el distrito Yangyang de la provincia de Kangwon.

En el paralelo 38º, Dulles, enviado especial del presidente norteamericano, revisa finalmente el proyecto de guerra.

Todo esto llevaba la situación de la Península Coreana al borde de guerra, y el 25 de junio de 1950, EE.UU. instigó a la banda de Syngman Rhee a encender la mecha de conflicto.

Pero, los imperialistas norteamericanos se arrodillaron ante el pueblo coreano, como ellos mismos confesaron que la guerra se libró a la hora errónea, en el lugar erróneo y con el enemigo erróneo.

El pueblo coreano se hizo un pueblo heroico que venció al imperialismo yanqui por primera vez en la historia al lograr hazañas imperecederas y llevar al triunfo la guerra.

Kim Song

A la madrugada del 25 de junio de 39 de la era Juche (1935), se convocó una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros de la República Popular Democrática de Corea.

La razón era que el ejército títere de la camarilla de Syngman Rhee, instigada por los imperialistas norteamericanos, inició una agresión armada contra la parte Norte de Corea.

Fue una guerra total sin declaración.

EE.UU. no había sido derrotado en más de 110 guerras durante el período que abarcaba desde que se fundó en 1776 después de masacrar a indianos en América hasta la Primera Guerra Mundial.

Pero, la RPDC se liberó de la ocupación militar japonésa cinco años atrás y el Ejército Popular de Corea se fundó dos años y pico antes.

Kim Il Sung se dirige al pueblo en junio de 1950

Todos los participantes en la reunión estaban absortos en sus pensamientos sobre la posible severidad y atrocidad de la guerra, Pero, ellos oyeron al Presidente Kim Il Sung que entraba en el salón de reunión, diciendo: Los norteamericanos son tan absurdos. Ellos se han equivocado con el pueblo coreano.

Ya en la tribuna, él paseó la mirada por el auditorio y espetó que los yanquis habían tomado a los coreanos por tontos y que era imperioso mostrarles lo que eran capaces de hacerles a quienes los provocaran, tal como al lobo era preciso escarmentarlo con palizas.

En la cita pronunció un discurso titulado “Aniquilemos a los agresores armados mediante la contraofensiva decisiva”.

Él declaró: Los imperialistas yanquis han venido recurriendo a las maniobras de guerra agresiva desde hace mucho tiempo. Instigada por ellos, la camarilla títere de Syngman Rhee ha provocado por fin una guerra fratricida. En esta situación, de ninguna manera podemos quedarnos de brazos cruzados. En este momento tan crítico, si vaciláramos en combatir no se podría evitar que nuestro pueblo corriera otra vez el destino del apátrida. Tendremos que luchar resueltamente contra los enemigos en aras de salvaguardar la independencia de la patria, la libertad y el honor de la nación, así como responder con la justa guerra liberadora a la bárbara guerra agresiva del enemigo.

En aquel tiempo, el mundo no pudo comprender su gran audacia y perspicacia militar y el milagro y el resultado que traería su orden de contraataque en la guerra.

Jang Chang Nam

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