Discurso completo del Viceministro de Exteriores de la República Popular Democrática de Corea en la ONU
El Viceministro de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea, Kim Son Gyong pronunció el 29 de septiembre un discurso en la 80ª sesión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Señora Presidenta, Señor Secretario General, Distinguidos Delegados:
En primer lugar, quisiera expresar mi expectativa de que la 80ª sesión de la Asamblea General de la ONU, convocada en el significativo año del 80º aniversario de la fundación de las Naciones Unidas, llegue a una excelente conclusión en medio del extraordinario interés de los participantes.
Tomando nota del discurso de apertura del Sr. Gutterres, Secretario General de la ONU, el 23 de septiembre, encomio su afirmación de que el papel de la ONU, el podio único en su clase, debe ser reforzado, dado que un Estado individual no puede abordar los problemas por sí solo, y de que la ONU debe ser reformada para adaptarse al siglo XXI.
Tal como se refleja en el tema de la sesión actual, «Mejor Juntos: 80 años y más por la paz, el desarrollo y los derechos humanos», nos encontramos ahora en un momento crucial en el que todos miramos hacia atrás a los 80 años de historia de la ONU y trazamos el futuro.
Hace ochenta años, la humanidad adoptó la Carta de la ONU sobre los escombros de la desastrosa guerra, sentando así la piedra angular de las relaciones internacionales contemporáneas y estableciendo la organización internacional más inclusiva, las Naciones Unidas.
Desde su fundación, la ONU ha logrado notables éxitos en diversos campos, incluidos la paz y la seguridad y el desarrollo socioeconómico, al acelerar la descolonización en todo el mundo y liderar la codificación de normas universales de derecho internacional.
A pesar de muchos giros y vueltas, es una suerte que una nueva guerra mundial no haya estallado. Esto puede considerarse un resultado deseado del espíritu principal de la Carta de la ONU de preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra mundial, que dos veces ha traído un dolor incalculable a la humanidad.
No podemos subestimar el papel que desempeñó la ONU en la promoción de la cooperación entre las naciones en los campos socioeconómicos, como la erradicación de la pobreza y la lucha contra las enfermedades transmisibles, y en el impulso del desarrollo sostenible a nivel mundial.
Sin embargo, en los anales de la historia de la ONU también se registran páginas vergonzosas donde el título de la ONU, abrumado por la mano dura y la arbitrariedad de las fuerzas hegemónicas, fue abusado para ejercer presión y privar a Estados soberanos de su legítimo derecho al desarrollo normal, lo que es totalmente contrario al espíritu de la Carta.
No deberíamos sentirnos aliviados ni felicitarnos por la no ocurrencia de la Tercera Guerra Mundial durante los últimos 80 años. En cambio, deberíamos prestar debida atención al hecho de que la amenaza inducida ha persistido y ahora se está volviendo más seria, y tomar las medidas pertinentes.
Señora Presidenta,
La comunidad internacional es ahora testigo del mundo más turbulento y violento después de la Segunda Guerra Mundial.
La historia moderna ha registrado muchos incidentes y eventos. Pero hoy, no se cumplen las normas y el orden internacional establecidos y consolidados junto con la fundación de la ONU y la soberanía de los Estados es violada abiertamente como nunca antes.
La guerra arancelaria indiscriminada contra el mundo entero ha sumido a la economía mundial en general en el pantano del estancamiento y la inestabilidad.
Incluso se niega la Agenda 2030, para el desarrollo sostenible, comprometida a eliminar la desigualdad y la pobreza y garantizar la dignidad humana en todo el mundo, por la razón de que no satisface el interés de un país individual. Esta es la cruda realidad.
La ONU ha servido como un foro multilateral donde todos los países del mundo, grandes o pequeños, se reúnen y discuten respuestas comunes a los desafíos globales en pie de igualdad, trascendiendo las diferencias de tamaño, población y poder estatal. Esa ONU se enfrenta ahora a graves crisis sin precedentes.
Todas estas turbulencias y dolores sufridos por el mundo son causados fundamentalmente por la mano dura, la arbitrariedad y la avaricia de las potencias hegemónicas en su intento de someter al mundo entero a sus intereses y de colocar sus intereses exclusivos por encima del bien común de la humanidad.
Señora Presidenta,
Hoy, la complicada situación internacional subraya la necesidad de reconsiderar el papel de la ONU, responsable de mantener la paz y la seguridad internacionales.
Como la organización internacional más universal del mundo, que abarca a todos los Estados soberanos del planeta, la ONU no puede ser representada por un determinado Estado individual o por un pequeño grupo de Estados.
En particular, para prevenir la arbitrariedad y la mano dura de fuerzas específicas, es imperativo expandir y fortalecer la representación de los países en desarrollo que constituyen una mayoría absoluta de los miembros de la ONU y corregir la estructura inapropiada liderada por Occidente en el Consejo de Seguridad, al que se le ha confiado el importante mandato de mantener la paz y la seguridad internacionales.
Solo cuando la ONU ponga fin a las prácticas arbitrarias, de mano dura, parcializadas y de doble moral en todas sus actividades y se adhiera estrictamente a los principios de igualdad soberana, no injerencia en los asuntos internos, imparcialidad y objetividad, podrá restaurar su imagen como una organización con plenas cualificaciones y capacidad para realizar los propósitos de la Carta.
Señora Presidenta,
La paz y la seguridad son el anhelo de la humanidad y la primera agenda de la ONU.
Sin paz y seguridad, no podemos alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ni pensar en un buen futuro que garantice la dignidad humana y la prosperidad.
Sin embargo, la situación de seguridad objetiva actual de la Península de Corea se enfrenta a graves desafíos como nunca antes.
Las alianzas militares EE. UU.-República de Corea, EE. UU.-Japón y el sistema de cooperación militar trilateral EE. UU.-Japón-República de Corea, que apuntan directamente a la RPDC, están evolucionando rápidamente hacia un bloque militar más ofensivo y agresivo que contiene elementos nucleares. Mientras tanto, los ejercicios de guerra y la acumulación militar contra nuestro Estado están batiendo todos los récords anteriores en términos de escala, naturaleza, frecuencia y alcance.
En ninguna parte del mundo podemos encontrar un lugar como la Península de Corea, donde el Estado con el mayor arsenal de armas nucleares del mundo y sus fuerzas aliadas realizan ejercicios de guerra bilaterales y multilaterales durante todo el año e incluso simulan ejercicios de guerra real con uso de armas nucleares dirigidos a un Estado soberano, movilizando masivas fuerzas combinadas multinacionales y activos estratégicos de última generación.
Incluso unos pocos días antes de que comenzara la sesión actual, EE. UU. y sus fuerzas aliadas realizaron ejercicios de guerra nuclear como «Iron Mace» y «Freedom Edge», destinados a dominar el procedimiento y los métodos de ataques nucleares contra la RPDC bajo un escenario de fait accompli (hecho consumado), lo que tensa extremadamente la situación en la península de Corea.
Sin embargo, incluso frente a la tremenda amenaza militar dirigida contra la RPDC y el peligroso panorama de seguridad, las bocas de fuego de la guerra están silenciadas y la paz y la seguridad están firmemente salvaguardadas en la Península de Corea.
Esta es una realidad innegable.
Gracias a la mejorada disuasión bélica física de nuestro Estado, en proporción directa a la creciente amenaza de agresión de EE. UU. y sus aliados, la voluntad de los Estados enemigos de provocar una guerra está completamente contenida y el equilibrio de poder en la península de Corea está asegurado.
Para mantener permanentemente este estado de equilibrio y garantizar la paz eterna en la península de Corea, hemos estipulado lo nuclear en nuestra Constitución como algo sagrado y absoluto que nunca puede ser alterado ni manipulado.
La imposición de la «Desnuclearización» a la RPDC equivale a exigirle que entregue su soberanía y su derecho a la existencia y que viole la Constitución.
Nunca renunciaremos a la soberanía, abandonaremos el derecho a la existencia ni violaremos la Constitución.

El Camarada Kim Jong Un, Presidente de Asuntos Estatales de la RPDC, dejó claro en la 13.ª sesión de la 14.ª Asamblea Popular Suprema el 21 de septiembre que nuestro Partido y el gobierno salvaguardarían invariable y firmemente sin la más mínima vacilación la Constitución de la RPDC y su ley fundamental sobre la política de fuerzas nucleares, perpetuando la posesión de armas nucleares y garantizando completamente los intereses supremos de nuestro Estado.
La línea política del Camarada Presidente de Asuntos Estatales representa nuestra ley estatal y defenderemos la ley estatal sin falta.
Nunca renunciaremos a lo nuclear, que es nuestra ley estatal, política nacional y poder soberano, así como nuestro derecho a la existencia. Bajo ninguna circunstancia nos alejaremos de esta postura.
Señora Presidenta,
La RPDC está abriendo vigorosamente el camino hacia la prosperidad nacional general sobre la base de la paz y la seguridad garantizadas por su poderosa fuerza.
Se están realizando vigorosos esfuerzos para consolidar aún más la fuerza motriz y el potencial de desarrollo de la economía nacional autosuficiente en la economía nacional en general, incluida la industria y la agricultura, y para alcanzar los objetivos de producción. Como resultado, la culminación del plan quinquenal de desarrollo económico nacional establecido por el 8.º Congreso del Partido del Trabajo de Corea está definitivamente a nuestro alcance.
Notablemente, la construcción de 50.000 viviendas residenciales en Pionyang se lleva a cabo sin falta anualmente, con bastante antelación a lo programado.
Mientras tanto, se están construyendo grandiosamente instalaciones para el bienestar del pueblo, incluidas viviendas rurales, grandes invernaderos y hospitales modernos.
Con el fin de proporcionar a todo el pueblo una vida nueva, abundante y civilizada, y elevar rápidamente el nivel de desarrollo de todas las regiones en un corto período de 10 años, la política de desarrollo rural recién adoptada se ejecuta dinámicamente con resultados tangibles uno tras otro.
La RPDC sigue con confianza el camino de su propia elección sin ninguna fluctuación o vacilación, incluso en medio de la agitación política mundial.
Esta realidad es un fruto brillante del inquebrantable espíritu de independencia y del liderazgo correcto del Partido del Trabajo de Corea y del gobierno de la RPDC.
Señora Presidenta,
Este año, que conmemora el 80º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, se han llevado a cabo diversos eventos políticos y culturales en varios países para celebrar la victoria en la guerra mundial antifascista.
Esto es una expresión de la voluntad firme como una roca de la comunidad internacional justa de no tolerar los intentos de negar el resultado de la guerra mundial antifascista y las luchas de liberación nacional logradas con un tremendo sacrificio.
Han pasado 80 años desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en Oriente Medio se cometen abiertamente genocidios y crímenes contra la humanidad que pueden incluso eclipsar a Hitler, para gran consternación del mundo.
Israel, que masacró a más de 60.000 civiles palestinos en los últimos 2 años, está tratando de ocupar toda el área de Gaza por la fuerza y exterminar por completo a la población palestina.
Instamos enérgicamente a Israel a que detenga inmediatamente los crímenes contra la humanidad y se retire de la Franja de Gaza. Asimismo, apoyamos plenamente el establecimiento de un Estado independiente de Palestina con Jerusalén Este como su capital y la membresía de pleno derecho de Palestina en la ONU.
Señora Presidenta,
Independencia, paz y amistad son los ideales invariables de la política exterior de la RPDC.
La RPDC, como en el pasado y en el futuro, colaborará con todos los países y naciones que se opongan y rechacen la agresión, la intervención, la dominación y la subyugación, y que aspiren a la independencia y la justicia, independientemente de las diferencias de ideas y sistemas.
La RPDC promoverá intercambios y cooperación multifacéticos con los países que la respeten y adopten enfoques amistosos hacia ella.
Gracias.