Los «generales» estadounidenses derrotados en la guerra de Corea

Cada año, el pueblo coreano celebra con gran significación el 27 de julio en que logró gran victoria en la pasada guerra coreana infligiendo una derrota vergonzosa a EE.UU. que se jactaba de su «supremacía» mundial.

Pero, los imperialistas norteamericanos escenifican farsas extrañas y pueriles describiendo su derrota como «triunfo» o «victoria olvidada» para mitigar su vergüenza y pena sufridas en esa contienda (25 de junio de 1950 – 27 de julio de 1953).

La derrota registrada en la historia no puede convertirse nunca en una «victoria».

Desde el inicio de la guerra, los invasores norteamericanos sufrieron derrotas sucesivas aunque movilizaron a todos sus «generales» asesinos que han realizado «méritos relevantes» en las anteriores guerras de agresión.

El jefe de la 24ª división de infantería, Dean, general de dos estrellas, quien se creía «invencible», vio aniquilada toda su unidad y resultó capturado por un soldado del Ejército Popular de Corea mientras huía vestido en uniforme de soldado.

Murió caído en una emboscada del EPC el comandante del 8º ejército norteamericano, Walker, general de cuatro estrellas, quien ascendió a su cargo con el método de matar a todos en las batallas.

En el curso de prolongación de la guerra, los «generales» estadounidenses fueron destituidos uno tras otro asumiendo la responsabilidad de la derrota.

Al fracasar totalmente la «ofensiva general de Navidad» a finales de 1950, la situación de guerra hizo sufrir un fin vergonzoso al comandante de las «fuerzas de la ONU», MacArthur, que se autodenominaba el «Napoleón del Oriente».

Sus sucesores Ridgway y Clark se ganaron también la mala fama de «generales» derrotados y el nuevo comandante del 8º ejército, Van Fleet, fue destituido siendo evaluado de «comandante incapaz».

Así todos los generales norteamericanos, que se dormían en los laureles, no pudieron eludir su destino trágico en la pasada guerra coreana.

ACNC